La polémica sobre el peso del euskera en el acceso a la Función Pública del País Vasco es un debate recurrente. Está presente en cada OPE (oposiciones de empleo público) y con fuerza en las convocadas en la red sanitaria a las que se presentan decenas de miles de aspirantes.

El conocimiento de la lengua vasca es un requisito imprescindible para acceder a determinadas vacantes y puntúa en el resto. Superada la fase de la oposición, el grado de conocimiento (perfil lingüístico) obtiene en el concurso de méritos posterior un baremo superior al alcanzado por la formación, la especialización o las actividades científicas y docentes.

La discusión ha llegado de nuevo este jueves al Parlamento Vasco, donde los grupos nacionalistas han impedido que prosperara la propuesta impulsada por enésima vez por el PP para reducir la presión lingüística, ante el anuncio en este caso de una nueva convocatoria de oposiciones en Osakidetza (Servicio Vasco de Salud).

PNV y EH Bildu han unido sus votos (47) para tumbar la propuesta transaccionada por PP con PSE y UPyD (27).

Sus defensores han denunciado “la injusticia” del sistema. Han afirmado que no garantiza la igualdad de oportunidades, merma los derechos de los castellano parlantes, e impide retener y atraer a los mejores profesionales sanitarios, ya que el euskera se convierte en “determinante” a la hora de entrar en la Administración.

Según el PP, bloquea además el acceso a los de fuera, mientras los vascos se pueden presentar en otras comunidades autónomas.

Todos estos argumentos son rechazados de plano por los nacionalistas, que no admiten que sea discriminatorio ni determinante.

EUSKERA, 18; DOCTORADO, 15

La valoración de los méritos se determina en las bases de cada proceso selectivo, no publicadas todavía en relación a la nueva OPE de 1200 plazas aprobada en abril por el Sistema Vasco de Salud (Osakidetza) . Sus exámenes se celebrarán en 2017 y de ahí el carácter “preventivo” de la iniciativa parlamentaria, ante la convicción expuesta por Gorka Maneiro (UPyD) de que el PNV no cambiará de criterio.

En la última OPE sanitaria, celebrada en 2015, la acreditación del PL 1 otorgaba 9 puntos y la del nivel inmediato superior, 18. EL PL 2 daba mayor puntuación que el doctorado o incluso que el título de la especialidad conseguido a través del MIR (programa de Médicos Internos y Residentes), de cuatro años de duración, en el caso de los médicos de familia. Ambas circunstancias estaban valoradas con 15.

Según las tablas confeccionadas para los médicos, disponer de un expediente académico brillante vale hasta un máximo de 5 puntos; contar con un máster de postgrado, 7,5 ; y poseer otra especialidad vía MIR u otro sistema, 1 y 0,5 respectivamente. Sólo cuando el doctorado se consigue con una calificación de cum laude se iguala en puntuación al euskera.

Por actividades docentes, como profesor universitario o tutor de médicos residentes, no se sobrepasan los 10 puntos. Por el conjunto de libros, publicaciones, conferencias y comunicaciones científicas, de ámbito nacional o internacional, el tope es de 15.

El 70% de los aspirantes aprobó la última OPE de Osakidetza. La oposición “se dirimió” en el concurso de méritos, donde quien tiene un PL 2 “parte con ventaja”, por lo que el euskera “es determinante para acceder a un empleo público”, ha explicado la parlamentaria popular, Laura Garrido.

2.500 FIRMAS PIDEN SOLUCIONES

Los problemas para quienes no saben euskera se trasladan a las bolsas de trabajo, según denuncian los afectados. Un grupo de opositores impulsó en febrero desde Vitoria en change. org la creación de una plataforma contra la discriminación lingüística, que ya ha recogido casi 2.500 firmas.

