Con sus dos goles ante la Juventus, Cristiano Ronaldo se convirtió en el jugador del partido. El delantero luso siempre ha sido criticado por no brillar en los partidos importantes, algo completamente falso, pero en la final de Cardiff el futbolista del Real Madrid demostró que desde el primer partido de la temporada hasta el último siempre es decisivo.

El ídolo del madridismo fue una de las grandes estrellas de la celebración de La Duodécima. Desde la recepción en la Comunidad hasta la fiesta en el Santiago Bernabéu, Cristiano brilló con luz propia, como lo hace en los terrenos de juego.

Sin embargo, fue en el estadio merengue cuando se produjo su apogeo. El luso agarró el micrófono para dedicar unas palabras a la afición pero no pudo terminar el discurso. La hinchada blanca se unió con un mismo grito, el de pedir el Balón de Oro para él. Todo el Bernabéu retumbó bajo el cántico y el propio Cristiano, que no se pudo contener, imitó al público y empezó a cantarlo. Además, el resto de jugadores que se encontraban allí, decidieron sumarse a la proclama y empezaron a saltar alrededor de la estrella mundial.

En esa pequeña parte del discurso que el público le permitió decir, Ronaldo agradeció a todo el mundo el apoyo y afirmó que tanto los jugadores, como entrenador y afición estaban de enhorabuena. Tampoco faltó el grito de guerra de Cristiano y la respuesta de toda la grada.

Cristiano se unió al cántico del Bernabéu: "Cristiano, Balón de Oro" by footbie.com

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