El Real Madrid se adelantó en La Rosaleda gracias a un gol del malagueño poniendo el marcador 0-1 en el minuto 29 del partido. Pocos minutos después, le tocó turno al Málaga. Cuando uno de sus jugadores se disponía a tirar una falta frontal, de repente, los aficionados blanquiazules empezaron a gritar "¡Isco tírala!", confiando en la puntería del que fue su jugador estrella. Todo el estadio se rindió al madridista, que pese a su gol, bromeó con el lanzamiento aunque después lanzase Rosales para los boquerones.

La actuación de Isco no pasó desapercibida para La Rosaleda, que cuando fue sustituido, no dudó en ovacionarle con fuertes aplausos. Los mismos que se oyeron cuando al comienzo del partido apareció el número 22 en los videomarcadores del estadio malaguista. El jugador del Real Madrid devolvió este gesto de respeto a la que fue su afición cuando marcó el primer tanto de los blancos, pidiendo disculpas a la grada y no celebrando el gol.

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