El concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, continúa su particular Semana Santa a pie de campo con los refugiados sirios. Una experiencia que le "ha devuelto al infierno", donde, según relata, "las horas pasan como segundos y el tiempo se escapa entre los dedos. Como la muerte. O como la vida".

Atiende a EL ESPAÑOL antes de irse a dormir "roto del cansancio" y con picores por todo el cuerpo, "sobre todo en la cabeza" porque tiene piojos después de que "varios niños" se "abalanzaran" sobre él esta mañana en el campamentos de refugiados de Rizona, "uno de los más deteriorados": "El miedo a la lluvia es el mismo que el temor al infierno. Los niños corretean descalzos sobre el barro, los hombres discuten en corros en busca de una salida y las mujeres guarecen a sus bebés en las tiendas de campaña".

Carmona, que está narrando su experiencia a través de las redes sociales, carga este jueves, como ya lo hizo al principio de su viaje contra la Unión Europea a la que tacha de "nido de inútiles" por no hacer frente a la tragedia y pide declarar persona non grata al presidente de Polonia, Andrzej Duda. 

"Europa es un océano de prosperidad (para algunos) y un estercolero moral (para todos). Un lugar en el centro del mundo que cava su propia fosa a golpes de podredumbre", afirma. 

"Toneladas de políticos de terciopelo cuyo mensaje al mundo es un enorme eructo en forma de tratado de expulsión masiva. Por ello, de repente, no entienden que antes para Europa ellos fueran refugiados amigos y que ahora les conviertan en inmigrantes ilegales. La decisión del Consejo, la abyección de la razón, el ultraje a la vida".

Carmona recurre al cuadro de Rembrandt 'El rapto de Europa' para explicar las trágicas vivencias que muchas refugiadas tienen que vivir durante su éxodo, en el que tienen que lidiar con "decenas de estraperlistas y logreros que les venden mantas por 20 euros". Según relata, el siguiente paso de su recorrido es un autobús gratuito que les lleva a los campamentos: "Pero de nuevo Europa se presenta con su rostro más purgante : los agiotistas les cobran un euro por pasajero que, naturalmente, se embolsa el hijo de puta de turno envuelto en una bandera azul estrellada".

Durante este Jueves Santo el edil socialista del Consistorio madrileños también ha visitado el Campamento de Malakasa, donde, según recuerda a este medio, es uno de "los más conflictivos". "Los hombres se retan y se pegan con sólo mirarse. Auténticas palizas que se producen antes de que la mirada del uno llegue al otro". Y pese a que le recomiendan "no estar con ellos" en las tiendas de camapaña, dice sentirse "más seguro fumando su tabaco que en cualquier parlamento".

Toneladas de políticos de terciopelo cuyo mensaje al mundo es un enorme eructo en forma de tratado de expulsión masiva. Por ello, de repente, no entienden que antes para Europa ellos fueran refugiados amigos y que ahora les conviertan en inmigrantes ilegales. La decisión del Consejo, la abyección de la razón, el ultraje a la vida.