-¿Qué hace un chico como tú en un sitio como este?

Guillermo se ríe al escuchar esta pregunta. “Eso también me lo dice mi mujer”, bromea. “Me vine a vivir a Valdemoro con mi familia en 2010. Vivíamos en Madrid en un piso muy chiquitito de 50 metros cuadrados y nos quedamos embarazados de trillizos. Tuvimos que cambiar todo: casa, coche, trabajo, vida. Elegimos Valdemoro porque aquí tenemos familia. No soy de Valdemoro de toda la vida, soy valdemoreño de adopción”.

Guillermo no ha seguido el camino tradicional que se podría esperar de un político. Admite sin tapujos que nunca ha tenido una inquietud especial por la política y que nunca se ha identificado con ninguno de los partidos tradicionales. De hecho su primera incursión tuvo lugar en 2010, cuando se afilió a la agrupación de Ciudadanos que entonces se estaba formando en Valdemoro. Fue nombrado primero portavoz, luego candidato para las municipales. Contra todo pronóstico, Ciudadanos ganó las elecciones en una localidad que llevaba dominada por el Partido Popular desde 1999 y Guillermo fue investido alcalde.

“No había otra alternativa. O te dedicas a ser alcalde y entonces dejas Google, o renuncias a ser alcalde y sigues en Google”, explica el alcalde de Valdemoro. “Al día siguiente de la investidura ya estaba liderando una procesión. Fue curioso. Tienes que saludar, decir cosas como ¡que viva la Virgen del Rocío!”.

"Le gusta salir de copas con sus amigos y tenía su liguilla de fútbol hasta que los años comenzaron a pasarnos factura”

Juan Oñate, amigo de Guillermo desde los 10 años, le describe como un tipo divertido, alegre, y muy listo. “Es un tío normal de 40 años, al que le gusta salir de copas con sus amigos y tenía su liguilla de fútbol hasta que los años comenzaron a pasarnos factura”. Para Oñate, Guillermo es todo lo contrario de la imagen distante que se suele tener de los políticos. “Hablas con él y disfrutas de la conversación. Y si estás en desacuerdo no intenta imponerte su opinión”.

Para Oñate, fueron las circunstancias, más que una pasión por la política, lo que animó a Guillermo a dar un giro tan radical en su vida. “Somos la generación desencantada. Yo creo que si no hubiese sido Valdemoro no se habría metido en este lio. Fue la trama de corrupción lo que le animó a hacerlo”.

Entre el ping-pong y el futbolín

Adolfo Gross, padre de Guillermo, le recuerda como un niño curioso, que preguntaba mucho y al que le gustaba cuestionar las cosas. “Siempre ha tenido interés por todo lo que le rodea”, rememora un padre orgulloso.

Entre todos estos intereses, Guillermo escogió como pasión la tecnología. Se licenció en informática por la Universidad Politécnica de Madrid y durante los 17 años que trabajó en el sector tecnológico participó en una startup de juegos online, diseñó llaves inteligentes para una empresa de seguridad informática, y por supuesto su trabajo estrella como técnico de Google.

El alcalde de Valdemoro en el Consistorio. Dani Pozo

Guillermo conserva una bonita anécdota de la empresa de seguridad informática, que también podría servir como metáfora. “Mi trabajo era diseñar llaves inteligentes, donde la inteligencia del control de acceso no está en el sistema sino en la propia llave. Mi empresa instaló todas las cerraduras de la Torre Picasso, ya que las plantas y puertas de acceso no están interconectadas y necesitan una securización del acceso. Resulta curioso que luego terminase trabajando en la Torre Picasso para Google y que las llaves las hubiera hecho yo”, dice sonriendo.

Guillermo empezó a trabajar en Google a finales de 2010, el mismo año que su mujer se quedó embarazada de trillizos. “Cuando nos quedamos embarazados yo ya había empezado el proceso de selección”, explica. “Este proceso consistió en seis entrevistas: una telefónica, dos en Madrid, y luego más entrevistas en la sede de Londres”.

Pocas razones para no aceptar un trabajo en la multinacional

El alcalde de Valdemoro afirma que hay muy pocas razones para no aceptar un trabajo en la célebre compañía multinacional. “Quería trabajar para Google porque está en cresta de la ola de la tecnología de la información en el mundo. Es donde están pasando las cosas. Además tiene ventajas increíbles: El sueldo, la flexibilidad, y además he viajado por el mundo entero”. Estos viajes también incluyeron visitas a la sede de Google en Mountain View en varias ocasiones.

Como responsable técnico, Guillermo estaba a cargo de muchas de las contrataciones de su equipo, y asegura que la clave para contratar a los mejores es hacer preguntas que él mismo no sabría cómo contestar. Una de estas preguntas parece muy sencilla a primera vista: Explícale a mi padre, un hombre de 70 años que no sabe nada de tecnología, para que sirven las cookies.

“Puedes empezar diciendo, ‘pues abres el navegador’, pero mi padre no sabe qué es un navegador. Y luego dices, ‘abre la página web’ pero mi padre no sabe qué es una página web. ‘Tecleas la url’, pero ¿qué es una url? Parece una pregunta fácil pero realmente es muy complicada. Te indica cómo piensa alguien, si se puede adaptar a la audiencia que tiene o si puede explicar conceptos muy complejos de forma comprensible”, dice el alcalde.

“Cuando Guillermo nos dijo que se iba a presentar a alcalde al principio nos llamó la atención, por lo inusual”

Guillermo explica que su trabajo de responsable técnico consistía en hacer de intermediario entre los clientes de Google y los ingenieros que fabrican el producto. Su compañero de equipo Guillermo Rey afirma que el futuro alcalde de Valdemoro tenía una buena posición dentro de la compañía. Y sí, es cierto: Los trabajadores de Google tienen un área de juegos con futbolín, ping-pong, y una guitarra eléctrica.

