Hasta 2012, Real Madrid y Manchester City jamás se habían enfrentado en partido oficial. Emparejados en los cuartos de final de la Champions League, que arrancan este martes (21:00 horas), a su conclusión se habrán medido un total de 12 veces en los últimos 12 años. Es el nuevo Clásico de Europa, el partido que mide a las dos grandes potencias actuales del fútbol en el Viejo Continente.

Por tercer año consecutivo, blancos y sky blues se encuentran en su camino hacia la final de la Champions. El asalto de 2022 fue para el Madrid con una épica remontada en el Bernabéu y el de 2023 para el City con una paliza en el Etihad. En los banquillos, Carlo Ancelotti y Pep Guardiola tratan de dar con la fórmula para que el desempate corra a su favor y acerque a uno de ellos a la final de Wembley.

Este capítulo de la trilogía 'Carletto vs. Pep' es diferente a los dos anteriores. Ambos equipos ya se conocen bien, pero hay añadidos -como el del inglés Jude Bellingham- que aportan nuevos tintes a la eliminatoria. En un duelo así, intangibles como la actitud y aspectos más palpables como el físico tienen mucho peso. Pero también la táctica, y cada pizarra es elaborada por un gran estratega.

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El Madrid, con La Liga casi en el bolsillo y tras nueve días sin un partido, llega más descansado. El City, inmerso en una durísima pelea a tres, viene de jugar en los mismos días dos compromisos. Las lesiones son las mismas en cantidad: dos del lado del Real Madrid (Courtois y Alaba) y dos para el City (Aké y Walker). La balanza se descompensará si finalmente no juega el croata Gvardiol, duda hasta ultimísima hora.

"Es casi imposible ganar al Madrid dos veces seguidas", decía Guardiola este lunes en rueda de prensa. También se rindió a su 'colega': "Jamás consideraré que Carlo no es un gran entrenador táctico. Puso a Pirlo de mediocentro, a Kroos en un perfil más bajo, encontró la posición ideal de Bellingham...". Ancelotti, que de Pep dijo que es un gran entrenador ("y punto") reconoció que el año pasado a su equipo jugó la vuelta -que acabó 4-0- "sin coraje y sin personalidad". La batalla se forja a partir de varias claves.

Un Real Madrid diferente

El aficionado blanco, en la teoría, no tiene por qué temer que se repita lo del año pasado tal y como se dio. El equipo ha evolucionado respecto al 2023. Ya no usa el mismo sistema ni su manera de jugar igual. Para empezar, el once de este martes respecto al de la ida de las semis de 2023 tendrá cinco cambios: Courtois-Lunin, Alaba-Tchouaméni, Camavinga-Mendy, Modric-Camavinga y Benzema-Bellingham. La única duda es si a Rüdiger le acompañara Tchouaméni o Nacho, en cuyo caso el francés pasaría seguramente al pivote en el lugar de su compatriota Camavinga.

Lo señaló Guardiola en su rueda de prensa. Este Real Madrid tiene más control del juego, llega desde más desde segunda línea y hay una figura crucial, su "metrónomo" Kroos. El alemán será el encargado de evitar que suceda lo mismo que en el Etihad, hace casi doce meses, y el equipo blanco pueda pasar del medio campo. Al otro lado habrá mucha potencia para las transiciones con Bellingham, Rodrygo y Vinicius.

El Real Madrid también gana con la presencia de Mendy, que el año pasado estaba lesionado. El lateral francés, a menudo infravalorado, aporta seguridad atrás. Esa seguridad que pierde el City sin Walker, cayéndole probablemente la responsabilidad de frenar al huracán Vinicius quedaría más al descubierto. El joven Rico Lewis, en teoría el sustituto de Walker, tiende a desplazarse al centro del campo y le cerraría Stones, un jugador sin la velocidad que se precisa para parar al '7' del Real Madrid.

Gana también el Madrid en músculo con la dupla Tchouaméni-Camavinga por dentro. Correrá a cargo de Rüdiger la responsabilidad de 'secar' a Haaland como ya hiciera en el Bernabéu el año pasado. El alemán no jugó la vuelta, y aunque el noruego no marcó, no tener a Antonio de sombra le hizo sentirse más liberado y mirar con mayor claridad a puerta.

El plan del City que ya funcionó

El Manchester City, en cambio, sí que es prácticamente el mismo que el año pasado. La defensa, con las bajas de Aké y Gvardiol, además de la de Walker, sería prácticamente idéntica a la de hace un año con Rúben Dias, Akanji, Stones y la adhesión de Lewis. Stones, en realidad, formó en doble pivote junto a Rodri y fue clave para lograr que Benzema sólo tocara el balón en 37 ocasiones en los 90 minutos -el que menos veces, de largo, de todos los titulares salvo los porteros-.

El City, como revelaban las posiciones medias de cada jugador en el partido del Etihad, abrasó arriba al Madrid con una línea de cuatro atacantes. De Bruyne y Bernardo Silva volvieron locos, sobre todo, a un descosido Alaba y a un Camavinga que llegó con molestias físicas al partido. Las ayudas de Kroos y Modric, titular en ambos partidos de la eliminatoria, no fueron eficaces.

El City es un equipo poderoso ofensivamente. Es el conjunto que más goles ha metido en esta Champions y el que más remata -seguido, en este aspecto, por el Madrid-. También manda en aspectos del control del juego, como le gusta a Guardiola, que es el aspecto de los pases. Sin embargo, domina igualmente en pases en profundidad que es lo que le hace tan peligroso cuando tiene el balón.

Ahora bien, el City sigue echando en falta a Gündogan en la posesión y la búsqueda de espacios. Su sitio lo puede ocupar Phil Foden que, con sus propias virtudes, es diferente al alemán. La gran temporada de De Bruyne es una amenaza, sobre todo, para el central que acompañe a Rüdiger y Bernardo Silva ahora se las verá con Mendy. Máxima igualdad en una eliminatoria que se espera que vuelva a ofrecer el mismo gran espectáculo de las últimas dos temporadas.