Triunfo del Real Madrid ante el Valencia Basket que vale un billete para la final de la Liga Endesa. El equipo merengue se la jugaba al todo o nada y recuperó para el encuentro a Llull. El balear marcó el ritmo del partido, le dio un extra de velocidad y acabó ahogando al equipo taronja desde la línea de tres. [Narración y estadísticas: Real Madrid 80-77 Valencia Basket]

El encuentro comenzó rápido, reflejo perfecto de que era una final anticipada. En el Real Madrid golpeaba Causeur desde el triple. En el Valencia replicaba Van Rossom. El francés, sin embargo, ganaría el duelo durante algunos instantes. El equipo merengue atacaba rápido y apenas consumía tiempo en su circulación. Tras apenas dos minutos de juego, los de Laso ya dominaban con un 8-3 más que optimista. De hecho, la ventaja se iría hasta el 10-3.

Garuba y Tavares subían el nivel defensivo y el Valencia se asfixiaba en la pintura. Sin embargo, el atasco taronja no duró demasiado. Sastre rompió la mala racha desde el triple y el Valencia se encomendó al acierto en el 6,75. Hasta cuatro triples anotarían en los diez minutos iniciales, el último con un Tobey que situaba el 19-18 a unos segundos. Sergio Llull, que poco a poco se fue entonando, puso el 22-18 con una de sus mandarinas.

La velocidad, como era de esperar, bajó notablemente en un segundo cuarto muy trabado en su inicio. Sería Rudy quien acabaría con la sequía gracias a su triple (25-21), pero confirmando que el potencial ofensivo era otro. El Real Madrid, de igual manera, no aprovechó esa ventaja. Y el Valencia, que durante todo el encuentro resistió con vida, seguía muy de cerca a los merengues. Si Carroll ponía el 37-32 desde los libres, Prepelic recortaba con un 37-35. Los de Ponsarnau no se rendían y ni la buena forma de Garuba valía para cerrar la primera parte con más de un 42-39.

Valencia resiste, Llull aprieta

El balear fue quien marcó la segunda mitad. Ni firmó su mejor partido en ataque ni dio un festival defensivo. Sin embargo, ese aliento clave y con olor a líder nunca viene mal. El Real Madrid supo sacar rédito de la motivación del 'aeroplano' y, tras un mal inicio anotador, los de Laso empezaron a sentirse cómodos en el parqué del WiZink.

Tardaron, pues fue cuando faltaban tres minutos para el final del tercer cuarto cuando el Real Madrid dio ese paso de gigante. Llull comandaba y el cuadro blanco se iba hasta el 57-49. Por primera vez tenían en su mano la posibilidad de romper el partido. Gran movimiento de balón y coordinación perfecta entre Rudy, Causeur y hasta Tavares. Sin embargo, la final anticipada era la final anticipada. Kalinic, Sastre y Hermannsson, que ya castigó en el segundo partido, pusieron la tensión con el 59-55.

Con todo por decidir llegó el último cuarto. Los nervios empezaban a hacer acto de presencia y Sergio Llull ya daba sensaciones de cierto cansancio. Arriesgar y forzar podía suponer un golpe de cara a una supuesta final. El Madrid, pese a todo, siguió sacando provecho de triple con el 62-57 de Taylor. Y Llull, desatado, puso el 68-59 con dos aciertos e el perímetro. El Valencia parecía sentenciado, pero Kalinic se negó y puso a los suyos con opciones de adelantarse.

Ahí, bien la suerte o la sangre fría, acabó determinanto el encuentro. Garuba y Causeur pusieron el 75-73. Y Carroll, con la muñeca siempre caliente, dejó al Real Madrid con la seguridad de triunfo. El 80-74 dejó la final atada y solo Prepelic, sobre la bocina, logró maquillar. 

Real Madrid 80-77 Valencia Basket

Real Madrid: Alocén (3), Causeur (15), Taylor (10), Garuba (16) y Tavares (7) -quinteto inicial-, Rudy Fernández (5), Carroll (6), Poirier (4), Llull (13) y Tyus (1) .



Valencia Basket: Van Rossom (7), Sastre (8), San Emeterio (-), Williams (5) y Dubljevic (8) -cinco titular- Prepelic (11), Labeyrie (3), Tobey (11), Hermannsson (7), Kalinic (13) y Vives (4).

Parciales22-18 | 20-21 | 17-16 | 21-22



Árbitros: Antonio Conde, Carlos Peruga y Jordi Aliaga. Eliminaron por faltas a Jeffery Taylor (min 39).



Incidencias: Tercer partido de las semifinales de la Liga Endesa, disputado en un WiZink Center que contó con la asistencia de un millar de espectadores por las restricciones por la Covid-19.