Marco Asensio es uno de los mejores jugadores del fútbol español. Un futbolista de esos que llaman especiales, capaz de hacer lo que otros no hacen. Un chico que no entiende de edades ni escenarios, que ha sido precoz a la hora de mostrar su talento y que derribó la puerta de los más grandes en el Mallorca para llegar al Real Madrid, el equipo más exigente del mundo. 

En el equipo blanco no tardó en demostrar su valía, lo hizo ya desde su debut. Aquel 9 de agosto de 2016 le mostró al mundo de lo que era capaz este chico recién llegado desde las Islas Baleares. No solo se había ganado la confianza de Zinedine Zidane en la pretemporada, sino que decantó del ladro madridista la balanza de la Supercopa de Europa frente al Sevilla con un golazo colosal desde fuera del área que destrozó la escuadra de la portería andaluza. En tan solo unos minutos había debutado con la camiseta del Madrid y había marcado su primer gol, clave para la consecución del título. 

Desde ese día, la carrera de Marco Asensio ha ido in crescendo. Cada partido, cada temporada, se ha ido convirtiendo en un futbolista más importante hasta convertirse en una de las apuestas de futuro del equipo blanco para liderar los proyectos venideros. Seguramente, sea la gran apuesta a nivel nacional y el jugador español que más alto promete llegar. Tiene cosas tan diferentes y tan decisivas que recuerda a los mejores futbolistas del mundo. 

Marco Asensio en el momento que celebra su gol al Bayern.

Su zurda es un privilegio, su conducción marca diferencias y su disparo es único en el mundo. Tiene precisión, tiene potencia, tiene ese punto de velocidad capaz de marcar diferencias, pero también tiene técnica, dulzura, calidad. Es un compendio de grandes virtudes, de grandes cualidades que le hacen un elegido. Por eso, su situación tiene tan preocupado al Real Madrid y al madridismo, porque a Marco no le puede traer de cabeza una rodilla. A él no. 

El comienzo del calvario

Tras un periodo de cierto bajón en el que Marco fue, en parte, señalado, el jugador se planteó su situación en el equipo. El mallorquín sabía de su importancia que, año a año, debía ir creciendo hasta convertirse en una pieza clave en el conjunto blanco. El Real Madrid había apostado muy fuerte por él, y por ello se presentó en la pretemporada del curso pasado con ánimos renovados y con muchas ganas de volver a convencer a Zidane y de demostrarle que debía ser uno de los líderes de su nuevo proyecto. Ese proyecto que había perdido a Cristiano por el camino y que había vagado por un año pésimo. 

Asensio debía ser, junto a Hazard, el nuevo líder del equipo, un integrante de una de las delanteras más letales del mundo y un aspirante a formar parte de una línea atacante que hiciese olvidar la marcha de la 'BBC' tras la salida de Cristiano y los problemas de Bale con el técnico. Benzema se había quedado huérfano y buscaba acompañantes. 

Entonces, llegó aquel fatídico 23 de julio del año 2019, el día en el que comenzó el calvario de Marco Asensio. El Real Madrid disputaba un partido de pretemporada frente al Arsenal con el que seguir preparando el nuevo curso. El mallorquín recibió la llamada de Zidane y saltó al campo en el descanso. Nada más salir, estrelló un balón en la madera con el que pudo haber marcado su primer gol del partido, pero tan solo tuvo que esperar unos minutos para poder celebrar su tanto. Pase sensacional de Marcelo y Asensio la metía en la jaula.

Las cosas le iban bien a Marco que estaba crecido, con confianza y esperando de que la temporada 2019/2020 podía ser su año, la de su confirmación definitiva. Sin embargo, unos minutos más tarde su produjo la tragedia. Su rodilla izquierda se quedaba completamente clavada y dijo basta. Los gritos de dolor del jugador alarmaron de que aquello que había sucedido, fuera lo que fuera, era muy grave y muy serio. No había duda de que el fútbol había perdido a Marco Asensio para muchos meses. 

