Como los ciclistas con clase, en cuanto el Real Madrid ataca, nadie puede seguirle. El conjunto de Carlo Ancelotti sigue de dulce y suma su segunda victoria de la semana tras la conseguida el pasado miércoles frente al Elche. Como ya sucedió en el Martínez Valero, otra vez el marcador merengue registró tres goles a favor, los conseguidos por Luka Modric en el primer tiempo y por Lucas Vázquez y Fede Valverde en el segundo. [Narración y estadísticas: Real Madrid 3-1 Sevilla].

El conjunto blanco repitió una imagen ya vista en el Santiago Bernabéu en partidos como El Clásico. Una primera parte primorosa y desbordante y una segunda a medio gas hasta que realmente el rival aprieta. El Real Madrid cuajó 45 minutos de altos vueltos con una presión asfixiante y con una riqueza de recursos ofensivos que invitaba a la locura. A pesar del aguacero caído sobre la capital de España, era imposible no disfrutar con los de Ancelotti. 

El choque lo abrió una jugada excelsa de un Vinicius que recordó al de sus mejores noches. Robó un balón sobre Montiel y regaló el primer gol a Modric, que solo tuvo que empujarla en una suerte a la que no acostumbra el croata. El Real Madrid siguió llegando durante los primeros 45 minutos, pero el marcador no se movió hasta el segundo acto. 

El Sevilla, que no había comparecido hasta el paso por vestuarios, salió con otra actitud en el segundo tiempo y encontró el premio del gol tras un robo de Montiel y una genial definición de Lamela. Se crecieron los de Sampaoli que soñaron con algo grande en el Bernabéu en una temporada en la que nada les sale.

Pero en cuanto el Real Madrid se vio en apuros, demarró y dejó sentado al conjunto hispalense. En un contrataque de libro, Vinicius regaló su segunda asistencia para Lucas Vázquez. Y pocos minutos después, Valverde se sacó un misil tierra-aire que perforó la meta de Bono y cerró el partido. El uruguayo sigue de dulce, pero dejó la mala noticia de la noche, ya que terminó el partido renqueante tras recibir un fuerte golpe del 'Papu' Gómez en su muslo derecho. El Real Madrid brilla en una noche complicada y sigue firme en el liderato manteniendo un invicto que huele a temporada de grandes éxitos. 

Un Madrid de vértigo

El partido comenzó bajo un imponente diluvio en el Santiago Bernabéu y con la ofrenda del Balón de Oro por parte de Karim Benzema y del Trofeo Yashin de Courtois. Carlo Ancelotti no optó por ninguna rotación en el duelo frente al Sevilla. La vuelta del belga a la portería era la novedad más destacada. Seguramente, la lesión del delantero galo trastocó sus planes a última hora y le obligó a poner a Fede Valverde en la línea atacante con Kroos y Modric en el centro del campo. Precisamente el croata fue protagonista en los primeros minutos, ya que el conjunto blanco no tardó en inaugurar el electrónico.

El Real Madrid puso el 1-0 en el marcador en el minuto 5 de partido. La presión arriba de Vinicius surtió afecto ante un defectuoso control de balón de Montiel en banda derecha. El brasileño robó y se lanzó a toda velocidad por el costado buscando el área rival. Una vez se adentró en la zona de castigó, recortó y buscó en el segundo palo a un Modric que apareció completamente liberado. El balcánico recibió el pase profundo de su compañero y la empujó a placer.

Los de Ancelotti tenían ya el plan soñado. Gol en la primera jugada para encarar con mayor tranquilidad lo que estaba por venir. Y más en una noche tan desapacible como la que se había desatado en la capital de España. La lluvia torrencial que cayó sobre el coliseo blanco hizo incluso difícil jugar, con muchos futbolistas teniendo problemas en los controles y en los pases. Entre resbalones dominaba el Real Madrid con un Vinicius eléctrico. El brasileño no entendía de condiciones adversas.

Tras el tanto encajado, el equipo de Sampaoli empezó a sacudirse el dominio madridista pasado el primer cuarto de hora con un par de acercamientos al área de Courtois con peligro. No obstante, la falta de un delantero fijo, era Isco quien hacía las veces de falso nueve, añadía un hándicap importante a la hora de crear verdadero aroma de gol.

