Más de 11.000 graduados en Medicina realizaron el pasado mes de febrero la prueba del MIR para lograr una plaza de residente en alguno de los centros sanitarios de toda España. Aprobaron la prueba 9.228, pero no todos consiguieron en un examen “atípico” la suficiente nota como para poder acceder al puesto: 3.130 médicos se quedaron fuera por no alcanzar la puntuación necesaria.

Entre los más de 6.000 que sí lograron una buena posición, concretamente la segunda mejor nota, se encuentra Osvaldo Gabriel Pereira-Resquí, un joven de 29 años, que este miércoles no acudió al reparto de plazas porque sólo se presentó a uno de los procesos de selección más duros de nuestro país para “volver a vivir la experiencia” y “acompañar” a sus alumnos.

Entre los nervios y la alegría que invadieron la primera jornada de adjudicación de plazas de la convocatoria del MIR 2016, se coló la incredulidad de los presentes en el Ministerio de Sanidad cuando se anunció que el segundo de la promoción, el doctor Osvaldo Gabriel Pereira-Resquí, renunciaba a su plaza porque ya ejerce la medicina y se había presentado a las pruebas “como reto personal”.

“Llevaba varios años acompañando a mis alumnos al MIR pero me tenía que quedar en la puerta, no podía estar con ellos durante el examen. Así que este año una mezcla de broma y seriedad, me lo propusieron y yo accedí”, reconoce Pereira a EL ESPAÑOL.

Fue el 'número tres' en 2011

Este doctor de pediatría es ‘reincidente’. No es la primera que se presenta al MIR y tampoco es novato en esto de estar en lo más alto del ránking. Pereira-Resquín obtuvo en la convocatoria de 2011 la tercera mejor nota. Una calificación que le permitió realizar su residencia.

Ahora forma parte del equipo de medicina del hospital público de La Fe de Valencia mientras lo compagina con su labor de docente en la Universidad CEU Cardenal Herrera y el grupo CTO.

Entre sus alumnos, muchos aspirantes a una residencia que no han logrado sacar más nota que su profesor, pero que arrancaron una ovación en la sede del Ministerio cuando se conoció que Pereira no había acudido a la elección de plazas.

“Cabía la posibilidad de presentarme al examen y sacar menos nota que mis alumnos. Jugué con ese riesgo, y mira, no me ha salido mal”, dice entre risas a este periódico. Pereira aún no ha cumplido los 30 años y desde hace más de 15 vive en Valencia después de emigrar desde Argentina.

Se preparó poco el examen

En su “humilde” opinión, reconoce que se preparó “muy poco” un examen que a los novatos les suele costar una media de año y medio estudiar. Explica que tener la experiencia clínica adquirida desde 2011 hace que el examen sea “más asequible”, aunque afirma que se ha “sorprendido” de cómo los conocimientos se “retienen” después de cinco años. “Uno cree que se olvidan las cosas que estudia, pero parece que no”.

“No esperaba jamás”, “jamás”, insiste, “sacar tan buena nota porque no era el objetivo”, pero en una rama del conocimiento en constante evolución como es la medicina, asegura, que esto le ha servido para mantenerse “actualizado”.

Si hubiese tenido que volver a elegir una especialidad, volvería a elegir “sin duda” pediatría, la que considera su “pasión” y la que le ha permitido gozar en estos momentos de una buena situación laboral.

Tras ser preguntado por si se volverá a presentar al MIR 2017 ya sea como reto de nuevo o para acompañar a sus alumnos, afirma que no lo tiene claro, pero que “puede ser”. Eso sí, ya augura un futuro sin ver las preguntas del próximo test: “No creo que vuelva a acabar en tan buena posición. También juega la suerte”.

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