El Real Madrid se dio una tregua este domingo en el José Zorrilla. Lo que empezó con un susto que parecía el principio del fin de Solari en el banquillo blanco acabó en goleada merengue. Pese a sufrir, el Madrid ganó y lo hizo cómodamente, mientras que al actualidad la sigue copando el futuro de su banquillo.

Una derrota hubiera sentenciado del todo a Solari, a quien nadie le asegura que se vaya a sentar en el banquillo el próximo fin de semana con el Madrid. La victoria no le da la continuidad, más teniendo en cuenta que la imagen del equipo no fue la mejor y durante media hora se caminó sobre un fino alambre.

Solari sabía que todos los focos le iban a apuntar a él y que tenía muchas papeletas de ser su último partido, independientemente del resultado final. Solari cumplió con su parte y el Madrid volvió a ganar. Lo hizo manteniendo la esencia de lo que ha sido su equipo hasta ahora y sin variar su plan casi lo más mínimo. Mientras que Mourinho y Zidane están en la recamara, mientras el Madrid estudia la viabilidad de su llegada, Solari se la jugó apostando por lo que cree.

Santi Solari, en el banquillo del José Zorrilla REUTERS

Solari solo hizo cambios obligados

Ante las numerosas bajas con las que llegó el Madrid a Pucela, Solari contó con todos los titulares que pudo. Ni un cambio más allá de los obligados. Bale, Vinicius, Lucas Vázquez, Mariano, Sergio Ramos, Carvajal y Marcos Llorente se ausentaron ya fuera por lesión o sanción. Siete titulares de los habituales que dieron la cámara por quien ha sido su entrenador desde el pasado mes de noviembre. Y dieron la cara.

El caso más evidente fue el de Karim Benzema. El francés tuvo todas las oportunidades de las que no gozó en los últimos cuatro partidos y marcó un doblete para salvar (de momento) la cabeza de su entrenador. Solari siempre ha confiado ciegamente en su '9' y ayer este rompió una lanza a su favor tanto dentro como fuera del terreno de juego. En zona mixta mostró claramente su apoyo a su entrenador y le ratificó, como no hiciera Emilio Butragueño

Otro sobre el que había muchas miradas puestas era Toni Kroos. Si bien el alemán volvió a no estar bien, como Casemiro, dio la cara y lo intentó todo, mientras las cosas no le salían. En su caso, Solari, que confió en él, hizo lo que vino repitiendo en los últimos partidos: Kroos fue el primer cambio del Madrid. En su lugar entró Fede Valerde y, pese a que ni tuvo mucho tiempo que delante, realizó un partido bueno con varios aciertos y cada día, más cerca del alemán.

Solari e Isco

Los señalados de Solari siguen igual

A los que no estuvieron no se les esperaba en Valladolid. Isco se quedó fuera de la convocatoria, después de ser expedientado por su espantada antes del Ajax. El malagueño difícilmente volverá a jugar con el argentino, con quien la relación está totalmente rota desde hace tiempo. En el banquillo estuvo Marcelo, quien de no ser porque Reguilón acabó tocado, no hubiera contado ni con los tres minutos que jugó. Las lesiones no dejaron ver lo que hubiera ocurrido con Bale, Mariano (los dos lesionados), Odriozola o Asensio, quien volvió a desaparecer en el partido.

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