Por primera vez desde que se desató el incendio de Seseña, las cámaras de televisión entran en el cementerio de neumáticos arrasado. Las imágenes muestran que las montañas de ruedas acumuladas durante años en esta ciudad de la provincia de Toledo se han convertido ya en una masa de goma quemada.

Imágenes del interior del vertedero de Seseña

La maquinaria pesada ha tomado la zona, colindante a la ciudad dormitorio de 'El Pocero'. Allí donde remueven, aceleran la combustión y vuelven a salir llamas y columnas de humo.

Desde el aire se aprecia, de color más negro, la superficie del cementerio que se ha salvado de las llamas. En el resto, lo demuestra la cámara térmica, se siguen alcanzando altas temperaturas. Mientras, sigue sin haber clase en varios centros de la zona. Entre las suspensiones por el humo y los puentes por festivos van siete días de aulas cerradas.

Siguen los trabajos de extinción

Los bomberos desplazados al incendio, que se inició el 13 de mayo, siguen removiendo el material acumulado que se ha visto afectado para tratar de extinguir el fuego. Fuentes del servicio de emergencias 112 han informado que en el lugar trabajan dos dotaciones de bomberos del Consorcio de la Diputación de Toledo, compuestas por ocho personas, y una dotación más de bomberos de la Comunidad de Madrid, con cuatro personas más.

También trabajan en el lugar seis máquinas pesadas para continuar moviendo el material que se ha visto afectado, con el objetivo de favorecer la combustión de las ruedas que se han visto dañadas por las llamas, ya que se calcula que una cuarta parte de los neumáticos almacenados no está afectada por el incendio.



El incendio del cementerio de neumáticos de Seseña, que acumula 5 millones de ruedas y que estaba considerado el vertedero ilegal de ruedas más grande de Europa, comenzó en la madrugada del 13 de mayo y provocó, el primer día, el desalojo de los vecinos de la urbanización El Quiñón, a 500 metros del fuego, debido a la columna de humo negro.