Marco Asensio se lesionó de gravedad contra el Arsenal

Horas más tarde se confirmaron los peores presagios. Asensio sufría una rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de su rodilla izquierda. La situación era terrible, de verdadera lástima, porque Marco veía cómo se le rompían de golpe todos los propósitos que tenía para esta nueva temporada. Además, una lesión tan grave podía poner incluso en riesgo su carrera a pesar de ser tan joven. 

Tras conocerse el diagnóstico, Asensio debía pensar ya en el año 2020 y despedirse prácticamente de la presente temporada. Incluso, el jugador veía cómo se desvanecía el sueño de liderar a la selección española en la Euro 2020. Comenzaba así un periodo de recuperación largo, duro y extenuante. 

Un camino de fortaleza

Aquel partido contra el Arsenal marcó el inicio de una nueva vida para Marco Asensio. Nunca más volvería a ser el mismo porque una cicatriz en su rodilla le marcaría que había tenido un problema muy duro por delante y que en su mano estaba superarlo y aprovechar su oportunidad o quedarse por el camino lamentando lo que podía haber conseguido y que un mal giro le robó. 

Sin embargo, Asensio decidió aceptar y afrontar con valentía el reto tan importante que le estaba planteando la vida. Comenzó a trabajar sin descanso para poder recuperarse. Tenía metas, ilusiones y sueños, pero su mayor objetivo era volver, fuera cuando fuera, al 100%. Estaba en el Real Madrid y era algo que no podía dejar escapar, por eso se puso manos a la obra. 

Marco Asensio en el gimnasio Instagram (@marcoasensio10)

Tras una operación que salió perfecta, Marco comenzó la rehabilitación. Muchas sesiones de ejercicio, de gimnasio, de fisioterapia, de masajes. En definitiva, muchas horas de trabajo sin descanso para volver mejor nunca. El camino no iba a ser fácil, pero Asensio tenía fuerza de voluntad y muchas espaldas para aguantar los golpes que pudieran venirle. Por ello, se tomaba cada avance como un triunfo. 

Así comenzó a apoyar la pierna operada, abandonó las muletas y se puso las zapatillas. Los primeros días en los que pudo caminar sin dificultades, las primeras zancadas y esa sensación de que tanto la rodilla como el resto de su cuerpo respondían eran como soplos de aire fresco que le motivaban a seguir. Los momentos en los que podía entrenar en el césped y ver a sus compañeros ejercitándose al máximo nivel le marcaban claramente donde estaba la meta. 

Por ello, fueron llegando cada vez más victorias. La primera vez que se volvía a calzar las botas de tacos, los primeros ejercicios con balón, las primeras conducciones, los primeros golpeos. Parece mentira lo que pueden llegar a significar estos mínimos avances para un jugador que lo ha ganado y que ha sido capaz de marcar incluso en una final de Champions, pero Asensio se estaba sintiendo futbolista otra vez. 

Marco Asensio, el fichaje

La alegría en el Real Madrid era total al ver la recuperación de Asensio. Tal fue la repercusión de su proceso que una imagen llenó de orgullo y satisfacción a todo el madridismo. Uno de los primeros días que Asensio pudo salir al césped, Marcelo se encontraba en la ciudad deportiva, en una de las terrazas que dan al campo de entrenamiento. Desde allí pudo ver a Asensio corretear liberado por césped y no pudo evitar gritarle y darle ánimos: "¡Qué bonito chaval, qué alegría! Solo de verte así ya he ganado el día, te veo muy bien, mejor que antes".

Aquel mensaje de Marcelo, espontáneo y sincero, lanzado desde el corazón de un compañero y amigo, era la voz de todo el vestuario que había visto sufrir a Marco. Un chico joven con todo el futuro por delante y que había recibido un revés del fútbol y de la vida. Asensio, tímido y superado por las emociones, solo pudo sonreír y seguir con su rutina de ejercicios. 

Una luz en la desgracia

Lo que nadie se esperaba por aquel entonces es que la temporada de Marco no estaba perdida. La desgracia que había provocado el parón de las competiciones le otorgó al mallorquín un tiempo extra para apurar su recuperación y poder llegar en plena forma al sprint final de la liga. Por eso, el jugador trabajó sin descanso, con las botas de tacos y exprimiendo su articulación y su cuerpo, para estar disponible para Zidane en el momento justo. 

