Esta temporada, el Real Madrid sufría muchos cambios. El principal, el cambio de entrenador. Julen Lopetegui llegaba al banquillo y comenzaba una nueva etapa en el conjunto blanco. Esto abría un nuevo horizonte para algunos jugadores que no habían contado mucho en los últimos años. Dani Ceballos fue el ejemplo más claro, siendo protagonista en el tramo inicial de la campaña.

Sin embargo, en el caso de Marcos Llorente poco cambio supuso. El mediocentro había vivido una situación muy complicada el curso pasado. Con Zinedine Zidane en el banquillo, el canterano no dispuso de muchas oportunidades que le permitieran demostrar que estaba preparado para ganarse un puesto en la plantilla. Pero con Lopetegui, la situación era todavía peor.

Hasta la llegada de Santi Solari para hacerse cargo del banquillo merengue, el mediocentro solo había jugado diez minutos esta temporada. Pero el argentino lo ha cambiado todo. La dura lesión de Casemiro hizo que el técnico se viera obligado a pensar en cambios en la medular, y Marcos Llorente fue la solución que nadie esperaba viendo los antecedentes.

Marcos Llorente celebra su gol en la final del Mundial de Clubes entre el Real Madrid y el Al Ain Reuters

La oportunidad aprovechada de Llorente

Casemiro se lesionó frente al Celta de Vigo en Balaídos, lo que le ha hecho ser baja hasta hace escasamente una semana. La baja del brasileño abrió la puerta a Marcos Llorente para tener oportunidades y disfrutar de los minutos que se le habían negado hasta la fecha, y el centrocampista no la ha desaprovechado.

Desde el partido de ida contra el Melilla de la Copa del Rey, Marcos Llorente ha ido luciéndose en cada partido en el que ha tenido la ocasión de saltar al campo, y han sido muchos en las últimas semanas. De hecho, para Solari se ha convertido en un jugador esencial en el centro del campo. Prueba de ello es que, desde hace alrededor de un mes, a finales de noviembre, ha sido titular indiscutible para el argentino.

Pero sin duda, la prueba definitiva llegaba en el Mundial de Clubes. Era su gran oportunidad para demostrar que esta preparado para jugar en el Real Madrid y ser importante en la consecución de un torneo, y de nuevo Llorente ha demostrado de lo que es capaz. Ha sido uno de los mejores jugadores del torneo para el conjunto blanco. Ante el Kashima Antlers, su contribución en el centro del campo fue vital, y en la final frente al Al Ain se superó, siendo nombrado mejor jugador del partido. Su actuación fue simplemente extraordinaria, siendo incansable en el centro del campo. Además, redondeó su partido con un auténtico golazo que daba la tranquilidad.

Marcos Llorente disputa el balón con Shoma Doi EFE

Un ejemplo a seguir

Para cualquier jugador de La Fábrica Real Madrid, llegar al primer equipo es un sueño, y Marcos Llorente el ejemplo perfecto para fijarse. Ha seguido todos los pasos adecuados hasta hacerse hueco en la plantilla, y después, a pesar de la falta de minutos, no desesperó y siguió peleando para ganarse un puesto y tener oportunidades reales sobre el terreno de juego.

Pero no solo para los canteranos, para algunos compañeros del primer equipo también es un espejo en el que mirarse. Hay futbolistas de la plantilla de Solari que no están teniendo el protagonismo que cualquier jugador quiere. El extécnico del Castilla está apostando por otros compañeros, ya sea por decisión estratégica para los partidos o por bajo rendimiento. Estos jugadores, al igual que hizo Llorente, deben seguir peleando para recuperar su puesto.

Marcos Llorente ha demostrado que con paciencia, esfuerzo y trabajo cualquier jugador tendrá la oportunidad para tener éxito en el Real Madrid. Son las tres claves que debe seguir cualquier futbolista que quiera ocupar un puesto en el mejor club del mundo. El mediocentro las ha seguido y ahora está recogiendo su fruto, alargando todavía más una saga tan importante como las de los Llorente en el mundo del fútbol.

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