Durante el último año, ha habido un jugador del Real Madrid que ha dado un giro a su situación de 180 grados. Se trata de Isco Alarcón. El malagueño está en boca de todos después de su exhibición ante Italia. Se aplaude el papel de Lopetegui en la explosión del futbolista pero se olvida la de otra persona más importante: Zidane.

INFLEXIBLE CON SU SALIDA

El francés es el mayor responsable de la progresión ascendente que vive Isco durante el último año -junto al propio jugador, claro está-. Su primer mérito vino cuando un reguero de rumores asolaron al futbolista y su futuro se puso en entredicho -incluso con la aparición del Barça en la ecuación-. Zidane lo tuvo claro: Isco no se mueve... y no se movió.

Sabía que el jugador no pasaba por su mejor momento ante los pocos minutos que contó a comienzos de temporada pero su oportunidad llegó y respondió con creces. El duelo estaba entre Isco y James, pero el malagueño convencía más. Zidane le cedió el testigo en el momento en el que Bale cayó lesionado a finales de 2016. El malagueño volvió a sentirse importante y ya en 2017 todos esos rumores pasaron a mejor vida.

Zidane siempre le defendió. Desde que llego al banquillo, incluso desde que Isco fichara por el Madrid -el francés lo recomendó- ha sido de sus favoritos. Isco entendió que si no jugaba habitualmente también sería culpa suya. Se tomó cada entrenamiento como una prueba y el francés le recompensó afianzando su puesto.

EL CLUB APUESTA POR ÉL Y ASENSIO

Con la reaparición de Bale muchos pensaron que Isco sería sacrificado, pero Zidane apostó por quien venía enchufado e Isco tuvo sitio en el once de Cardiff. Este año todo apunta a que seguirá siendo igual de importante o incluso más. El Real Madrid ha apostado por él y por Asensio y no ha llegado nadie que pueda obstruir su sitio en el equipo, de hecho, se ha dado salida a James.

La lágrimas de Zidane al recordar momentos de su pasado by footbie.com

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