Volver al equipo después de una larga lesión nunca fue fácil. Bale, pese a regresar por la puerta grande con gol ante el Espanyol, sigue con la puesta a punto. Ante el Nápoles se le vio fatigado y con el paso de los minutos su incidencia en el juego del equipo comenzó a disminuir considerablemente.

Durante el primer cuarto de hora, el galés fue lo mejor del Real Madrid. Un rayo de esperanza ante la arrolladora salida al campo del Nápoles. Mientras los Mertens, Hamsik, etc. fusilaban la puerta de Keylor, Bale no se rendía. El 'Expreso' de Gales protagonizó varias carreras en la primera mitad que resumieron todos los acercamientos blancos hasta el descanso. No tuvo fortuna de cara al gol pero lo intentó siempre que pudo.

Sin embargo, poco a poco la llama del galés se iría apagando. Sus carreras dejaron de ser tan punzantes y sus ayudas en defensa terminaron por desfogarle por completo. El Nápoles movía el balón muy rápido, obligando a Bale a correr detrás del esférico; esto terminó pasándole factura. Zidane se percató del cansancio que arrastraba el futbolista y en el minuto 68 le dio descanso, entrando Lucas Vázquez en su lugar.

La eliminatoria, tras los dos goles de Ramos, estaba ya resuelta. Zizou dio aire a Bale que sigue con su pretemporada particular. El calendario tan apretado del Madrid les obliga a jugar prácticamente cada tres días. El '11' blanco está agotado pero su puesta a punto sigue su rumbo. No podrá jugar ante el Betis este fin de semana por lo que tendría una semana de descanso par recargar pilas. El objetivo es que llegue al cien por cien a la recta final de la temporada.

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