Iker Casillas es y será siempre del Real Madrid. El que fuera portero del primer equipo blanco durante 16 temporadas se convirtió desde que debutó el 12 de septiembre de 1999 frente al Athletic, en el dueño de la meta madridista. Con el paso de las temporadas, ese joven imberbe que se estrenó en San Mamés fue creciendo hasta convertirse en el mejor arquero del mundo y en toda una leyenda del Madrid.

Sin embargo, sus últimos años en su club de toda la vida no fueron fáciles. Lesiones, descenso del rendimiento por el paso del tiempo y un enfrentamiento público con su por entonces entrenador José Mourinho, hizo que parte de la afición madridista se volviera en su contra. A pesar de ello, Casillas ha vuelto ha mostrar su cariño al club blanco en un adelanto de una entrevista para MARCA en lo que confiesa no guardar rencor a ni un solo aficionado blanco, más bien todo lo contrario, ya que en palabras del guardameta, siempre estará agradecido al público del Bernabéu.

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