Manuela Carmena prohibirá la circulación de todos los vehículos particulares si se alcanzan graves niveles de contaminación. Esta medida es la más estricta de las recogidas por el protocolo que acaba de estrenar el Ayuntamiento de Madrid y que se pondrá en marcha el 1 de febrero.

La restricción en el tráfico de todos los vehículos -con la lógica excepción del transporte público y los vehículos 'cero emisiones'- se activaría en dos supuestos. El primero: dos estaciones de medición de calidad del aire superan, durante dos horas seguidas y en tres días consecutivos, los 200 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico. El segundo: tres estaciones registran niveles de NO2 por encima de los 400 microgramos durante tres horas consecutivas. Pero, ¿esto es probable? ¿Qué significa exactamente?

La restricción total está lejos

Juan Bárcena, responsable del área de calidad del aire de Ecologistas en Acción, asegura que “nunca” se ha superado este umbral. Un portavoz de Greenpeace, Mariano González, añade que si esto se produjera, estaríamos hablando de algo “extremadamente grave”.

Si tomamos este jueves como referencia, la estación de Castellana -una de las que recoge peores niveles de contaminación- ha registrado un máximo de 80 microgramos. Uno podría relajarse y pensar que el peor escenario está lejos, y es cierto, pero Bárcena explica que “todo lo que está por encima de 40 no es saludable, y esa cifra se está doblando”.

La inversión térmica es clave

¿Qué aspecto tendría una ciudad de alcanzar el peor de los escenarios contemplados por el protocolo? O lo que es lo mismo, ¿qué tendría que suceder para que esto ocurriese? Bárcena, de Ecologistas en Acción, explica que los peores niveles vienen motivados por una inversión térmica: “Es como si se pusiera una tapa encima de Madrid, una capa de aire frío por encima del caliente. Los coches circulan y lo que emiten, en lugar de dispersarse, se concentra”. Ambos expertos cuentan que los peores momentos llegan entre enero y marzo, y entre octubre y diciembre.

Cuidado con el alarmismo

Juan Bárcena alerta del peligro del alarmismo, que suele aparecer cuando se presentan protocolos de este tipo: “Estos escenarios límite son más que improbables. Que nadie imagine que pueden ocurrir cada tres días porque es mentira”.

Dicho esto, este miembro del área de calidad del aire de Ecologistas en Acción resume los peores momentos vividos el pasado año: “El 2015 fue malo. Hubo cuatro episodios fuertes. El primero, en enero, el segundo a mediados de noviembre y, por último, dos en diciembre. En total, son 31 días malos en todo el año, pero en ninguno de esos momentos se habría llegado al peor escenario, el que ahora contempla la restricción del tráfico”.

Las medidas más probables

El primero de los escenarios descritos en el protocolo, y el más probable, conllevaría limitar a 70 km/h la velocidad en la M-30 y en los accesos a Madrid, en ambos sentidos, dentro de la M-40. Esta medida ya se ha venido aplicando.

El siguiente escalón, todavía “factible” según estos dos expertos, añadiría a la reducción de velocidad la prohibición de aparcar en las zonas de estacionamiento regulado, aunque con algunas excepciones: los residentes, los vehículos de mudanzas, los coches diplomáticos u oficiales, los de movilidad reducida, o los eléctricos y de cero emisiones. También estarían habilitadas las unidades de producción y transmisión audiovisual.

Restricción del tráfico por pares e impares

La última de las situaciones recogidas por el protocolo antes de llegar a la restricción total -siempre a excepción del servicio público, los taxis con clientes dentro y los vehículos 'cero emisiones'- es la reducción de la circulación, prohibiéndose el tráfico de los coches con matrícula par durante los días pares y viceversa. Este supuesto, explican González y Bárcena, “no es probable, pero sí posible”.

Mariano González, de Greenpeace, asegura que el protocolo de Carmena va en la línea del que puso en marcha Botella en 2015, aunque lo califica de “algo más ambicioso”. No obstante, tanto González como Bárcena remarcan que esto “sólo se trata de un protocolo de emergencias” y que “no va a destinado a reducir las emisiones”.

Greenpeace y Ecologistas en Acción esperan un proyecto que sí vaya destinado a aminorar la contaminación. En esta línea, el Gobierno de Carmena ha anunciado que desarrollará un 'Plan de Calidad del Aire' este mismo año.