Los acontecimientos que se describen a continuación ocurrieron entre el 3 y el 4 de agosto de 2012, a unos 50 kilómetros al norte de la localidad afgana de Bala Murghab. Un grupo de soldados españoles a bordo de un helicóptero tenía la misión de rescatar a dos militares estadounidenses que habían resultado heridos en una explosión.

La operación se frustró cuando la aeronave se accidentó en territorio insurgente. Las escenas remiten a las de la película 'Black Hawk derribado', dirigida por Ridley Scott, e inspiran 'Zona hostil', que se estrenará el próximo mes de marzo.

Los militares pasaron la noche aislados y aguantaron hasta cuatro envites de grupos rebeldes. Su objetivo: sobrevivir en uno de los puntos más inestables del mundo y rescatar el helicóptero accidentado para que no cayera en manos enemigas.

A continuación narramos, minuto a minuto, los acontecimientos a los que se tuvieron que enfrentar los soldados españoles, en un relato que se corresponde con los informes realizados tras la misión.

Misión que se convierte en pesadilla

20:29. La misión es de máxima prioridad. Dos militares estadounidenses han resultado heridos al estallar a su paso un artefacto explosivo. El lugar, controlado por los insurgentes, se encuentra a unos 50 kilómetros al norte de la localidad afgana de Bala Murghab y es necesaria su evacuación. En apenas 20 minutos se esboza el plan y dos helicópteros Super Puma españoles parten desde la base militar de Camp Arena, en Herat, para rescatar a los soldados.

22:20. Los helicópteros alcanzan el lugar en el que se encuentran los dos militares estadounidenses. Es de noche, lo que aumenta el riesgo de un posible ataque. La visibilidad es escasa por las nubes de polvo. El escenario es inhóspito, tanto por su composición física como por la presencia de grupos insurgentes. Uno de los Super Puma queda suspendido en el aire para proporcionar seguridad; el otro toma tierra en un lugar próximo al que se encuentran los soldados heridos. De forma brusca, el suelo cede bajo una de las ruedas traseras del helicóptero, que vuelca. El estruendo del accidente sacude la zona.

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22:25. El Super Puma que ofrece protección desde el aire intenta tomar tierra en dos ocasiones, pero las nubes de polvo frustran el aterrizaje. Tras confirmar que sus compañeros no han sufrido heridas, la tripulación del helicóptero comunica la noticia a sus superiores. La situación es crítica: se les está acabando el combustible. Se les ordena regresar a la base española de Qala i Naw, a unos 100 kilómetros del lugar en el que se encuentran. En tierra quedan, junto a los dos militares estadounidenses heridos, nueve soldados españoles. Rápidamente despliegan un operativo de seguridad en torno a la aeronave siniestrada, con la incertidumbre de no saber qué será de ellos.

Salvar militares… y el helicóptero

23:11. Dos helicópteros Black Hawk estadounidenses aterrizan en la zona del accidente y evacúan a sus dos hombres heridos. Los militares españoles permanecen en torno al helicóptero accidentado: su carga sensible no debe caer bajo ningún concepto en manos de insurgentes.

23:25. La plana mayor de la Unidad de Helicópteros Española en Afganistán (ASPUHEL, por sus siglas en inglés) eleva una propuesta de actuación: por un lado, y de forma prioritaria, rescatar a la tripulación siniestrada; por otro, recuperar la aeronave y transportarla a un lugar seguro. Para eso son necesarios otros dos helicópteros. La dirección de la misión internacional desplegada en Afganistán aprueba el plan, pero con un matiz: los soldados no podrán utilizar medios de misión nocturna. Es necesario esperar al amanecer.

Los soldados españoles junto al Super Puma accidentado.

Esta circunstancia permite preparar a un equipo de siete militares españoles. Su misión será desmontar el mayor número de componentes de la aeronave siniestrada. De esa forma, el helicóptero Chinook encargado de recuperarlo, se encontrará con una carga menor, que no deberá superar los 6.000 kilos. Nunca antes se había efectuado una misión de estas características y, si algo salía mal, las órdenes exigían explotar el Super Puma caído.

Un plan de rescate

2:00. 35 soldados divididos en dos helicópteros Chinook despegan rumbo a la base de Qala i Naw, la más próxima con bandera española al lugar del suceso. Una vez allí contactan con la tripulación que ha sufrido el accidente para recabar la mayor información posible del terreno. Por fin, a las cinco de la madrugada, los dos Chinook parten para rescatar a sus compañeros.

