“La realidad es así de cruda y así de dura”. El lamento del número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas, sirve para ilustrar el enésimo fracaso de una legislatura que bien podría pasar a la historia como la del desacuerdo. El último, el referente a los gastos electorales de la campaña, sobre los que no ha habido pacto para una reducción coordinada.

La segunda reunión de todas las fuerzas políticas en el Congreso de los Diputados se ha saldado con varias propuestas y vetos. Si la semana pasada el PP y el PSOE mantenían una posición similar frente a Ciudadanos y Podemos, esta vez el principal escollo ha sido el PP.

Ciudadanos y Podemos apostaban por reducir el límite de gasto (el techo de lo que cada partido se puede gastar legalmente) en un 50 o hasta en un 70% en la propuesta de la formación morada, mientras que el PP defendía reducir proporcionalmente un 30% en relación a lo gastado realmente en la última campaña.

La primera propuesta perjudicaba fundamentalmente a PP o PSOE, ya que Podemos y Ciudadanos están muy lejos del límite, que se calcula en función de la población de las circunscripciones. La segunda obligaba a todos los partidos a recortar por igual sin discriminar entre partidos que gastaron mucho más de lo que debían de los que hicieron una campaña austera. El PSOE, inicialmente más cerca del PP, cambió de posición y aceptó un 50% en el recorte del techo. Pero el PP y otros partidos, como UPN, CDC y PNV, mantuvieron su negativa.

Todos los partidos estaban de acuerdo con matices en reducir en partidas como la publicidad exterior (vallas o banderolas, por ejemplo), pero querían seguir disponiendo de un amplio margen para lo demás. PP y PSOE cifraban ese recorte en vallas y banderolas en el 20% que fija la ley como tope a la partida, pero los partidos pequeños exigían a los grandes un recorte mayor en todo lo demás. No en vano, el PP se ha gastado 12 millones en la última campaña, el PSOE, 8,6, Ciudadanos 3,4 y Podemos 2,9, excluyendo el coste de enviar papeletas a casa.

El buzoneo, otro escollo

En ese buzoneo o mailing de millones de papelestas a cada elector tampoco ha habido acuerdo. Las cantidades se cuentan aparte, separadas de todos los demás gastos. El PP y el PSOE no quieren renunciar a enviar por separado papeletas. Mientras que el PP cree que el coste (0,18 euros por elector) es adecuado, el PSOE estaba dispuesto a rebajarlo a 0,15 para reducir en un millón el gasto en ese concepto.

Varios de los demás partidos preferían un envío conjunto, ahorrando papel, para que a cada elector le llegase un sobre y todas las papeletas. Podemos y Ciudadanos estaban en esta tesis y han asegurado que la van a explorar aunque PP y PSOE no estén de acuerdo. Segundo González, responsable de Finanzas de Podemos, cree que los partidos interesados pueden ahorrarle a las arcas públicas entre 5 y 10 millones de euros sólo en este concepto.

¿Qué hará cada partido?

Ante la falta de acuerdo, cada partido ha anunciado sus planes. Podemos no reducirá costes, pero se compromete a no ampliarlos. La razón, según González, es que su campaña ya ha sido la más austera y no ha llegado a los 3 millones en total, contando todas las partidas.

Ciudadanos ha anunciado un recorte de entre un 10 y un 15% respecto a la anterior. Los detalles los irá concretando en próximas fechas. El PSOE volvió a su posición inicial y ha comprometido, en palabras de Óscar López, un recorte del 30% respecto al 20-D, que es en realidad un 50% menos que en 2011. Lo hará fundamentalmente a través de la publicidad exterior y el mailing.

"Es verdad que no hay acuerdo, pero sí austeridad”, ha indicado el responsable de Organización del PP, Fernando Martínez Maillo, que promete recortar al menos un 20%, fundamentalmente en publicidad exterior.

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