El programa de Gobierno que había que debatir era el del Partido Popular, pero Pablo Iglesias aprovechó el tiempo que le correspondía en la sesión de investidura de Mariano Rajoy para disparar contra el PSOE. El líder de Unidos Podemos advirtió a Antonio Hernando, el socialista que viró del 'no es no' a defender la abstención, que "el tiempo pone a cada uno en su lugar" y lo convirtió en el centro de su diana particular al recordarle lo "duro" que fue para él "descabalgar a Pedro Sánchez", con el aludido presente en la sala.

"Es histórico que un grupo no vaya a hacer oposición de verdad. Porque es muy difícil decir que se va a hacer oposición después de entregar el Gobierno al PP", continuó sin piedad. Ni siquiera la división palpable en la bancada socialista pudo frenar las ansias de Iglesias, que solo quería demostrar que la oposición real a la triple alianza PP, PSOE y Ciudadanos era él. El líder de Unidos Podemos recriminó a los socialistas "abrazar otro" tipo de marxismo y recordó la célebre frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otro", en una referencia al "abstencionazo" del PSOE para dejar gobernar al PP.

El ensañamiento no se quedó ahí. Pablo Iglesias pronosticó ante los 350 diputados que conforman el Congreso del los Diputados que el fin del régimen del 78 llega ahora, justo cuando el PSOE "entrega" el Gobierno al PP y que es la evidencia de la crisis que atraviesa el actual sistema. Un problema endémico que, en su opinión, irá a más, ya que la triple alianza -de nuevo, el pacto que a su juicio suman PP, PSOE y Ciudadanos- "no entiende de plurinacionalidad. Hay un enorme contraste entre el pasado que representan ustedes y el futuro", advirtió.

Padre e hijo

Una vez herida de muerte la presa a batir, Pablo Iglesias se dirigió al candidato oficial en un tono bastante más amable. En algún momento, incluso, parecían un padre de familia conservador intercambiando opiniones de actualidad con su hijo antisistema. Rajoy utilizó como arma la ironía para replicar a Iglesias y hasta se sirvió del nuevo término acuñado por el líder de la formación morada, "la triple alianza", para contestarle. "Algo habremos hecho bien los de la triple alianza. En la vida siempre hay que ser ponderado, porque si no no se llega a ningún sitio", le recomendó en un  tono más paternal que de rival.

El líder del PP quiso mostrar las dos orejas y el rabo de su triunfo ante Pablo Iglesias recordándole el millón de votos que Unidos Podemos se dejó del 20-D al 26-J y los 600.000 votos extra que sacó el PP. "Si somos tan malos, ¿por qué tenemos más apoyos que ustedes? Reflexione sobre ello. (...) A ver si soy capaz de explicarlo, estoy aquí porque los españoles han preferido de forma muy mayoritaria al PP y eso es importante. Por eso dije que vamos a hablar de democracia y es bueno que lo interioricemos todos. Yo ya lo hice, usted no lo sé todavía", le dijo. A continuación, Rajoy recordó a Iglesias que si él estaba ahí pidiendo la confianza a la Cámara era porque ninguna otra alternativa ha sido posible, como quedó demostrado con la investidura fallida de Pedro Sánchez. Además, recordó que su candidatura no era fruto de ninguna "conspiración" de las fuerzas del mal. Que él con el respaldo con el que cuenta es con el de las urnas.

Los SMS de Bárcenas

Que Rajoy se siente cómodo resucitando la pinza entre PP y Podemos para empequeñecer a sus rivales más cercanos, como PSOE y Ciudadanos, quedó patente cuando ironizó con uno de los escándalos que más han puesto en duda su legitimidad durante estos cinco años de legislatura. "En Twitter voy mejorando y con los SMS me manejé peor, pero ahora también estoy mejorando", contestó Rajoy cuando Iglesias le deslizó que "con los SMS se maneja usted de maravilla", en una alusión directa a los mensajes que Mariano Rajoy cruzó con Luis Bárcenas y que le costó dar explicaciones públicas en el Parlamento.

Utilizar un tema que le costó tantos quebraderos de cabeza le han dado "es síntoma de que estaba cómodo en el debate", aseguran fuentes cercanas al PP. La pinza de las fuerzas opuestas dejó en evidencia a PSOE y Ciudadanos, dos partidos que no brillaron con las misma nitidez en la tribuna de oradores. El momento más tenso del rifirrafe se vivió a costa de las manifestaciones previstas para rodear el Congreso el sábado, el día que previsiblemente Mariano Rajoy saldrá elegido presidente del Gobierno por mayoría simple.

"Delincuentes"

Las risas que provocaron algunas de las advertencias que Rajoy le dio a Iglesias ("tiene usted un alto concepto de sí mismo. Hay que andar con cuidado, la realidad suele ser implacable") se convirtieron en abucheos cuando el líder de Unidos Podemos señaló con su dedo acusador a la bancada del grupo popular y dijo: "Hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que allí fuera". El presidente del PP le dejó muy claro que él no tiene miedo a casi nada, y mucho menos a las manifestaciones y a las huelgas generales. Y que defenderá esos derechos siempre. "Tuve dos en seis meses", le recordó, antes de poner en duda la credibilidad de Iglesias como parlamentario. "¿Significa eso que los que van a salir a la calle no se sienten tampoco representados por usted, señor Iglesias?".

El momento más incómodo fue cuando Pablo Iglesias llamó literalmente "delincuentes potenciales" a miembros del Parlamento. La presidenta de la Cámara, Ana Pastor, tuvo que llamar al orden a los diputados conservadores que se revolvían en sus escaños. Unos abucheos que no frenaron al orador. "La gente humilde solo tienen las instituciones para que les protejan. Esas que ustedes han convertido en su cortijo. Hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que ahí fuera", dijo Iglesias, que continuó con este hilo en el turno de contrarréplica. "Recomiendo al PP que cuando se hable de delincuentes, ustedes se callen". Y a continuación citó a Pedro Gómez de la Serna, Vicente Pujalte y José Manuel Soria.

La buena sintonía entre Rajoy e Iglesias saltó por los aires cuando tomó la palabra el portavoz del PP, Rafael Hernando, casi al final de la jornada. El conservador acusó al de Podemos de usar "el nombre de España" y "ponerse al servicio de dictadores", actividad por la que habría cobrado. Hernando mencionó la vinculación de miembros de Podemos con Venezuela y sugirió vínculos con Irán, algo de lo que el portavoz ha acusado al partido morado en el pasado. 

"Cuatro millones"

Los miembros de Unidos Podemos se revolvieron en el escaño y Pablo Iglesias pidió la palabra a la presidenta para que el aludido retirase sus palabras del Diario de Sesiones, algo que rechazó Hernando, que tomó el micrófono y echó más leña al fuego: "Cuatro millones". Iglesias enfiló la puerta de salida y todos los miembros de su grupo le siguieron. Solo faltaban unos minutos para la votación, por lo que solo les dio tiempo a reunirse en una sala contigua para expresar su malestar a los periodistas.

Al acabar la jornada, la vicepresidenta del Gobierno en funciones defendió a su portavoz con esta afirmación: "Como trates, serás tratado". Un argumento que también utilizó Albert Rivera. "En el Parlamento, cuando uno da también recibe". 

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