Daniel Montero Nicolás Pérez

Francisco Granados vivía por encima de sus posibilidades. En apariencia, el ex consejero de la Comunidad de Madrid era capaz de estirar su sueldo público hasta vivir en una casa de lujo, conducir un coche de alta gama y gastar unos 50.000 euros al año (algo menos de lo que recibía en neto por su trabajo) en mantener un barco de recreo junto a dos de sus mejores amigos. Sin embargo, en realidad las cuentas eran bien distintas. Granados recibía mordidas, compraba terrenos a sobreprecio para repatriar dinero desde Suiza, y recibía regalos en especie que rozaban el ridículo: desde el champú hasta compras de mejillones y bogavantes, pagados durante al menos cuatro años por su socio y compañero de banquillo, David Marjaliza.

Gastos disfrutados por Granados y abonados por David Marjaliza.

Las pruebas figuran negro sobre blanco en el sumario del caso, suministrado este martes a las partes por la Audiencia Nacional. Durante cinco años (2010-2014) Marjaliza, Granados y el empresario Javier López Madrid compartieron los gastos de un barco de recreo propiedad del tercero. Una embarcación de 18 metros de eslora fabricada en Francia. La contabilidad del navío refleja los gastos que cada uno de los investigados realizaba en sus viajes, y explica con detalle las compras encargadas por Granados. Unas compras que eran abonadas en realidad por David Marjaliza.

Solo en 2012, el ex vicepresidente de la Comunidad de Madrid gastó 2.163 euros en "rape fresco, emperador, sepia, almejas, mejillones, boquerones, carne estofada, frutas, verduras, pan, queso, ensaimada...". Los gastos eran apuntados en la contabilidad del barco como "DM2", en referencia al empresario David Marjaliza. Sin embargo, eran Granados quien los disfrutaba.

A lo largo de los años, Marjaliza costeó de su bolsillo las continuas compras que Granados y su familia disfrutaban en sus vacaciones "Atún fresco -63,12" "Prensa, 2,5" recoge la contabilidad incluida en el sumario bajo el epígrafe "DM2". Lima Limón, solomillo de ternera, un pollo, helados (12 euros) y anchoas del Cantábrico formaron parte de la compra que la tripulación preparó para la estancia que Granados arrancó en agosto de 2012. Pescado congelado, pulseras... hasta las propinas corrían de la mano del empresario Marjaliza, que en agosto de 2013 pagó de su bolsillo los 2.432 euros que Granados se gastó cuando atracó el barco en el puerto de Ibiza.

En tres años, Marjaliza se gastó más de 9.000 euros solo en compras (Bogavantes, solomillo, gambas, bebidas o judías de bote). Hasta el champú para el pelo. Todo para las vacaciones de Granados.

Francisco Granados, junto a su mujer en la cubierta del barco.

 

130.000 euros pagados por Marjaliza.

Tras analizar el uso del barco, los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil concluyen que Granados utilizaba el barco y recibía estos regalos mientras era Consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, además de diputado autonómico y senador después de las Cortes Generales. Pese a que el principal imputado en la Púnica tenía en el barco pagado hasta el pan de molde, "Francisco Granados nunca realizó transferencia alguna durante todo el tiempo que utilizó la embarcación", concluyen los agentes. En total, tal y como adelantó El Confidencial el 18 de mayo, Marjaliza abonó de su bolsillo 130.000 euros para cubrir la parte de Granados.

A criterio policial, "estas aportaciones que realiza David Marjaliza correspondientes a Francisco Granados se tratarían de una contraprestación. Es decir; un pago en especie por os favores de los que han sido beneficiarias las sociedades del empresario Marjaliza", explican los agentes en sus informes. 

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