El Barça sigue contando sus partidos por polémicas que le ayudan a hacerse con los tres puntos. Esta vez, el Getafe fue su nueva víctima. Faltaba poco para llegar al minuto 20 de partido cuando Piqué despejaba con la mano un peligroso centro del equipo azulón. Hay que recordar que el central ya tenía amarilla, por lo que tenía que haber sido expulsado por provocar el penalti. Pero una vez más, el árbitro no señaló nada.

Esta acción podría haber cambiado el signo del partido, ya que el conjunto culé se habría quedado con un jugador menos además de haber ido por debajo en el marcador. Finalmente, el equipo local se adelantaría en el marcador por medio de Gaku en la recta final de la primera parte. El Barça reaccionó y remontó el encuentro gracias a los goles de Denis Suárez y a Paulinho.

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