El Real Madrid goza de una amplia plantilla en la que elegir futbolistas. Tal es el nivel del once titular que muchas veces tapa a los que esperan la oportunidad ansiosos desde el banquillo. La dificultad para hacerse un hueco provoca que no todos disfruten de los minutos que desean, aunque hay que ganárselos por poco que salten al césped.

Ese fue el resumen de la primera temporada de Eduardo Camavinga en las filas del Real Madrid. El francés fue pieza clave desde el banquillo en la consecución del doblete de Champions League y La Liga. Eso sí, estaba eclipsado por Casemiro, Kroos y Modric, todos ellos leyendas y de los mejores en su puesto. Y aún así, él no se cansó de luchar para ganarse una oportunidad.

Cuando parecía que el panorama mejoraba para él en verano con la marcha de Carlos Henrique Casemiro rumbo al Manchester United, la fugaz aparición de Fede Valverde y Aurelien Tchouameni le cerró las puertas. Un pequeño varapalo del que parece ir recuperándose poco a poco, aunque sigue contando con la confianza intacta de Carlo Ancelotti.

Eduardo Camavinga y Tchouameni lamentan la derrota del Real Madrid frente al RB Leipzig Reuters

El técnico del Real Madrid confía en él, como ya demostrase la temporada pasada en las grandes citas de la Champions League. Y ahora vuelve a mostrarse una oportunidad de oro para Camavinga en el once merengue. Los problemas físicos que azotan a Tchouameni, que le han hecho perderse el último duelo frente al Girona, y la expulsión de Kroos le hacen vislumbrar una oportunidad de oro para seguir cogiendo vuelo con la elástica madridista.

Doble titularidad de nuevo

Hacía casi tres meses que el joven francés no disfrutaba de una doble titularidad. Lo hizo en el inicio de La Liga al salir de inicio frente al Almería y al Celta. A partir de ahí, su aportación se ha visto mayoritariamente reducida a la segunda unidad, un sitio habitual para él la temporada pasada.

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En las dos últimas fechas del Real Madrid ha visto como las rotaciones y las desafortunadas ausencias de sus compañeros le han hecho volver a ese estatus. Ante el Leipzig y después contra el Girona salió de inicio con todas las de la ley. Y probablemente no se quedará únicamente ahí. 

Pese a dejar detalles, se espera mucho de él tras su buen hacer en los minutos más calientes de la Champions la pasada temporada. En ella, se mostró como un jugador diferencial y eso es lo que ha de plasmar, o al menos intentarlo cada vez que salte al campo.

Camavinga durante el calentamiento. REUTERS

Necesidad de reivindicarse

Camavinga, tras las dudas iniciales de la temporada, debe de reivindicarse con el terreno de juego. El francés está llamado a dominar la sala de máquinas del conjunto merengue junto a sus dos compañeros Fede Valverde y Aurelien Tchouameni. Un trío lleno de juventud y potencial.

Sin embargo, él parece haberse quedado un pasito por detrás de ellos tras el fulgurante inicio de los otros dos. Especialmente el del Uruguayo, que están rompiendo todos los moldes que se esperaban sobre su jerarquía en el juego. Dos explosiones que le obligan a subir el nivel de su producción.

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Para ello tendrá otros tres partidos más antes del parón por el Mundial de Qatar. Son el motivo y la excusa perfecta para ver en acción a Camavinga sobre el césped del Santiago Bernabéu arropado por su afición. Unos minutos que deben de crecer cuando el Real Madrid más le necesita ante el bajón del equipo, un tramo clave en el que el francés está llamado a ser uno de los elegidos.

Un futbolista al que se le tienen puestas muchas esperanzas desde que firmase con el club en el verano de 2021. Todavía tiene mucho que crecer y desde el conjunto blanco esperan que se vaya afianzando poco a poco como un futbolista diferencial.