27 de febrero de 2016. Zinedine Zidane afronta su primer derbi al mando del conjunto blanco. Vencer al Atlético de Madrid se antoja fundamental para seguir la estela del Barcelona. De no cosechar la victoria, la liga, prácticamente, se habrá esfumado. James, Isco, Kroos y Modric son los elegidos por el técnico madridista para liderar el centro del campo y dominar a través de la pelota. El Real Madrid naufraga y los rojiblancos se llevan el partido gracias a un gol de Griezmann a principios de la segunda mitad. Zizou dice basta, Casemiro no volverá a ser suplente.

EL DERBI, UN PUNTO DE INFLEXIÓN

La trayectoria del '14' en el Real Madrid, dio un giro radical aquel día. Con la destitución de Rafa Benítez y la llegada del francés, a mitad de temporada 2015/2016, el protagonismo del carioca se vio reducido hasta caer, prácticamente, en el olvido. La suplencia, parecía, iba a ser la tónica dominante para él, sin embargo, el derbi contra el Atlético de Madrid lo cambió todo. El Real Madrid perdió por 0-1 ante los rojiblancos y Zidane tomó una decisión: Casemiro iba a ser el sostén del equipo. Así fue. Desde entonces, el brasileño se convirtió en el encargado de equilibrar al equipo, fue titular en la eliminatoria contra el Wolfsburgo y no volvería a ser relegado al ostracismo en días importantes. Dos temporadas después, es innegociable.

INDISCUTIBLE EN EL CAMPEÓN DE EUROPA

Titular en Milán y en Cardiff -anotando un gol decisivo-, ha sido pieza fundamental en todos los títulos que ha cosechado el conjunto merengue. En un equipo plagado de estrellas, con un talento descomunal y una vocación ofensiva muy marcada, el rol de un trabajador incansable y un estandarte defensivo se convierte en una necesidad capital. Capaz de corregir todos los desajustes que provoca, en ocasiones, el toque de corneta madridista, firme en la destrucción y una amenaza ofensiva, gracias a su juego aéreo y su disparo, Casemiro es en una pieza clave para el Real Madrid. El campeón europeo por excelencia, cuenta Champions por temporadas desde su ascenso a la primera plantilla. No es casualidad.

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