Había muchas ganas de ver a Isco en La Rosaleda y la afición respondió a las expectativas. El nombre del malagueño fue el más coreado durante el partido pero fue más simbólico cuando todo el público gritó su nombre al cielo nada más terminar los himnos de España y Costa Rica.

Durante el encuentro la tónica fue la misma. Su nombre se coreó en diferentes ocasiones y cada vez que tocaba la pelota una atronadora ovación inundaba La Rosaleda.

PIQUÉ NO SE LIBRA DE LOS PITOS

Piqué fue la cruz aunque en esta ocasión se escucharon menos pitos de los habituales hacia el jugador culé. La situación más surrealista ocurrió cuando Isco, ovacionado, corría con la pelota y se la cedió a Piqué. Los aplausos se transformaron en pitos en milésimas de segundos.

Isco homenajeado en Málaga en su visita con la Selección by footbie.com

Noticias relacionadas