El Real Madrid tendrá un representante en las semifinales del Mundial, como mínimo. Varane lideró a una Francia que tampoco sufrió en cantidad. Un cabezazo del central merengue en la primera parte encaminó un triunfo que pocas veces amenazó el combinado charrúa. La baja de Cavani pasó factura y un error de Muslera sentenció a 30 minutos para el final.

El inicio de partido fue como suelen presentarse los encuentros ante Uruguay. Los de Tabarez no se desencajaban en defensa y plantaban un muro que les había mantenido imbatidos en tantas ocasiones. Los galos ponían la calidad con el balón pero apenas encontraban huecos. Pogba intentaba dominar el centro del campo y las carreras de Mbappé no lograban romper esa línea defensiva tan bien marcada por Uruguay.

Las ofensivas charrúas, sin embargo, eran mucho menos ofensivas de lo habitual. La ausencia de Cavani se estaba notando. Ni Suárez sacaba la cara ni Stuani conseguía sacar uno de esos reversos a los que ha acostumbrado Cavani. Lanzamientos cruzados y que reducían notablemente el peligro del cuadro azul. Con una igualdad máxima y sin grandes ocasiones en cada área apareció Varane. Tenía que ser de cabeza el primer gol que abriera la lata. Falta sacada a la perfección y el defensa del Real Madrid que entraba en velocidad para sacar un testarazo perfecto y cruzado imposible para Muslera.

Con ese tanto en el 40' Uruguay se iba al vestuario con muchas cosas que cambiar. Pero las soluciones no llegaron. La segunda parte fue aún más placentera para los franceses. Las acciones de ataque llegaban entre la locura y el nerviosismo. Pelotazos y individualidades del 'Cebolla' Rodríguez que no terminaban en buen puerto. La sentencia la produjo Griezmann y, en gran parte, Muslera. Lanzamiento del delantero del Atlético y el arquero que no atrapaba bien el balón. Cantada que daba el 0-2 y las semifinales a una Francia que no sufrió.