El Real Madrid volvió a dar un nuevo aviso al Sevilla con el que rozó el segundo. Una impecable falta botada desde el perfil derecho por David Alaba a unos 30 metros de la portería de Bono se marchó a escasos centímetros de la escuadra. Golpeo académico del austriaco que se relamía soñando con su gol. La infracción había sido cometida, una vez más, sobre Vinicius, que tuvo unos primeros 20 minutos de gran actividad.

Acto seguido tuvo la suya Rodrygo Goes tras una galopada vertical en la que fue dejando atrás rivales a medida que se iba acercando al área por el costado izquierdo. Sin embargo, al encarar la portería, no acertó con su disparo con el interior de la bota derecha y su envío se marchó desviado. El Sevilla se ahogaba en la exigente presión merengue sin acertar tampoco en las combinaciones en campo rival a pesar de que contaba con más jugadores en el centro del campo.

El equipo de Ancelotti cuajó una primera media de hora de juego de altos vuelos mientras los de Sampaoli hacían aguas en todos los frentes. Con solo tres futbolistas, Tchouameni, Modric y Kroos, el Madrid ganó el centro del campo a un conjunto que llegaba a acumular hasta cinco piezas en la medular. Por las bandas solo se hacía lo que Valverde y Vinicius dictaban. Uruguayo y brasileño hicieron lo que les dio la gana aprovechando su velocidad y su estado de gracia.

El Real Madrid detectó desde el primer momento los enormes problemas que tenía el Sevilla para sacar la pelota jugada desde abajo. Por ello, los blancos subieron su línea de presión incluso hasta el área contraria para asfixiar a los hispalenses. Los de Sampaoli, apenas en 40 metros y metidos en campo propio, sufrían lo indecible sin un delantero que estirara al equipo y que metiera en problemas a Militao y Alaba.

Conforme el partido se fue acercando al descanso, el Sevilla se fue asentando en el campo para ofrecer sus mejores minutos. El Real Madrid también renunció al balón y eligió resguardarse cerca de la portería de Courtois para salir con vuelto alto aprovechando la velocidad de Vinicius y Rodrygo a la contra. En cuanto algún jugador de los andaluces tenía un mínimo fallo en un pase o en un control, rápidamente tenía a dos hombres del Real Madrid hambrientos y oliendo sangre para hacer daño con transiciones de vértigo. No obstante, el marcador no se movió más en la primera mitad.

Modric celebra el primer gol del partido REUTERS

Golpe en el momento justo

Tras el paso por vestuarios el Real Madrid salió desbocado de nuevo. Haciendo uso de una sexta marcha que ahora mismo no tiene nadie más en Europa, cambiando de ritmo cuando lo consideraba preciso y jugando dos velocidades por encima de lo que el Sevilla podía soportar. Siempre con Vinicius al mando. Pero el fútbol no es una ciencia exacta y eso lo demostraron precisamente el brasileño y su sombra durante todo el partido, Montiel.

En el minuto 54, Montiel le robó un balón a 'Vini' en el banda derecha y acto seguido metió un precioso balón en profundidad rompiendo por completo a la línea defensiva del Real Madrid. Lamela vio perfectamente la intención de su compañero y corrió al espacio hasta alcanzar el esférico. El argentino, que está de dulce en este tramo de la temporada, la tocó sutilmente con el exterior de su bota izquierda para sortear la salida de Courtois y hacer el empate. Enmudeció el Santiago Bernabéu al instante que no se esperaba este jarro de agua fría.

El gol espoleó a un Sevilla que se empezó a creer que podía meterle mano al líder. Más velocidad en su juego y tímidos pitos en un Bernabéu que pretendía despertar a sus jugadores en un partido que había tenido dominado. Minutos después del tanto lo probaron Isco y de nuevo Lamela demostrando que los de Sampaoli habían salido con otro tono a la segunda parte. Ancelotti vio la caída de su equipo y decidió hacer el primer cambio dando entrada a Camavinga en lugar de Tchouameni. Energía con el francés y Kroos pasando al puesto de pivote para mejorar la salida de balón.

