Todo aquel que sufrió a Luis Pineda dice lo mismo de él. Le definen como un vividor que se hizo millonario a costa de amenazar y chantajear a empresas, bancos y cajas para luego salir públicamente como un 'Robin hood' en pro de los derechos de los consumidores. Formó una asociación de usuarios de banca y bajo esa plataforma amenazaba con difundir escándalos contra las entidades o, peor aún, pasearse por los juzgados presentando demandas y querellas.

Una de sus víctimas fue Telefónica. La compañía de telefonía estuvo durante años negándose a pagar por publicidad en sus revistas a cambio de no ser acosada. Pineda actuó en consecuencia e interpuso una demanda en la que exigía a la compañía 458 millones de euros. Pero Telefónica podía conseguir parar ese proceso judicial a cambio de pagar a Pineda 6 millones de euros.

Según fuentes próximas a la investigación consultadas por EL ESPAÑOL, Pineda exigió a Telefónica 6 millones de euros por retirar una demanda por la vía de lo mercantil. Expuso su propuesta a varios miembros de la compañía y ésta decidió finalmente no plegarse a sus chantajes. El problema de esas demandas para las compañías es el daño reputacional que hacían una vez entraban en el juzgado, además del acoso mediático que Pineda hacía a través de sus revistas y periódicos, como Ausbanc o Mercado de Dinero, además de la plataforma de medios nacionales que le dejaban participar en sus programas como portavoz de consumidores.

De la investigación que ha llevado al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz a enviar a Pineda a prisión, se ha desprendido varios chantajes y extorsiones por parte del presidente de Ausbanc, y en algunos caso con la colaboración del secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernard. En plena investigación se descubrió que ambos habían intentado extorsionar al entorno de la infanta Cristina de Borbón, reclamando el pago de 3 millones de euros a cambio de retirar su acusación en el 'caso Nóos'. Hay otro caso, el del presidente de Unicaja, Braulio Medel, que decidió pagar un millón de euros a cambio de que Manos Limpias retirara su imputación en el caso de los ERE de Andalucía.

Aprovechó una multa europea

En el caso de Telefónica, Pineda aprovechó que la Comisión Europea había multado en el año 2007 a la empresa a pagar 151 millones de euros por posición dominante al estrechar los márgenes en los precios de ADSL cobrados a empresas mayoristas de la competencia. Ausbanc aprovechó esa decisión para acudir a un juzgado de lo Mercantil y reclamar 458 millones de euros en concepto de daños y perjuicios de los consumidores, al entender que la Comisión Europea no había tenido en cuenta el resarcimiento de los consumidores.

Tras presentar la demanda, acudió a ver a varias personas de la compañía para intentar llegar a un acuerdo extrajudicial. Si él se llevaba seis millones de euros al bolsillo, quitaba la demanda y se acababa el pleito. Sin embargo, estas fuentes sostienen que la compañía se negó a sus pretensiones. Finalmente, los tribunales no le dieron la razón y la Audiencia Provincial de Madrid archivó el asunto por falta de legitimación de Ausbanc en el año 2013.

Telefónica, con César Alierta como presidente, tuvo que sufrir muchos años de persecución por parte de Pineda. La compañía nunca quiso pagarle publicidad y como resultado obtuvo cerca de una veintena de demandas. La postura de la empresa cambió ligeramente cuando desde La Caixa, durante la presidencia de Isidro Fainé, se sugirió a la gente de Alierta que pagaran algo de publicidad a Pineda. Sin embargo, la compañía disponía de una orden por la que no se podía pagar publicidad con aquellos medios con los que se tuvieran pleitos.

Como ya publicó este diario, entre bancos, cajas y grandes empresas se intentó parar los pies a Pineda buscando un consenso para que nadie le pagara. Sin embargo, el Banco Santander, con Emilio Botín a la cabeza, y La Caixa siempre defendieron el apoyo de Pineda. Fuentes del sector explican que fue la retirada de la acusación popular representada por Ausbanc contra el banquero por el asunto de las cesiones de crédito que investigaba la Audiencia Nacional, lo que provocó que desde entonces Botín fuera su mayor defensor. Varios fuentes confirman que si nunca se acabó con el “chiringuito” de Pineda fue por estos dos grandes apoyos que tuvo durante años.

Su origen, en el Banco de España

Otras fuentes conocedoras de este caso recuerdan que quien catapultó a Ausbanc fue el Banco de España en el año 1994 con Luis Ángel Rojo como gobernador. Había saltado el escándalo de Banesto, el el regulador asignó a Ausbanc, en ese momento una asociación desconocía, la representación de la acción social patrimonial.

Pineda entonces se encargó de representar a los clientes de Banesto para reclamar a Mario Conde su dinero. Estas fuentes aseguran que después de liderar esta acción, Pineda reclamó a Banesto, ya con Alfredo Sáez como presidente, una factura de 5 millones de pesetas por su actuación.

La entidad preguntó al Banco de España sobre ese pago pero el organismo ordenó a Banesto pagar a Pineda esa factura. Gente próxima a Pineda explican que fue entonces cuando Ausbanc se empezó a dar a conocer y su presidente comenzó sus andanzas. Primero fue pidiendo modestos ingresos por publicidad para llegar a cantidades muy por encima del mercado publicitario.

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