Pedro Sánchez anunció este sábado que consultará con la militancia del PSOE cualquier pacto de Gobierno que negocie. Es una decisión en clave interna. En su tira y afloja con los llamados barones, Sánchez ha escogido un nuevo juez: sus militantes. ¿Pero qué podemos esperar del voto de las bases del partido?

1. Sabemos que la mayoría de simpatizantes del PSOE quieren un acuerdo. Una encuesta reciente de Metroscopia dice que el 65% de los votantes del PSOE prefiere un acuerdo antes que ir a unas nuevas elecciones. Cabe pensar, además, que ese apoyo aumentará si la ejecutiva del partido propone un acuerdo.

2. Si el pacto es con Podemos, los votantes del PSOE están divididos entre quienes prefieren apoyarse en partidos nacionalistas o en Ciudadanos. Según My Word, el 36% prefiere un pacto con Podemos y Ciudadanos, mientras que un 34% lo prefiere con Podemos y los nacionalistas.

En general, los votantes del PSOE se muestran ambivalentes entre Ciudadanos y Podemos. Según datos de GAD3, un 37% ve bien un acuerdo con Podemos, y un 34% con Ciudadanos. Es una división que viene de largo y que se observaba ya en el CIS de julio.

3. La mayoría rechaza una coalición con el PP. Según Simple Lógica, un 63% de los votantes del PSOE se manifiestan en contra del pacto con el PP. Es una cifra rotunda. Y según datos de My Word, sólo un 14% quiere un acuerdo del PSOE con el PP (un 8,6% apoyando al PP desde fuera, y un 5,5% por la vía de una gran coalición). Si el PSOE lidera esa coalición con el PP, es probable que tuviese más apoyos, pero sobre esos escenarios no tenemos datos.

Una limitación de todos estos datos es que reflejan las opiniones de los simpatizantes del PSOE. Pero esas opiniones no serán idénticas a las de sus militantes. Seguramente los militantes se ubicarán más a la izquierda, pero no lo sabemos con certeza.

4. Es probable que los militantes voten a favor de cualquier cosa que proponga el partido. Las personas usan su partido como atajo para decidir qué quieren. Muchos lo asumen así explícitamente: según datos de Metroscopia, un 70% de encuestados dice que su pacto preferido es aquel que decida el partido al que votó.

La teoria dice, además, que las votaciones de militantes suelan ratificar lo decidido por las cúpulas de los partidos. En España lo hemos visto últimamente con las votaciones internas en Podemos, que han caído siempre del lado de su ejecutiva. En general con estas votaciones ocurre como con las primarias o los referéndums, que las gana quien las organiza, porque uno no organiza votaciones para perderlas.

La excepción podría darse si la división dentro del PSOE se hace evidente. En ese caso no habría una postura oficial del partido, sino dos. Ese es el riesgo que corre Pedro Sánchez —al menos uno de ellos—. Si la fractura del partido se ensancha, y se acaba votando con lógica de federación, el resultado puede ir en cualquier sentido. Su ventaja es que al proponer un acuerdo desde la ejecutiva traslada a los militantes una doble responsabilidad: no sólo tendrán que manifestar su opinión sobre el acuerdo, tendrán que decidir también si quieren generarle una crisis a su líder y a su partido.

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