No hubo el caos que se esperaba en la ciudad, pero faltó previsión e información. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, activaba este jueves a las 23.01 de la noche la segunda fase de medidas por alta contaminación y prohibía aparcar desde el viernes a las 6 de la mañana en el centro de Madrid, una medida histórica en la ciudad que pilló por sorpresa a los madrileños y a todos los altos cargos de las tres administraciones que se enteraban por los medios de comunicación de una restricción tan drástica.

La Policía Municipal, la que se ocupa de no permitir a ningún conductor que no sea residente estacionar en el centro de la capital, ha recibido la orden del Ayuntamiento a las 7 de la mañana, una hora después de que empezara a aplicarse el protocolo. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, tampoco sabía nada y se ha quejado de que, sin hablar con el Gobierno regional, no se pueden coordinar refuerzos en el transporte público. Para la exdelegada del Gobierno, estas medidas se han adoptado con “bastante improvisación” y sin haber informado a los ciudadanos de manera suficiente, “ya que muchos no sabían esta mañana que se habían establecido limitaciones al transporte privado”.

Carmena, que confundió una vez más a los madrileños anunciando que sería “muy improbable” que se prohibiera aparcar en el centro una hora antes de aplicarse el protocolo, pidió perdón a los vecinos por el error y les felicitaba por “una concienciación y responsabilidad encomiable”. Madrid amanecía este viernes con una estampa más usual de un día de agosto que de pleno invierno: aparcamientos vacíos y sin tantos atascos como se preveían. Una imagen inédita para un viernes laborable en la capital.

Todos los esfuerzos en vano

Todos los esfuerzos, sin embargo, han sido en vano: el tráfico solo ha descendido un punto de lo habitual durante la hora punta, según los datos que ha facilitado el consistorio madrileño, mientras que la ocupación de las zonas de aparcamiento reguladas ha sido del 20%. Con estos índices de ocupación, difícilmente se han podido reducir los niveles de emisión de Dióxido de Nitrógeno (NO2) que emiten los vehículos.

Aunque la puesta en escena no haya servido para reducir los niveles tóxicos en el aire, la delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Inés Sabanés, se conforma con apuntar “todos los detalles que se han obtenido de esta experiencia” para “el nuevo protocolo que diseñará este ayuntamiento”. Si esta noche se mantienen los niveles actuales, el Ayuntamiento extenderá a este sábado la restricción que no afecta a vehículos comerciales, a los de personas con movilidad reducida, los coches de cero emisiones y los autotaxis en servicio, además de los que cuenten con tarjeta de residente en la zona.

El Pirulí, rodeado de contaminación. Moeh Atitar

Cifuentes echaba un poco más de leña al fuego asegurando que, además de echar en falta la llamada de la alcaldesa, le constaba que tampoco se había informado a Fomento de las medidas tan drásticas que se iban a imponer. La versión que se ofrece desde el Ayuntamiento, sin embargo, es otra. “Estamos en contacto continuo con la Comunidad y Fomento. Todas las autoridades están colaborando”, aseguraba la alcaldesa. A las pocas horas, replicaba la ministra Ana Pastor, que reconocía que se había enterado "por un periódico. No me parece de recibo que algo que debería ser gestionado por todos no se nos esté informando de nada, con lo cual mañana me puedo encontrar con que en el kilómetro 38 de una entrada a Madrid puedo tener un problema y nadie me ha avisado".

La líder del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido la primera en afear la “improvisación” de Carmena. Unas críticas que ha respaldado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros ha reprochado a la alcaldesa de Madrid que “cuando uno es previsor puede informar antes a los ciudadanos y recabar la opinión de todas las administraciones implicadas”. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, pedía un "mínimo de anticipación" mientras que Antonio Miguel Carmona, el socialista que facilitó la investidura de Carmena, criticaba a través de EL ESPAÑOL que "la ciudad de la polución ha dado paso a la ciudad de la improvisación". 

Las multas, en el aire

El caos e incomunicación que sostienen los populares y Carmona choca frontalmente con la versión de la directora general de Sostenibilidad y Control Medioambiental, Paz Valiente, que asegura que hace tres días convocó una reunión, presidida por la Dirección General de Gestión y Vigilancia de la Circulación, a la que asistieron el director de Transportes de la Comunidad de Madrid, la directora general de Tráfico y los responsables del Ayuntamiento. “En ella se hizo una presentación del protocolo actual, se informó de que ya se había producido la primera de las dos superaciones y que se esperaba entrar en aplicación del protocolo en el escenario 1”.

Los conductores más madrugadores y menos atentos a los medios de comunicación han sido los que han pagado el plato roto de la jornada. “¿Qué hago con el coche ahora? Lo dejo, no puedo volver a casa ahora y coger un taxi o el transporte público”, se quejaba un vecino del barrio de Tetuán al filo del mediodía, aún sin saber la noticia. El caos que ha provocado la restricción llega a tal extremo que ni siquiera en el Ayuntamiento saben aún si se aplicarán las multas (90 euros) que se pongan a los conductores no residentes que aparquen en el centro de Madrid. “Se tendrá en cuenta la situación de excepcionalidad que se ha establecido. Los madrileños no deben de estar preocupados”. ¿Otra nueva improvisación de la alcaldesa de Madrid?