Cristóbal Soria vivió por todo lo alto la sexta Europa League de su Sevilla. El colaborador de El Chiringuito comentó la final contra el Inter de Milán en directo desde el Instagram del programa de MEGA y que presenta Josep Pedrerol. Soria no pudo contener la emoción y rompió a llorar acordándose tanto de su padre como de Julen Lopetegui, técnico del Sevilla, a quien ha criticado a lo largo de esta temporada.

"Otra vez, sí, otra vez, otra vez, otra vez.... Seis veces", decía ya con lágrimas en el rostro."Gracias a mi padre por haberme hecho del Sevilla. Y gracias Lopetegui. Perdóname, Lopetegui. Perdóname, tío", juraba ante la cámara.

Soria repetía el mismo discurso una y otra vez: "Seis títulos. Seis veces campeón. Y ha sido Lopetegui quien nos lo ha dado. Mira Jesusito Navas...". Y se volvió a acordar de Lopetegui, pidiéndole perdón reiteradas veces: "Perdóname Lopetegui por haberte... Yo que sé. Perdóname. Ya lo hablaremos un día, pero perdóname".

Control entre el sevillismo

El sevillismo se hizo notar este viernes durante la final de la Europa League que le ganó al Inter de Milán (3-2) en Colonia (Alemania), y a su conclusión lo festejó por la calles de la capital andaluza pero sin aglomeraciones debido a las restricciones sanitarias y medidas de prevención por la pandemia de coronavirus.

Ya en las previas del partido se pidió desde distintas instituciones públicas y desde el propio Sevilla FC que los aficionados vivieran la final con la intensidad que se debía en este evento pero sin incumplir las normas establecidas debido al Covid-19.

Los aficionados del Sevilla en la Puerta de Jerez

Una vez concluido el partido se escucharon en distintos sectores de la ciudad petardos y el explosionar de cohetes y también el claxon de motos y coches que lucían banderas y símbolos sevillistas.

Punto de atención especial fue la Puerta de Jerez, plaza céntrica en Sevilla donde los aficionados del Sevilla se reúnen para festejar los éxitos de su equipo.

Desde primeras horas de este viernes, la fuente de la plaza fue perimetrada con vallas ante la posibilidad de que fuera tomada por los hinchas, pero los que se concentraron tras el partido, unos trescientos seguidores, estuvieron dispersados y sin crear aglomeraciones aunque sí haciéndose notar con cánticos y vítores.

Una fuerte presencia policial, tanto de la Nacional como de la Local, estuvieron pendientes de que los festejos no fuera a mayores y tras un tiempo de concentración solicitaron a los grupos de aficionados que se disolvieran de la zona, lo que se produjo sin incidentes.

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