De Pachá al BCM de Magaluf, pasando por la playa de Palma y varios hoteles. Al gran magnate de la noche mallorquina se le empieza a desmoronar su imperio. El histórico empresario Bartolomé Cursach ha ingresado en prisión provisional sin fianza al imputársele los delitos de homicidio, corrupción de menores y narcotráfico.

El titular del juzgado de instrucción nº 12 de Palma, que investiga la presunta trama de corrupción en torno a la Policía Local de la capital balear, ha dictado las medidas cautelares solicitadas por el fiscal del caso, Miguel Ángel Subirán, para Cursach, detenido el pasado martes junto con los altos cargos de su grupo empresarial Tolo Sbert y Antoni Bergas.

La investigación sitúa al empresario nocturno al frente de una presunta red dedicada a corromper a policías y funcionarios para obtener favores y controlar así el negocio de la noche mallorquina.

Cursach se negó este viernes a declarar ante el juez cuyo auto, según informa Diario de Mallorca, detalla la "organización criminal" que dirigía el empresario en colaboración con su mano derecha Bartolomé Sbert, que también ha ingresado en prisión sin fianza.

Se les imputan hasta 16 presuntos delitos de cohecho, extorsión, amenazas, coacciones, uso de información privilegiada, pertenencia a organización criminal, delito contra la hacienda pública, tráfico de influencias, homicidio, corrupción de menores, delito contra los trabajadores, falsedad documental, estafa procesal, aportación de documentos falsos en juicio, tenencia ilícita de armas y narcotráfico, entre otros.

El tercer directivo del grupo, Antoni Bergas, ha quedado en libertad con cargos con la obligación de comparecer cada lunes ante el juzgado, retirada del pasaporte y la prohibición de salir del país y de acercarse a las dependencias municipales de Palma y Calvià. Bergas fue mando de la Policía Local, luego contratado por Cursach y podría haber actuado como enlace entre el cuerpo y el empresario.

Los tres se negaron a declarar este viernes ante el juez y los fiscales Subirán y Joan Carrau.

El empresario que salvó al Mallorca para luego huir del fútbol

El Grupo Cursach es propietario de las discotecas Tito's y Pachá en Palma, de la macrosala BCM (sus iniciales) de Magaluf, del complejo de cervecería-discoteca Megapark, de la Playa de Palma, y de otra discoteca en esta zona. Además, posee gimnasios, restaurantes y hoteles. Un imperio a lo largo de la isla mallorquina que inició en 1970 con su primera discoteca y alcanzó su punto álgido en los noventa hasta acumular más de 30 locales. Cursach mantenía su negocio e influencia desde el anonimato, alejado de los focos.

Pero el escaparate del fútbol llegaría también para 'Tolo' Cursach. Con un Real Mallorca al límite, dirigido entonces por Matey Alemany y muy cerca del descenso administrativo, en 2002 Cursach acudió al rescate de la entidad con un préstamo de casi 1.600 millones de pesetas. De hecho, tras la salida del Grupo Zeta del accionariado del club bermellón, Cursach y los suyos obtuvieron el 42,8% de la propiedad, asumiendo en el verano de 2003 las riendas de un equipo que venía de ganar su primer título oficial, la Copa del Rey de aquel año.

Sin embargo, la sobreexposición del fútbol no gustaba nada al empresario, que terminó vendiendo sus acciones. La aventura futbolística se repetiría entre 2011 y 2014, pero esta vez con el modesto Atlético Baleares, al que no consiguió sacar del pozo de la Segunda División B.

La muerte de un empleado del grupo

La imputación por presunto homicidio de Cursach responde a la investigación de la sospechosa muerte de un empleado del grupo empresarial que, supuestamente, podría haber aportado información incriminatoria sobre el magnate, según han aclarado fuentes próximas al caso.

El pasado martes Cursach y Sbert fueron arrestados por orden del juez Penalva por su presunta implicación en diversos delitos de corrupción, los cuales habrían sido cometidos en connivencia con policías locales de Palma para beneficiar sus negocios de ocio nocturno en detrimento de los de sus competidores. Desde ese día, la Policía Nacional ha llevado a cabo registros en varios domicilios de Cursach y en algunas de sus discotecas, donde se han incautado ordenadores y documentación.

El empresario y sus dos hombres de confianza están siendo investigados en el marco de una parte aún secreta de la instrucción que lleva a cabo el juez sobre presuntas prácticas corruptas de la policía de Palma y también de funcionarios de otras áreas municipales. Una investigación en la que no se descartan nuevas detenciones.