5:55. Las primeras luces del día se dibujan en el horizonte. Los soldados españoles que han pasado la noche junto al helicóptero, en alerta ante posibles movimientos insurgentes, ven aterrizar uno de los Chinook. De él descienden los equipos de mecánicos y carga, que evalúan las dificultades para rescatar el Super Puma. En el aire, mientras, la otra aeronave ofrece protección. Los nueve militares españoles son rescatados y trasladados a la base militar de Bala Murghab, donde los reconoce un equipo médico.

Cuatro oleadas de ataques

6:58. Siete soldados españoles se han quedado junto al Super Puma siniestrado, desmontando las piezas de la aeronave y preparando todos los detalles para su recuperación. Son conscientes de que la misión es de alto riesgo. La explosión de una granada termina por recordárselo.

La deflagración supone el inicio de la temida ofensiva: los insurgentes llegan cargados de armas. Los soldados españoles no pueden hacer otra cosa que replegarse y abandonar el escenario. Encuentran refugio en las proximidades de un convoy estadounidense y adoptan una posición defensiva.

El tiroteo es incesante; también las explosiones con mortero. El escenario, con el helicóptero siniestrado en medio, es impracticable. Los dos Chinook no pueden entrar en la zona hasta que cese el fuego.

Los soldados tenían que desmontar las partes sensibles del helicóptero.

7:51. Tras apenas diez minutos de silencio, una nueva explosión sacude el área. Los atacantes vuelven a la carga, esta vez con granadas propulsadas por cohete (RPG). Ahora se dejan ver con mayor claridad que en el primer ataque. Se mueven con rapidez y todo apunta a que preparan una ofensiva con todos sus medios. La situación está muy cerca de descontrolarse por completo.

9:00. Los dos Chinook están en la base de Qala i Naw. “Las tripulaciones llevan 27 horas sin dormir, aunque nadie parece acusarlo”, describen los informes. Los cálculos indican que, cuando se efectúe el rescate del helicóptero caído y de los soldados españoles bajo fuego enemigo, habrá combustible para permanecer apenas cinco minutos en la zona.

9:10. Los insurgentes atacan por tercerta vez. Los soldados españoles no pueden hacer otra cosa que tratar de repeler la agresión. Los helicópteros de rescate no partirán hasta que cesen las hostilidades.

10:00. Los insurgentes se reagrupan y lanzan una cuarta ofensiva, que es repelida. Una vez más, los helicópteros de rescate abortan el despegue desde Qala i Naw y retrasan el inicio de la misión.

El plan se tambalea

11:20. Los dos Chinook, flanqueados por dos helicópteros de ataque, parten de Qala i Naw.

11:55. El convoy aéreo llega al área de intervención. Los helicópteros de ataque se adelantan y repelen a los atacantes, que se reorganizaban para tratar de dar el golpe definitivo. Mientras, el helicóptero de carga se aproxima al lugar donde está el aparato siniestrado, hasta donde ya han llegado los soldados españoles que se encontraban en tierra.

11:56. Surgen nuevas dificultades. La inmensa polvareda de humo cubre el escenario. Los soldados en tierra no son capaces de encontrar la correa que deben atar al helicóptero caído. Apenas hay tiempo y esta dificultad técnica puede dar al traste con la misión. Se escuchan gritos en medio de la ceguera

“Afortunadamente, la prolonga golpea al jefe del equipo de cargas, que consigue atraparla”, detallan los informes. Por fin, el Chinook engancha el Super Puma y asciende en el aire. Los efectivos que hasta ahora habían permanecido aislados suben a otro helicóptero –en el que también se carga el material extraído a la aeronave siniestrada- e inician la retirada.

El helicóptero Chinook se lleva el Super Puma.

12.00. El Chinook que lleva consigo al Super Puma encuentra serias dificultades para maniobrar. La carga de 6.000 kilos influye en la estabilidad y cualquier golpe de viento puede tener consecuencias fatales. El trayecto hasta Qala i Naw se realiza a muy baja velocidad, mientras los helicópteros de ataque controlan que no se produzcan nuevos ataques desde tierra.

A salvo en Herat

12:37. El Chinook aterriza en la base militar de Ruy González de Clavijo, en Qala i Naw. Diez minutos después llega el segundo Chinook y su escolta.

14:42. Dieciséis horas después del accidente, todas las aeronaves logran aterrizar en la base de Camp Arena, en Herat, con el Super Puma en carga externa. Los soldados españoles se encuentran exhaustos, pero en buen estado y con la misión cumplida.

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