Quizás haya menos Liga de lo que dicen los números. El encuentro entre el Real Madrid y el Girona, los dos primeros clasificados que llegaban separados por tan sólo 2 puntos, arrojó una realidad irrefutable. Los blancos están muy por encima del equipo de Míchel y si no pasa nada extraordinario terminarán llevándose este título dentro de unos meses. [Así vivimos la victoria del Real Madrid ante el Girona]

El Girona se plantó en el Santiago Bernabéu con la ilusión de un niño pequeño al abrir los regalos de Reyes, pero enseguida se encontró con la cruda verdad. Pese a las buenas intenciones de los catalanes, apenas seis minutos tardó el Real Madrid en poner las cosas en su sitio con un golazo de Vinicius, uno de los nombres propios de la tarde.

El brasileño firmó una actuación estelar. Un gol, una asistencia, y una acción mágica en otro gol. Lo fue todo en el ataque del Real Madrid y demostró que está de vuelta a su mejor nivel justo ahora que la temporada empieza a entrar en su tramo más decisivo.

 

El otro nombre propio fue el de Bellingham. El inglés hizo cantar en dos ocasiones el 'Hey Jude' al Bernabéu, pero también provocó todas las alarmas cuando tuvo que marcharse lesionado en la segunda mitad después de haberse doblado dos veces su tobillo izquierdo. Tiene toda la pinta de que se perderá la ida de la Champions League ante el Leipzig.

Pese a todo, la fiesta blanca fue completa. La goleada al Girona arroja una diferencia abismal entre ambos equipos y deja una renta de cinco puntos para los blancos que, viendo el rendimiento de unos y otros, parece demasiado grande como para recuperar. 

Festival de Vinicius

Se plantó el Girona con personalidad en el Santiago Bernabéu. Durante todo el año ha demostrado ser un equipo con un gusto exquisito en el trato del balón, que no se amilana ante ningún escenario que tenga delante por complicado que parezca, así que en el arranque se hizo con la posesión en casa del Real Madrid. 

Eso sí, a sus pases entrelazados casi eternos les faltó algo más de mordiente y llegadas con claridad al área. Esto quedó claro con los cero tiros entre los tres postes que hicieron los catalanes en toda la primera mitad. Lunin bien se podía haber dedicado a entretenerse mirando a la grada porque no tuvo que intervenir. 

En el lado contrario, como el día y la noche, si hay algo que caracterice históricamente al Real Madrid es su facilidad para hacer daño a sus rivales con muy poquito. Lo volvió a demostrar el equipo de Carlo Ancelotti, porque se encargó de borrar de un martillazo el dominio gerundense a las primeras de cambio.

Cuando apenas se habían jugado seis minutos, Vinicius se lo comió y se lo guisó todo él solo. Recibió un pase de Valverde y él se encargó del resto. Partió acostado a la banda izquierda, donde a él le gusta, buscó una posición más centrada y ejecutó un disparo desde larga distancia. El balón, teledirigido, pegó en el palo largo y terminó introduciéndose en la portería del Girona pese a la buena estirada de Gazzaniga. 

Los blancos se encontraron por delante nada más comenzar el partido y lanzaron un mensaje claro al Girona, no se iban a andar con juegos. Y es que para ganar La Liga hay que dar el do de pecho en este tipo de enfrentamientos. 

Bellingham regatea a Gazzaniga antes de poner el 2-0 frente al Girona REUTERS

El Real Madrid hizo daño a la contra. El Girona siguió buscando su partido a través de la posesión, pero cada vez los blancos salían conseguían incomodar a los visitantes. Valverde, con un disparo de falta, probó a Gazzaniga, y Rodrygo puso después un buen centro que no encontró rematador por poco. 

Vinicius ya había hecho la suya, así que ahora le tocaba a Bellingham. Precisamente de la conexión mágica entre ambos surgió la chispa que originó el segundo gol. Pase magistral de Vini con el exterior a la espalda de la defensa, un recorte de Jude en el mano a mano ante el guardameta y el gol a puerta vacía. Una combinación sensacional que ya parecía matar el partido. 

Las buenas intenciones del Girona se veían lastradas por la falta de contundencia atrás, y cuando el Real Madrid huele sangre, normalmente encuentra la manera de ser letal.

La lesión de Bellingham

El Girona necesitaba una reacción inmediata y la buscó nada más comenzar la segunda mitad. El equipo de Míchel salió a morder y demostró tener intenciones más peligrosas que antes del intermedio. Un par de acciones desde el costado izquierdo que no encontraron rematador pusieron sobre aviso al Real Madrid, que tomó buena nota de aquello.

Vaya si la tomó, porque Vinicius se volvió a poner el traje de super héroe. El brasileño ha vuelto a su mejor nivel, se siente con confianza y sigue siendo ese futbolista desequilibrante en la banda. Seguramente el mejor del mundo en ese aspecto. Se marchó de Couto con un regate que está al alcance de muy pocos, se metió en el área y buscó el disparo. Gazzaniga sacó una mano prodigiosa, pero allí estaba Bellingham con la caña para aprovechar el rechace y matar el partido.

Con el 3-0 estaba todo visto para sentencia y La Liga ya tenía un duro golpe encima de la mesa. Pero otro golpe, en medio de la felicidad de la victoria, se lo iba a llevar el propio Real Madrid con la lesión de Bellingham. El inglés se torció el tobillo por segunda vez y tuvo que marcharse dolorido. Seguramente se perderá la ida de la Champions ante el Leipzig.

Aquello no aguó sin embargo la fiesta del conjunto blanco, que todavía quería más. Un robo de Vinicius a Couto (le ganó en todo) provocó la contra de Rodrygo. Faltaba él. El brasileño se marchó con una velocidad endiablada, se plantó en la frontal y soltó un disparo fortísimo que superó a Gazzaniga. 

Rodrygo celebra el 4-0 frente al Girona REUTERS

El carrusel de cambios no menguó las fuerzas de un Real Madrid quería dejar claro quién manda en La Liga. Incluso Güler tuvo sus minutos para lucirse, porque ya casi con el tiempo cumplido cayó en el área derribado por Fouto. La pena máxima, sin embargo, la estrelló contra el poste Joselu, así que el marcador se quedó en un 4-0 esclarecedor que deja encarrilado el título para los blancos.

Real Madrid 4 - 0 Girona

Real Madrid: Lunin; Lucas Vázquez, Carvajal, Tchouaméni, Mendy (Fran García, m.77); Camavinga, Kroos (Modric, m.70), Fede Valverde, Bellingham (Brahim, m.57); Vinícius (Güler, m.77) y Rodrygo (Joselu, m.70).

Girona: Gazzaniga; Yan Couto, Juanpe, Eric, Miguel Gutiérrez; Aleix Garcia, Ivan Martín (Solis Romero, m.70); Sávio, Portu (Pablo Torre, m.46), Tsygankov (Valery, m.70); y Dovbyk (Stuani, m.70).

Goles: 1-0, m.6: Vinícius. 2-0, m.35: Bellingham. 3-0, m.54: Bellingham. 4-0, m.61: Rodrygo.

Árbitro: Juan Martínez Munuera (Colegio valenciano). Amonestó a Mendy (76) por el Real Madrid; y a Juanpe (21) y Couto (68) por el Girona.

Incidencias: encuentro correspondiente a la vigésima cuarta jornada de LaLiga EA Sports, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 76.585 espectadores. Se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de Miguel Ángel, histórico portero del Real Madrid.