Que Luka Modric es uno de los futbolistas con más clase del mundo no sorprende a nadie. Este sábado ante el Eibar volvió a dar destellos de la calidad que atesora en sus botas provocando los aplausos del público de Ipurua. El momento álgido llegaría cuando el croata se retiraba al banquillo en la segunda parte y todo el estadio le despidió con una ovación tremenda, la cual agradeció el comentarista.

El Real Madrid no está acostumbrado a ser bien recibido en sus visitas pero Ipurua demostró que los colores no importan si se trata de reconocer la clase de un futbolista. Con una enorme calidad y un comportamiento siempre ejemplar, Modric es un jugador querido allá donde va. Actitud irreprochable de los aficionados del Eibar.

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