El colectivo asegura que profesionales que aprobaron las oposiciones están siendo excluidos de las contrataciones por no saber euskera, mientras que el trabajo se reparte entre gente que no superó la OPE, o ni siquiera se presentó pero que está en posesión del PL 2. Pide que se tenga en cuenta la realidad sociolingüística alavesa, el territorio vasco donde el euskera está menos implantado.

El PP se ha hecho eco de sus demandas en la Cámara, donde Garrido ha señalado como otra contradicción del sistema que quienes gracias al euskera obtienen mejores puntuaciones optan luego por ocupar plazas en las capitales y dejan vacantes las ubicadas en los municipios más euskaldunes.

EUSKALDUNIZACIÓN DEL 30%

Osakidetza, con 27.000 trabajadores, es la mayor empresa del País Vasco y el debate sobre la euskaldunización de su plantilla tiene un gran alcance social. Según los últimos datos aportados por el Departamento de Sanidad el 30% del personal acredita ahora perfil lingüístico. Este porcentaje representa un gran avance respecto hace doce años, cuando apenas sabía euskera un 7%, aunque el ritmo seguido en el sistema sanitario público no satisface al Gobierno vasco.

El consejero de Salud, Jon Darpón, reconoció recientemente que los resultados no son los apetecidos pese a los esfuerzos realizados por su Departamento y el gasto extra asumido para impulsar el aprendizaje del euskera. En la actualidad, indicó, cerca de 2.500 trabajadores están liberados de su jornada laboral o asisten fuera de ella a cursos de euskera financiados por el ente público.

La parlamentaria del PP ha llamado esta mañana al PNV a reflexionar sobre esa falta de eficacia de las medidas aplicadas, pese “a la ingente cantidad de dinero” invertido.

El PSE ha incidido en otras “disfunciones” señaladas por su parlamentario Jon Azkue, que ha pedido sin éxito un sistema de perfiles más flexible, con distinta competencia oral y escrita, porque “su exigencia no ha supuesto un incremento proporcional del uso del euskera”.

EL PNV NIEGA Y CRITICA AL PSE

La apuesta por la denominada normalización lingüística mantiene permanentemente encendida la discusión en la Cámara vasca sobre la validez del sistema, sin que el paso de los socialistas por el Gobierno (2009-2012), presidido por Patxi López, introdujera cambios sustanciales, como le ha recriminado Maneiro y recordado el PNV.

“Si usted acepta que la normativa discrimina, ¿cómo es posible que estando en el Gobierno no hayan hecho nada?”, ha espetado a Azkue la parlamentaria nacionalista Josune Gorospe.

Primera de las paradojas. La segunda, según Gorospe, es que la propia realidad de Osakidetza, “no euskaldunizada al 100%”, demuestra “la falsedad” de la premisa sobre la discriminación utilizada de forma “partidaria” por el PP, a quien ha acusado de pretender la consolidación del “monolingüismo español”.

“EXTRAÑOS EN NUESTRO PAÍS”

El tono del debate se ha endurecido con la intervención de la parlamentaria de EH Bildu, Rebeka Ubera, que ha insistido en que la falsa dicotomía entre “médico bueno o euskaldún” está ya superada.

La coalición abertzale defiende que el conocimiento del euskera tendría que ser un requisito exigible para trabajar en Osakidetza y que, por tanto, hay que euskaldunizar a sus trabajadores e impedir la entrada a quienes no sean euskaldunes.

Ubera ha señalado que prestar los servicios sanitarios en las dos lenguas co-oficiales “es una obligación “ de la Administración y que son los derechos de los vascoparlantes los que están siendo “conculcados”, porque además los perfiles lingüísticos contemplados “no se cumplen”.

“Nos sentimos extranjeros en nuestro país (…) , se nos discrimina y excluye”, ha sostenido, antes de acusar al “nacionalismo español” de actuar con “ignorancia, fascismo y crueldad”. Hasta ha llegado a observar planteamientos “que rozan la xenofobia” en los argumentos expuestos por PP, PSE-EE y UPyD.