El juez de Madrid Arturo Zamarriego acaba de concluir una de las piezas en las que se investiga a Francisco Nicolás Gómez Iglesias y ha concluido que existen indicios de varios delitos para llevarle a juicio. El auto de transformación en procedimiento abreviado es el paso previo a la apertura del juicio oral. En un auto judicial, el instructor considera que existen indicios de usurpación de funciones públicas, malversación de caudales públicos, un delito de cohecho y otro de falsedad en documento público. Junto a él, han sido procesados dos policías municipales.

En la resolución, el juez sostiene que en fecha no determinada del mes de agosto de 2014, el joven, haciéndose pasar por representante de la Casa Real y la vicepresidencia del Gobierno, contactó con el empresario Jorge Cosmen Menéndez-Castañedo, presidente del grupo Alsa, con el fin de concertar una reunión entre ambos. Este accedió a entrevistarse con él, de manera reservada, en el restaurante San Miguel de Ribadeo el día 13 de agosto de 2014.

Días antes de la reunión, Gómez Iglesias alquiló cuatro vehículos de alta gama con sus respectivos conductores. Además, realizó varias llamadas al Ayuntamiento y a la Policía Local de Ribadeo, en las que, tras identificarse de nuevo como representante de la Casa Real y la vicepresidencia del Gobierno, les anticipa la reunión con el empresario, advirtiéndoles que, a la misma, acudirá una personalidad “cuya identidad no podía revelar por razones de seguridad nacional”.

Comida falsa con el rey

Paralelamente, al dueño del restaurante San Miguel, les anuncia que asistirá al almuerzo su majestad Felipe VI, identificándose una vez más como representante del Palacio de la Zarzuela. Así, para constituir tal comitiva, el 'pequeño Nicolás' contactó con dos policías municipales, que fueron contratados para simular labores de vigilancia y escolta. Llevaron rotativos policiales acústicos y luminosos de emergencia propiedad del Ayuntamiento de Madrid, que tenían en su poder por su trabajo.

Ya en Ribadeo, la Policía Local había dispuesto un vehículo y dos motos para escoltar a la comitiva de Francisco Nicolás Gómez Iglesias. Los vehículos de la comitiva llevaban activados los rotativos policiales de emergencia, tanto acústicos como luminosos, y eran claramente visibles en el salpicadero las falsas acreditaciones oficiales.

Al llegar al restaurante, la comitiva fue recibida por un numeroso grupo de vecinos encabezados por el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez, que expresó su sorpresa al constatar la ausencia de su majestad Felipe VI. El joven investigado excusó su presencia hablando en nombre de la Casa Real y, una vez abandona el lugar el alcalde, no así la policía municipal de Ribadeo, comenzó en el interior del restaurante la reunión con Cosmen.

Llamada simulada de la vicepresidenta

Durante la comida, los agentes de policía investigados, equipados con intrauriculares de oreja, simularon realizar funciones de seguridad. El 'pequeño Nicolás' trató con su interlocutor de diferentes asuntos, entre ellos de la inminente liberalización del mercado ferroviario y la renovación de las licencias de transporte ferroviario concedidas a Alsa.

En un momento dado, casi al final de la comida, uno de los policías que están a un paso de llegar a juicio avisa al joven que tiene en espera una llamada urgente de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y le cede el teléfono para que atienda la llamada. “Se ha demostrado que dicha llamada no existió. Aún así, Francisco Nicolás Gómez Iglesias fingió que establecía una conversación telefónica con la vicepresidenta en presencia de Jorge Cosmen, dejando entrever que había una relación profesional entre ambos”, recoge el auto al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

Al finalizar la reunión, la comitiva salió de Ribadeo escoltada por la policía local, llevando activados nuevamente los rotativos acústicos y luminosos, y haciendo ostentación de las acreditaciones falsas. Unos días después, el empresario se pudo en contacto con María Pico, directora de gabinete de la vicepresidenta del Gobierno, a la que informó de lo sucedido.

“Se ha demostrado que, de acuerdo con lo convenido, Jorge González Hornillos y Carlos Pérez López Dávila recibieron, de Gómez Iglesias, una remuneración dineraria por la preparación de la falsa comitiva y su actuación como falsos agentes de seguridad durante el encuentro en Ribadeo con el empresario Jorge Cosmen”.

Según el juez, estos hechos aparecen “constatados”, de manera indiciaria, mediante los datos contenidos en el atestado elaborado por la Policía, las declaraciones de los investigados y testigos, las conversaciones vía telefónica y vía WhatsApp realizadas entre los investigados, y la documentación intervenida a Gómez Iglesias y en el registro practicado con autorización judicial en el domicilio de éste.

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