¿Cómo se definen ustedes?

Somos patriotas y estamos orgullosos de ser españoles.

¿Y qué adjetivo les podría definir mejor?

Somos profundamente socialistas.

¿Les molesta que les llamen nacional-socialistas o neonazis?

No por el término en sí mismo, sino por el significado que quieren darle los que nos lo llaman.

Melisa, de 27 años, es la portavoz del Hogar Social Madrid, grupo formado en agosto de 2014 que cuenta con "unos 60 o 70 militantes". "La gente tiene un miedo atroz a ser políticamente incorrecto, nosotros no", asegura Melisa, sentada en uno de los sillones instalados en el recibidor de la antigua sede del NO-DO, en el número 43 de la calle Joaquín Costa. Nada más entrar, una bandera azul con su escudo recibe al visitante. Todavía se mantienen los carteles de TVE, a los que los nuevos inquilinos han añadido otros: "Gimnasio", "Sala Quijote" o "Biblioteca" son algunas de sus referencias. "Tenemos el Frente Juvenil, la gente más joven involucrada en el Hogar, y estamos empezando a trabajar el tema de la universidad, que está muy monopolizado por la extrema izquierda", explica esta joven madrileña, apurando los últimos tiros de su cigarrillo.

La sede que ocupa el Hogar Social Madrid es la cuarta desde su creación. Desde el primer edificio que tomaron en Tetuán, después dieron el salto al antiguo Ministerio de Trabajo y Seguridad Social -en la calle Bretón de los Herreros- y, más tarde, a las oficinas abandonadas de Forum Filatélico, en la calle José Abascal. Desde octubre, la vieja redacción del NO-DO constituye su centro de operaciones. ¿Por qué este lugar? "Nos gustan los retos", apunta la portavoz. Afuera, varios coches de Policía hacen guardia frente a la Embajada de Israel.

La "acción" contra la mezquita

"El problema son los refugiados y el Islam". Esta es la premisa que defiende el Hogar Social Madrid. "#TerroristasWelcome", apuntaron a través de las redes sociales. Y el modo que los "militantes" encontraron para "reivindicar la amenaza que se cierne sobre Europa" era encender varias bengalas frente a la mezquita de la M-30. "Hoy Bruselas, ¿mañana Madrid?", se preguntaban los miembros de la organización en la pancarta que expusieron frente al templo.

Bengalas en el puente de la M-30 próximo a la Mezquita

"No creíamos que fuera a tener tanto revuelo mediático", reconoce Melisa, quien remite al comunicado del Hogar para explicar las razones del boicot. "Es un foco principal de grupos terroristas", reza el texto. La portavoz asume que, posiblemente, tengan que afrontar acciones legales por este episodio, aunque confía en que no se encuentren acciones punibles y que queden exentos de cualquier responsabilidad.

Por su parte, la mezquita publicó una notificación en la que tildaba de "inaceptables" los sucesos de Bruselas: "Ni la lógica ni la religión admiten este nefasto atentado", expresaron los responsables del templo, antes de condenar "cualquier acción que causa daño a inocentes". También lamentaron "las reacciones extremistas" perpetradas por Hogar Social Madrid.

Una bandera del Hogar en una operación 'skin'

La operación que los agentes de la Policía Nacional efectuaron en marzo de este año contra el grupo Skin Retiro se saldó con la detención de 16 personas; cuatro de ellas, menores de edad. Las autoridades les imputaron varios delitos relacionados con amenazas, coacciones, riñas tumultuarias, lesiones y robos. "Sólo la denuncia da visibilidad al problema y por tanto se puede actuar y evitar nuevas agresiones", apuntó la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa.

En el operativo se incautaron numerosas armas blancas, como porras, puños americanos o navajas, así como numerosa simbología relacionada con la extrema derecha. Entre los objetos expuestos ante los medios de comunicación, una bandera del Hogar Social Madrid. "Tenía ganas de hablar de eso", asegura Melisa, quien justifica la presencia de su anagrama: "Es un montaje policial -promete la portavoz-. La incautaron en una de las desocupaciones que hicimos y la colocaron ahí para criminalizarnos de forma gratuita". El motivo: "Puedo tener mis cábalas, pero no tengo pruebas. Les da impotencia no poder meternos mano y, por eso, nos criminalizan".