“Cuando Guillermo nos dijo que se iba a presentar a alcalde al principio nos llamó la atención, por lo inusual”, dice su compañero de equipo. “Pero al ser un proceso gradual, en el cual se fue involucrando poco a poco hasta terminar por decirnos que le habían elegido como cabeza de lista de partido, hizo que todo pareciera muy natural”.

La marcha de Google fue agridulce

Guillermo recuerda que al no conseguir la mayoría absoluta, no supo si iba a ser investido alcalde o no hasta el mismo día de la investidura. “No paraba de decir en el trabajo a lo mejor tenemos que posponer cosas por si me eligen alcalde. Nos fuimos preparando para esa posibilidad, pero hasta el último momento cabía la opción de que no saliese investido. Una de las primeras cosas que hice al salir del pleno fue llamar a mi jefe en Londres y decirle que había salido elegido”.

Para el alcalde de Valdemoro, su marcha de Google fue agridulce. Todavía se emociona al pensar en el e-mail de despedida que uno de los directores escribió desde Estados Unidos: “Se ha ido a hacer cosas que importan”.

“¿Por qué me fui de Google? Pues porque han salido así las cosas”, dice el ex técnico con sencillez. “No fue una intención premeditada. Cabía dentro de las posibilidades que fuese investido. No te presentas si no quieres ganar, y yo quería ganar. Pero las probabilidades no eran especialmente altas”.

El alcalde de Valdemoro reconoce que las renuncias han sido importantes. “Mi mujer lo ha llevado mal. Éramos casi completamente anónimos y ahora no lo somos”.

"Mis padres pensaron que era una locura irme de Google y que me iba a meter en un lío de narices"

“Voy a hacer la compra como siempre pero la gente te mira en los pasillos. Algunos se acercan a hablar, me dicen que los setos del parque no se cortan desde hace tiempo. En el colegio de los niños ya no te conocen como el padre de los trillizos, sino como el alcalde. También se pierde bastante a nivel económico. Teníamos planeado irnos a vivir a Suiza, y eso ha sido un gran cambio de planes. En vez de Suiza, Valdemoro. Mis padres pensaron que era una locura irme de Google y que me iba a meter en un lío de narices”.

Sin embargo, Guillermo afirma que las razones que le animaron a presentarse a alcalde son las mismas por las quiso trabajar en Google tiempo atrás: estar donde pasan las cosas. “España está viviendo un momento muy interesante y a mí me gustaría estar ahí, e influir para que las cosas cambien para bien”.

“A lo mejor las cambio para mal”, dice entre risas. “Pero creo que puedo contribuir algo a que las cosas mejoren”.

La dosis de orgullo entre amigos y familiares

Juan declara que su compañero de colegio ha pasado de tener una vida cómoda, con un buen sueldo y con un trabajo que le gustaba a una vida mucho más difícil y con un sueldo notablemente inferior. “Cuando nos contó que se presentaba a alcalde, le dijimos que tenía una vida muy agradable y que para qué iba a meterse en esto. Que se iba a meter en una jaula de grillos”.

Sin embargo, también hay una dosis de orgullo entre sus amigos y familiares. Según Adolfo Gross lo que quiere su hijo es servir a la sociedad, “ahora que tiene 40 años y es joven”.

Guillermo Gross, alcalde de Valdemoro. Dani Pozo

“Es un gran esfuerzo. Son muchas horas, pero me dice que duerme estupendamente”, dice el padre del alcalde de Valdemoro.

Guillermo confiesa que antes de ser investido no tenía una idea muy clara de lo que era ser alcalde. Sin embargo, su trabajo, tanto en la informática como en el ayuntamiento, es resolver problemas. Identificar qué es lo que no funciona y tratar de darles solución de la mejor manera posible. “Y la verdad es que el ayuntamiento de Valdemoro tiene muchos problemas”.

El epicentro del 'la trama Púnica'

De estas dificultades, Guillermo identifica la falta de confianza de los valdemoreños como uno de los principales obstáculos que debe superar, debido a la expectativa de cambio tras la trama Púnica que ha sacudido la localidad. Otro reto esencial es conseguir que Valdemoro no sea conocida solamente por su participación en este tejido de corrupción. “Hay mucha vergüenza entre los valdemoreños por ser conocidos como el epicentro de la Púnica”, afirma Guillermo, que también explica que muchos de los empleados del ayuntamiento se encuentran muy desmoralizados.

Sin embargo el alcalde de Valdemoro no se considera juez de nadie. “Mi labor no es explicar la corrupción si no explicar cómo vamos a garantizar que estas prácticas no se vuelvan a repetir aquí”. 

Al contrario de lo que cabría esperar, Guillermo considera que no haber conseguido la mayoría absoluta en las elecciones municipales es algo positivo para la democracia. “Una de las razones por las que Valdemoro se encuentra en esta situación es por haber tenido gobiernos con mayorías absolutas. Porque cuando uno no tiene que dar explicaciones a nadie termina no dándolas”.

¿Qué le aguarda en el futuro al alcalde de Valdemoro? Según su amigo Oñate, no se quedará en la política para siempre. “Yo no le veo siendo político a largo plazo. Puede que me equivoque, pero yo creo que cuando haya hecho lo que tenía que hacer volverá a su vida de antes”, dice su amigo de infancia.

¿Y Guillermo? El ex técnico de Google y ahora alcalde de Valdemoro no se pone límites. “Si alguien me hubiese dicho hace cinco años que ahora sería alcalde de Valdemoro probablemente me lo habría creído”, dice entre risas. “Si me dices que mañana estaré trabajando en Irlanda también me lo creo. Yo estoy abierto a todo”.