La vuelta a la competición tras la pandemia le trajo al Real Madrid un fichaje con el que ya no contaba para este año. Asensio estaba disponible y podía volver a un terreno de juego. Sin prisa, pero sin pausa. Con calma, pero con todas las ganas y la preparación del mundo para remar y sumar en la lucha por La Liga. Asensio volvió y volvió bien, y el madridismo y todo el fútbol español rieron de felicidad. 

Zidane dialoga entre risas con Marco Asensio REUTERS

Por ello, tras once meses de largo sufrimiento y de mucho trabajo, de muchas gotas de sudor derramadas y de alguna lágrima caída, 330 días después de aquella fatídica lesión, el 18 de junio de 2020, Asensio volvió a pisar un terreno de juego. Fue en un choque de liga contra el Valencia. El mallorquín recibió la indicaciones de Zidane, una carantoña en forma de broma y saltó al césped. 

El juego no le esperó, no le dio una bienvenida como a un convaleciente, si no que le dijo: "Marco sal, corre y remata". Y Marco hizo caso. A los 30 segundos de estar en el césped, Mendy realizó una jugada por banda izquierda, puso un potente centro atrás y allí estaba Asensio, en posición de remate para sacar su zurda y anotar un gol histórico. Más de 11 meses después, Asensio volvió a pisar un terreno de juego y en tan solo 30 segundos ya había hecho un gol. Una prueba más de que está tocado por una varita.

Marco Asensio celebra su primer gol tras volver de su lesión Twitter

 

Ni mucho menos había vuelto el mejor Asensio, pero en menos de un minuto ya había conseguido volver a sentirse futbolista, ser decisivo para su equipo con un gol y saborear una victoria que certificó un gol de Benzema a pase del propio Asensio. Un debut esperanzador para seguir creciendo. 

Tras aquel partido, Zidane recurrió en bastantes ocasiones a Marco, unas veces como titular y otras como suplente, y el mallorquín respondió superando las expectativas. Tres goles, una asistencia y varias apariciones en momentos importantes para dejar unas grandes sensaciones en un final de temporada que se culminó con el triunfo de La Liga. Asensio ponía el broche de oro a una temporada que había comenzado de la peor manera posible.

La desgracia reaparece

El buen final de temporada de Marco Asensio había provocado que Marco Asensio fuera convocado por Luis Enrique para la primera convocatoria de la selección española para el regreso del fútbol internacional. La confianza del técnico asturiano, al igual que la de Zidane, es máxima en su zurda, por eso a la primera oportunidad que ha tenido ha querido recompensar el esfuerzo y la recuperación del mallorquín.

Marco Asensio, durante un entrenamiento con la selección española de fútbol sefutbol.com

Sin embargo, los problemas que parecían superados y enterrados para siempre han vuelto a aparecer. Cuando ya nadie se acordaba de esa maldita rodilla izquierda, Asensio ha tenido que dejar la convocatoria de la selección española por una nueva lesión. El jugador sintió molestias tras una acción y decidió parar haciéndoselo saber a los servicios médicos del combinado nacional. Se trataba de la rodilla lesionada hace un año, no había riesgo posible que correr. 

Tras realizarse una resonancia, los médicos encontraban un edema que le hacía saltar todas las alarmas. Le obligaba al jugador a parar, a dejar la selección y a ponerse en manos de los servicios médicos del Real Madrid. De nuevo la rodilla izquierda del mallorquín ponía en jaque a todo el madridismo y a todo el fútbol español, y volvía a sembrar unas dudas inevitables tras el antecedente de una lesión de tanta gravedad. Puede tratarse de un susto, o puede ser un problema que persista y que le persiga durante más tiempo. Lo que está claro es que otra vez esa maldita rodilla ha dejado en el dique seco a Marco Asensio y ha vuelto resucitar fantasmas y preocupaciones del pasado. 

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