Del mismo modo, Melisa también atribuye a "montajes" las denuncias por agresiones que han ido apareciendo en las inmediaciones de las sedes que han ocupado: "La extrema izquierda está obsesionada con nosotros". A ellos les atribuyen casos como los de los '88' grabados con cúter sobre la piel a personas extranjeras [el número 88 guarda una correlación alfabética con las letras 'HH', de 'Heil Hitler']. "Su estrategia de difamación llega a unos niveles a los que Stephen King se queda corto", apunta la portavoz.

"Si me tengo que defender, voy a hacerlo"

En el interior de la antigua sede del NO-DO trasnocha una docena de personas que no tienen otro lugar donde hacerlo. Además, varios "militantes" del Hogar Social montan guardia: "Para que no tiren una bomba en el edificio o salgas quemándote", apunta la portavoz del centro. "Si me tengo que defender, voy a hacerlo", advierte.

En una de las salas más amplias del centro ocupado se encuentra el gimnasio, repleto de máquinas de musculación. "Por el hecho de ser mucha gente, es disuasorio para que no te ataquen", argumenta Melisa. "Mucha gente" que, asegura, mantiene muchas discrepancias ideológicas. "Yo odio el imperialismo, venga de donde venga: el yanquisionista o el nuestro cuando fuimos a América; otros lo defienden -prosigue-. Pero intentamos buscar los puntos que nos unen. Creemos que como españoles, orgullosos que estamos de serlo, debemos defender la justicia social de nuestro pueblo, que es España". 

En el Hogar sí que habrá gente que se pueda definir a sí misma como neonazi.

Claro, pero igual que puede haber personas que se sientan más cercanos a una ideología más cercana… hay un abanico muy amplio de ideologías. Por eso el Hogar no se puede etiquetar con una ideología concreta.

¿Y cuándo les llama así alguien ajeno a la organización?

Es como cuando a Podemos le achacan que ha habido millones de muertos en gulags: te quedas en un hecho histórico, no con la doctrina del comunismo. Lo que hacen es degradar esa ideología y no con el contenido filosófico que puede contener.

La bandera del Hogar Social en una de las salas del edificio okupado. G. Araluce

Reparto de comida a vecinos españoles

Entre las actividades que realiza el Hogar -además de charlas y debates- figura la recogida de alimentos. Tetuán y Carabanchel son los barrios que más frecuentan, por "el perfil obrero y de solidaridad de sus vecinos". Una veintena de "militantes" acuden a estas actividades para "defenderse en caso de agresión". 

Todas las semanas reparten la comida a entre 70 y 100 familias. El requisito que deben justificar los solicitantes -además de la cartilla del paro y el padrón- es que sean españoles. "Nosotros creemos que es una injusticia que con nuestro propio dinero se financien a ONGs que no ayuden a un español", señala Melisa. "En la situación en la que vivimos en España hay que ayudar al español, porque por eso estamos en España", insiste la portavoz. 

Es domingo por la mañana. En Joaquín Costa 43 se agolpan decenas de personas que vienen a recoger su paquete semanal de comida. La mayoría de ellas prefieren mantenerse al margen de cualquier debate ideológico, pero también los hay que se definen "no como franquistas, sino como hitlerianos". Al charlar con ellos, los organizadores nos piden que nos separen. Tampoco aplauden que visitemos la sala que han bautizado con el nombre de Quijote. En ella, varias pegatinas sostienen eslóganes que van desde el "Gibraltar es España" al "Antifa, maricón", pasando por otras referencias ultras. Pero para los miembros del Hogar, "esas pegatinas no nos representan, porque las ha podido pegar cualquiera que haya pasado por aquí".

Entrada de la antigua sede del NO-DO. G. Araluce

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