El Real Madrid no solo se llevó del Sánchez Pizjuán los tres puntos, también recuperó sensaciones perdidas. Además de que la plantilla dio la impresión de ser una piña, símbolo sin el que los jugadores no habrían conseguido ese título de Liga en la última temporada, los blancos volvieron a casa con una portería a cero, un hecho que no ponían a su favor desde hace dos meses en el campeonato nacional. El camino a seguir para acabar este 2020.

En una semana en la que todos los focos apuntaban a Zidane, los jugadores volvieron a demostrar su versión más versátil ante un gran equipo. El Real Madrid más solidario, el que sabe sacar los tres puntos con tesón y esfuerzo, llegó en una cita en la que los blancos parecían jugarse su crédito después de lo sucedido en Kiev. El tren de La Liga de esta temporada se está encontrando con más paradas que nunca en el año futbolístico más raro de este siglo.

Si el conjunto merengue llevaba un 50 por ciento de las victorias en los partidos de que ha jugado en la temporada, se entendía a partir de la inestabilidad sobre el campo. Se puede hablar de problemas de concentración, de motivación o de intensidad, pero la realidad es que el Real Madrid no había sido tan solvente y tan certero a la hora de cerrar su portería y buscar el tanto de diferencia. Sin gol, es la versión que la afición pide de este equipo.

Piña de los jugadores del Real Madrid ante el Sevilla EFE

Es un año de una carga física desorbitada, en la que los jugadores además están conviviendo con los contagios por la Covid-19 y donde el nivel se ha equilibrado por estas circunstancias. Zidane prioriza que el equipo sea así de solidario y encuentre en una ocasión los tres puntos. La palabra intensidad ya no está incluida entre las excusas por las que no se logran las victorias. Ese esfuerzo ya no se negocia y esta portería a cero es el camino que se ha marcado el vestuario.

En el momento justo

Tras las derrotas ante Valencia y Alavés y el empate frente al Villarreal, la competición liguera se había torcido especialmente. La imbatibilidad del Atlético de Madrid que los de Zidane pondrán a prueba el próximo fin de semana en el Alfredo Di Stéfano era una cuestión que estaba apretando las tuercas merengues. Pero más ahogaba la soga que estaban poniendo algunos tanto al entrenador blanco como a algunos jugadores.

Thibaut Courtois, en un momento del partido entre Sevilla y Real Madrid de La Liga EFE

Mientras el Barça sigue dejándose puntos en esta temporada en el campeonato nacional, todo lo que se construyera alrededor del equipo para no perder el tren de La Liga era satisfactorio y se llega a ese partido fundamental a seis puntos. Aunque todos los esfuerzos se centran ahora en la Champions League, la realidad es que los blancos han recuperado el rumbo en el campeonato liguero después de este triunfo en Sevilla. Ahora les toca completar la machada.

Solvencia

Lo más importante del triunfo de Sevilla son las sensaciones. Los blancos volvieron a ser solventes. Sin grandes maravillas en cuanto al juego, aunque la sensación de que con acierto de cara a portería el choque habría quedado encarrilado en la primera mitad, el Real Madrid volvió a demostrar esa entereza que le dio la última Liga. Sobre el campo volvía a estar Casemiro, pieza fundamental, pero también es cierto que Nacho y Varane tuvieron un día al nivel que se espera de ellos.

Los blancos vieron cuál es el camino para salir de los tres partidos en los que Zidane se lo juega todo: la solvencia. Cuando el acierto de cara a portería no te permite golear, los fallos en defensa y las dudas dejan paso al trabajo y a levantar un muro en la portería de Courtois. El belga llevaba seis partidos seguidos sin recoger un balón de su portería. Vinicius marcó un gol de los suyos, que vale tres puntos y un crédito importante en una semana trascendental.

[Más información: El Real Madrid es una piña: seriedad y oficio para ganar la primera final]

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