Vinicius Junior (Brasil, 12 de julio del 2000) fue el hombre de la jornada dominical a pesar de no jugar en Primera sino en Segunda B. El brasileño, que se incorporó al Real Madrid una vez cumplida la mayoría de edad, sobresalió en el derbi madrileño de filiales con dos auténticos golazos. Fueron los primeros tantos con la camiseta blanca de un jugador que está llamado a ser uno de los dominadores del fútbol mundial en los próximos años. 

El delantero ya había dejado grandes detalles en la pretemporada del primer equipo, pero, debido a la competencia y como plan de adaptación, Lopetegui decidió que jugara con el Castilla siempre y cuando no fuera convocado para los compromisos del Real Madrid en La Liga. Una solución lógica para un chico de solo 18 años y sobre el que no debe caer ningún tipo de presión en su primera temporada en Europa. 

Sin embargo, el antimadridismo militante decidió hacer una guerra por aquello de ver a un futbolista de 45 millones de euros en la categoría de bronce del fútbol español. Incluso se burlaron y atacaron al brasileño por su primera actuación ante Las Palmas Atlético. Vinicius realizó un partido más que aseado y aprobó en su debut, pero descubrió cómo un jugador del Real Madrid siempre tiene que andar sobre las brasas encendidas por los pirómanos. 

Las mejores imágenes del Atlético de Madrid B-Castilla

El plan Vinicius no es diferente del que se realizó con Casemiro allá por 2013. El centrocampista ya era incluso internacional absoluto con Brasil, pero debido a su juventud se decidió que sus primeros meses en la capital de España los pasara en el Castilla. El resultado ya es por todos conocidos, cuatro Champions en su haber y clave en las tres últimas consecutivas. O sea, que tan mala decisión no fue la que tomó en su momento el club blanco. 

Ante el Atlético B, Vinicius demostró por qué era considerado el mejor juvenil del mundo antes de fichar por el Real Madrid. Era un jugador determinante que dominó todas las categorías inferiores. El reconocimiento no se lo dieron gratis, ya que eran sus rivales los que destacaban aquel futbolista diferente y que jugaba a una velocidad más. 

Dos golazos, el segundo un precioso disparo a la escuadra, ha sido su carta de presentación en España. El brasileño sacó su lado más jugón y demostró que el madridismo no está equivocado al estar ilusionado con esta joven perla. Un diamante aún por pulir y que Lopetegui, presente en el Cerro del Espino, está cuidado con mimo. 

El técnico madridista alucinó con la actuación de Vinicius, aunque no le sorprendió. Sabe de lo que es capaz, pero también quiere protegerle de los buitres carroñeros que esperan el más mínimo desliz del delantero. Incluso fue agredido por Tachi, capitán del Atlético B, que golpeó, agarró y mordió la cabeza del brasileño. Una violencia desmedida que debe ser siempre denunciada independientemente de los colores de la camiseta. 

Lo que está claro es que el proyecto blanco con la joven perla funciona y va por buen camino. Quizá esta semana, injustamente, el delantero no ocupe las mismas líneas en medios ni los mismos segundos de televisión y radio. Pero Vinicius ya baila samba sobre los críticos del Real Madrid.