En abril de 2012, pocos días después de la malhadada cacería de Botsuana, Zarzuela respiró aliviada cuando El Mundo desveló que había sido Mohamed Eyad Kayali el que pagó la expedición para matar elefantes de Juan Carlos I. Era importante hacer ver a los españoles que la dichosa excursión no había costado un céntimo al erario público. Hasta entonces, pocos habían oído hablar en España de este empresario hispano-sirio que el mes que viene cumple 80 años. Lo que nunca quedó claro entonces es por qué pagó Kayali los aproximadamente 50.000 euros que costó la estancia de cuatro adultos y un menor en el delta del Okavango.

Este miércoles, La Sexta y El Confidencial han recuperado el nombre de este viejo conocido de la corte de Juan Carlos I por su relación con 15 empresas offshore en los papeles de Panamá. Pocas son: desde hace medio siglo, Kayali es el hombre-para-todo de Salman bin Abdulaziz al Saud, actual rey de Arabia Saudí. El pasado diciembre, además, Kayali renovó como principal administrador del octogenario monarca y de su familia, según confirman a EL ESPAÑOL fuentes cercanas al empresario hispano-sirio.

Así consta en el consejo de Administración de la secreta Corporación Shaf, el buque insignia del clan saudí en Luxemburgo y en el que Kayali consta desde el año 2009. El nombre del holding familiar saudí es muy parecido al del yate de Salman tanto tiempo atracado en Puerto Banús (Marbella): Shaf London. Junto a Kayali son miembros del consejo de la corporación Shaf tres de los cinco hijos varones que Salman tuvo con su primera esposa legal, su prima la princesa Sultana, miembro como él del poderoso clan Sudairi: Sultan, Faisal y Abdulaziz. La princesa Sultana murió en Marbella en 2011. A partir de entonces, Salman comenzó a frecuentar Tánger en verano.

Kayali vino a España en los años 60 del siglo pasado y conoció a Salman cuando empezó a trabajar como traductor en la embajada de Arabia Saudí en Madrid. Pronto se convirtió en su mano derecha para los asuntos en España, empezando la casa-palacio en Marbella del príncipe. Kayali, casado con una española y padre de seis hijos, se fue transformando en imprescindible. Sus negocios fueron floreciendo junto a sus vínculos con la corte saudí. Su empresa principal en España es Euroamykasa, especializada en operaciones inmobiliarias de alto standing por todo el mundo. Pero donde más le gusta estar es en su finca de Toledo, llamada Cantos Blancos. Allí, y en su casa en una urbanización de lujo en Madrid, hay más de una fotografía dedicada del rey Juan Carlos. Amigos desde los años 70, el rey emérito y el empresario comparten la pasión por la caza mayor.

VIAJE FALLIDO DE FEBRERO

Ahora, Kayali pertenece también al círculo íntimo de Mohamed bin Salman, el nuevo hombre fuerte de Arabia Saudí. Mohamed, de 35 años, es el favorito de los 13 hijos de Salman, y Kayali lo conoce desde niño. Lo tuvo con su tercera esposa legal, y desde enero, el joven príncipe acumula un enorme poder: Defensa, Corte Real, Comité Económico y Aramco, la poderosa empresa nacional de petróleo.

Para la diplomacia española, Kayali sigue siendo tan imprescindible como cuando reinaba Juan Carlos I. También para los empresarios que quieren abrirse camino en el reino del Desierto. Según fuentes diplomáticas, Kayali colaboró de manera estrecha para organizar el que tenía que haber sido el primer viaje de los reyes Felipe y Letizia a Riad el pasado febrero. La visita no llegó a hacerse- oficialmente- debido a la incierta situación política española. Oficiosamente, fue determinante la decapitación de un importante clérigo chií así como de otros opositores al régimen de los al Saud a principios de enero.

“Kayali entra y sale por la embajada de España en Riad y por los palacios de los al Saud como Pedro por su casa”, explica un diplomático. “Para España, su amistad con el rey emérito fue y sigue siendo de un enorme valor. Muchos países competidores de España darían lo que fuera por tener a un abre-puertas del nivel de Kayali”.

La intermediación de Juan Carlos I ante la corte saudí se remonta a los años 70 del siglo pasado cuando conoció a Kayali. Se dispara a partir de 1982 cuando es nombrado rey Fahd apoyándose durante cuatro décadas en sus hermanos Sultan (Defensa) y Salman (gobernador de Riad). El protagonismo de Juan Carlos I desplazó a algunos saudíes prominentes en la corte de entones, como Ghaith Pharaon, que había adquirido el poder por ser hijo del médico personal del viejo rey Abdulaziz.

“Las relaciones entre los extranjeros y la familia real saudí son difíciles y dependen de muchos factores que van cambiando con el tiempo y las personas”, explican fuentes diplomáticas extranjeras. “Mohamed Kayali es uno de los pocos que ha conseguido mantenerse siempre en el inner circle, incluso ahora en estos tiempos turbulentos en los que estamos asistiendo a un cambio gradual de una generación de al Saud a otra. Y con unos tremendos problemas estructurales que causan grandes tensiones en el reino”.

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