El empate en el marcador impacientó al equipo de 'Carletto', que veía correr los segundos en el reloj de manera peligrosa sin conseguir abrir el armazón de un Sevilla que ahora sí era un bloque compacto. El Madrid solo conseguía acercarse mediante conducciones de Rodrygo por el centro y con disparos desde la frontal del área que no inquietaban a Bono. En una de las jugadas impulsadas por el brasileño, tras varios rechaces, su compatriota Vinicius consiguió plantarse con ventaja frente al portero hispalense. Sin embargo, el '20' del Real Madrid perdió el equilibrio en el peor momento tras encontrarse con el meta y no acertó a marcar a portería vacía con la zurda en una posición realmente complicada. Al menos, los blancos volvían a meter algo de miedo.

Ya en el minuto 75, Ancelotti decidió agitar la coctelera de manera completa con un triple cambio. El italiano renovó sus laterales con la salida de Rüdiger y Lucas Vázquez por Mendy y Carvajal. El alemán pasaría al eje de la zaga y Alaba al carril zurdo como suele ser habitual. También salió Marco Asensio por Modric para hacer de enganche entre el medio y la delantera. Como por arte de magia, el italiano acertó de pleno. Elección de esas que gustan a los entrenadores.

En el minuto 78, Rodrygo consiguió robar un balón en campo propio. Jugó rápidamente para Fede Valverde y el Real Madrid montó la contra. Asensio tomó la manija de la jugada conduciendo de zurda y metió un balón preciso y precioso para la carrera de Vinicius que descosió por completo a la defensa del Sevilla. El brasileño se presentó solo ante Bono, pero levantó la cabeza para ver que a su derecha le acompañaba un Lucas Vázquez que no había tocado todavía un solo balón. 'Vini' se la cedió y el de Curtis la empujó a placer en la segunda asistencia del '20' merengue.

Al igual que pasó con el empate del Sevilla, el gol del Real Madrid también supuso un impulso para los blancos y solo unos minutos después llegó el tercero. Balón de Asensio para Fede Valverde casi en el pico del área por banda derecha y el uruguayo sacó su fusil a pasear para anotar un gol descomunal. Obus imparable del charrúa que pilló totalmente desprevenido a un Bono que solo pudo acompañarla con la mirada. El Real Madrid había pasado unos minutos de apuros, pero apretó el acelerador y se marchó de nuevo.

Con el gol del charrúa, el partido murió. El Sevilla había remado con todo lo que tenía en un partido pasado por agua en el que solo pudieron presentar batalla durante unos 30 minutos. Después, el equipo de Ancelotti mostró su nivel habitual y consiguió cerrar una victoria más, la décima en Liga, para seguir conservando la condición de invicto. Tiempo ya para pensar en la Champions y en el RB Leipzig.

Los jugadores del Real Madrid hacen piña tras el gol de Modric REUTERS

Real Madrid 3-1 Sevilla

Real Madrid: Courtois; Carvajal (Lucas Vázquez, 77'), Militao, Alaba (Nacho, 86'), Mendy (Rüdiger, 77'); Tchouaméni (Camavinga, 65'), Kroos, Modric (Marco Asensio, 77'); Fede Valverde, Vinícius y Rodrygo.



Sevilla: Bono; Jesús Navas (Carmona, 67'), Montiel, Gudelj, Marcao, Telles; Óliver, Rakitic (Delaney, 76'), Jordán; Lamela e Isco (Rafa Mir, 76').



Goles: 1-0, 5' Modric. 1-1, 54' Lamela. 2-1, 79' Lucas Vázquez. 3-1, 81' Fede Valverde.



Árbitro: Alejandro Hernández Hernández (Comité de Las Palmas). Amonestó a Tchouaméni (37') por el Real Madrid; y a Jordán (28'), Montiel (31'), Gudelj (66') y Papu (95'), del Sevilla.



Incidencias: encuentro correspondiente a la undécima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 59.625 espectadores. Thibaut Courtois y Karim Benzema dedicaron al madridismo el Trofeo Yashin y el Balón de Oro que ganaron