8 de abril de 1987. El Real Madrid entrenado por Leo Beenhaker se enfrenta al Bayern Múnich en el Olympiastadion. El conjunto blanco lucha por alcanzar una final y levantar la Copa de Europa tras 21 años de sequía con la generación de La Quinta del Buitre, de Santillana y, sobre todo, de Juanito. El malagueño es a sus 32 años el corazón de ese equipo que viene de ganar dos Copas de la UEFA consecutivas. Sin embargo, el sueño de la plantilla y de todos los aficionados es la máxima competición continental. "Mi padre con una Copa de Europa hubiera sido el tío más feliz del mundo", afirma Roberto Gómez, hijo del mito madridista en una entrevista para EL BERNABÉU.

La ilusión de los blancos se convierte en impotencia con un 3-0 del Bayern en poco más de media hora. El árbitro, de los tildados como casero en los 80 y los 90, terminó por desquiciar a un Real Madrid que veía como se escapaba una nueva final. Juanito no aguanta tal humillación y después de una dura entrada de Matthäus sobre Chendo se va a por el centrocampista alemán que está tendido en el suelo. El de Fuengirola, preso de los nervios y su carácter pasional, pisa la cabeza a la estrella del equipo bávaro. Tras unos segundos de tangana, el colegiado se dirige al jugador merengue, que en aquel encuentro lucía el '11', y le muestra la tarjeta roja. Ese fue el principio del fin de la historia de Juanito en el club de Chamartín

"Un Bayern - Real Madrid cambió mi vida. Tenía la renovación pactada con el club, pero se equivocó y acabó saliendo al final de esa temporada. Mis padres estaban separados y a cuenta de esa acción ya no pude pasar tanto tiempo con él. Es complicado entenderlo desde fuera, pero es la parte personal de la historia", se sincera el hijo de Juanito. A pesar de ello no pone excusas a aquella expulsión: "No se puede borrar ni justificar, ni él mismo lo hizo. Se equivocó y pidió perdón tras el partido". Para Roberto, madridista de cuna, lo más importante de toda aquella polémica fue el perdón posterior Matthäus: "Para mí solo existe la reconciliación, nada más. Lo único que me vale es que Lothar le perdonó, no lo que diga la gente. Su respeto es con lo que me quedo". 

Roberto Gómez, hijo de Juanito

LA HISTORIA DE LA RECONCILIACIÓN

Aquel partido termina finalmente en Múnich con 4-1 en el marcador. El Madrid tira de coraje para llegar al menos con una mínima esperanza a la vuelta. Butragueño consiguió recortar diferencias pero Matthäus, otra vez de penalti, finiquitó el encuentro en la segunda mitad. Los de Beenhaker aguantaron estoicamente a pesar de jugar con un hombre menos desde el minuto 39 y con dos, por doble amonestación a Mino, en el 72. Juanito fue el gran señalado y posteriormente sería sancionado por la UEFA con cuatro años fuera de las competiciones continentales. El andaluz no tardó en reconciliarse con Matthäus y aprovechó el día previo al encuentro en el Santiago Bernabéu para mostrar su arrepentimiento. El jugador del Real Madrid y la estrella del Bayern se reunieron en la sede de un periódico deportivo y se abrazaron. Juanito, amante de los toros, regaló un capote y un estoque al que después sería campeón del mundo en 1990. "Semanas después me escribió una carta muy emocional. En el Bernabéu siguen cantando su nombre a día de hoy porque Juanito representaba el espíritu luchador del Real como pocos más", aseguró hace un año Matthäus en una entrevista de Sport Bild. Y con ese recuerdo también quiere quedarse Roberto: "Mi padre transmitía lo que era un aficionado pero con unas botas de fútbol puestas. Quería jugar en el Real Madrid y lo consiguió. Era el que mejor lo transmitió fuera y dentro del campo". 

90 MINUTI SON MOLTO LONGOS Y EL ESPÍRITU DE LAS REMONTADAS

El propio Matthäus citó a Juanito para referirse al partido de vuelta: "No nos dieron oportunidad alguna y perdimos 1-0 con gol de Santillana. Fue entonces, sobre el césped, cuando entendí el significado de la frase de Juanito sobre los '90 minuti en el Bernabéu son molto longos'. No conozco un solo estadio en el que el tiempo dé la sensación de pasar más lentamente para el rival que allí. Cada minuto fue pura pugna". Esta vez el Real Madrid no necesitará remontar, sino dosificar y jugar con la ventaja lograda en la ida. No será necesario apelar al 'Espíritu Juanito' que el propio Roberto reconoce que ya no gusta en la familia de la leyenda blanca: "Al final nos molestaba. Nació como una cosa bonita pero ya se estaba convirtiendo en una mofa y no tenía la imagen bonita con la que nació en una eliminatoria de Copa del Rey ante el Zaragoza. Como madridista prefiero que no le recuerden porque eso significa que al Madrid le ha ido mal". 

Este martes, en el minuto 7, el Santiago Bernabéu recordará como cada encuentro a Juanito y su hijo no puede hablar de ello sin emocionarse: "Son muchos años y su recuerdo sigue muy presente. Para nuestra familia es increíble y un orgullo". Aunque a Roberto le viene a la cabeza el homenaje que dio la afición a su padre en las semifinales de 2012 contra el Bayern que terminó perdiendo el Madrid de Mourinho en los penaltis: "Ese día como hijo fue maravilloso, pero como madridista de los más duros de mi vida. El resultado lo estropeó todo". Madridismo en el nombre del padre. 

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