28 de febrero de 2018, Luka Doncic cumplía 19 años. Su último partido antes de su cumpleaños significó un duro golpe y el único bache en el camino antes de su consagración, pues de las derrotas también se aprende.

Con todavía 18 año cayó ante el Barcelona en un polémico final de la Copa del Rey. Aquel día el esloveno jugó más de 25 minutos y anotó 14 puntos, su importancia sobre la pista era tal que fue el jugador con más faltas recibidas en todo el partido, casi el doble que el segundo de sus compañeros. 

Tras la Copa llegó su cumpleaños y la cosa tampoco empezó bien. El primer encuentro que tuvo que disputar fue en Euroliga, un choque de trenes entre el Real Madrid y el Fenerbahce en la capital de España. Los turcos, vigentes campeones de la competición por aquel entonces, llegaban segundos en persecución del CSKA.

Los de Pablo Laso, por su parte, comenzaban a reponerse de la gran plaga de bajas y estaban cuartos, pero empatados con otros tres equipos. A pesar de los 14 puntos de Doncic, el más valorado del Real Madrid, aquella noche ganaron los otomanos y dejaron a los blancos tocados con solo seis partidos por delante.

Un paso adelante cuando más falta hacía

No fue una temporada nada sencilla, las lesiones asolaron al Real Madrid durante toda la campaña. Primero Sergio Llull sufría una grave lesión en verano y después muchos otros jugadores fueron baja en muchos momentos del curso como Thompkins, Randolph, Kuzmic, Ayón… En ese tipo de situaciones es cuando los héroes tienen que dar un paso adelante y quien decidió echarse el equipo a la espalda fue Luka Doncic.

La juventud no fue ningún lastre, al contrario, la frescura de su juego era imparable para sus rivales. El descaro normal a su edad se mezclaba con una inteligencia superdotada para el juego y sus compañeros sabían explotar sus virtudes. 

La consagración de una promesa

A partir de esa derrota ante Fenerbahce, el Real Madrid ganó consecutivamente los últimos seis partidos de la fase regular y se clasificó como quinto a los playoff. Jugaría ante Panathinaikos con el factor cancha en contra.

En ese camino, Luka Doncic confirmó que iba en serio cuando, en uno de los campos más difíciles de Europa, la Sala Pionir de Belgrado, anotó 24 puntos para vencer a Estrella Roja, incluido un triple sobre la bocina que le dio el partido al Real Madrid. 

El triple decisivo de Luka Doncic en Belgrado Euroleague.net

En la ACB fue un torbellino, uno de los jugadores que más faltas recibía en la liga y aún así promediaba dobles dígitos de anotación y valoración. De hecho, esta última estadística sí que se aproxima más a la dimensión de lo que era Luka Doncic sobre la pintura. En la mejor liga de Europa, la segunda más importante  del mundo, un jugador de solo 19 años consiguió una media de 20 de valoración, un escándalo. 

Llegaron los playoff en las dos competiciones, la hora de la verdad. Lejos de amedrentarse, Luka Doncic siguió siendo el líder del equipo a pesar de la entrada poco a poco de Sergio Llull, que se iba recuperando de su lesión. Más de 10 puntos por partido en la serie contra Panathinaikos y el Real Madrid se metió en la Final Four

Poniendo Europa a sus pies

Era su año, estaba de dulce. El CSKA no fue rival para los blancos en semifinales, a pesar de un gran comienzo ruso, los de Pablo Laso le dieron la vuelta y terminaron venciendo 83-92. Fue la noche de Luka Doncic, se movía como pez en el agua, fue el jugador que más tiempo estuvo sobre la pista y el máximo anotador del Real Madrid (empatado con Llull). 

La final contra Fenerbahce parecía otra historia. Los dos equipos más fuertes de Europa en un partido a vida o muerte en Belgrado, uno de los escenarios más emblemáticos del baloncesto mundial. Aunaba todos los ingredientes para que a un chico tan joven le temblaran las piernas, pero nada más lejos de la realidad.

Doncic se desquitó con 15 puntos y solo le frenaron las faltas personales, que terminaron su partido antes de tiempo. Los turcos intentaron llevar al esloveno al tiro libre para ver si fallaba su muñeca, pero se creció y anotó ocho de sus puntos desde la línea de personal, más que ninguno de sus compañeros. 

Luka Doncic escribió en Belgrado su nombre en letras de oro en la historia de la Euroliga, nombrado Rising Star (mejor joven) por segundo año consecutivo, MVP de las finales y MVP de la Euroliga. Todo lo que podía conseguir, ya era suyo. El siguiente paso era España. 

Luka Doncic recibiendo el MVP de la Final Four de la Euroliga

La mejor despedida posible

Los playoff de la ACB comenzaron con el debate sobre si Doncic seguiría o no al acabar la temporada, mientras él seguía a su mejor nivel. El Real Madrid superó a Tenerife y Gran Canaria para llegar a la final contra Baskonia. En el primer partido, los blancos se vieron superados por los vitorianos, que se quedaron así con el factor cancha a su favor. 

De nuevo lejos de achantarse, Luka Doncic promedió más de 10 puntos y 10 de valoración para echarse a su equipo a la espalda. Demostró también su carácter en varios piques con Shengelia. Cuanto más se acercaba el final, más sonaba a despedida por todo lo alto.

Y así fue, el Real Madrid ganó la ACB en el Fernando Buesa Arena y el esloveno era nombrado tanto Mejor jugador joven como MVP de la competición. El círculo estaba cerrado y Doncic podía dar el siguiente paso. Europa le había dicho que estaba preparado y se iba con todos los títulos bajo el brazo.

Un nuevo capítulo

El 21 de junio, dos días después del último partido de la final de la ACB, Luka Doncic se encontraba ante otro de los días que marcaría su carrera, el Draft de la NBA. Cuántas carreras ha arruinado o ensalzado este evento (y cuántas quedan).

Dónde acabaría el esloveno era una incógnita, su posición, también. Algunos decían que sería el número 1 y se iría a Phoenix, que acababa de firmar a su entrenador en la selección, Igor Kokoskov. Otros hablaban de Sacramento en el 2, Atlanta en el 3 o Dallas en el 5. 

Luka Doncic, elegido Nº3 del Draft de la NBA

Finalmente lo eligió Atlanta Hawks como número 3, pero fue directamente traspasado a los Dallas Mavericks, un equipo dispuesto a reconstruirse en torno a él. A partir de ahí su adaptación fue inmediata. Doncic cayó en la NBA con el pie derecho y desde su debut demostró que su techo estaba muy lejos. En su primer partido, rozó el doble-doble al anotar 10 puntos y coger 8 rebotes. Algo grande había comenzado.

Asombrando a la NBA

Pronto comenzó a jugar su juego, desinhibido y alegre, atreviéndose a todo. Sus jugadas daban la vuelta al mundo y el baloncesto mundial se rendía a sus pies. El mismísimo LeBron James le regaló su camiseta la primera vez que se enfrentaron.

No fue un efecto gaseosa, pues en lugar de bajar su rendimiento, comenzó a mejorar sus números hasta el punto de que, hasta el final de sus 19 años, habrá firmado cuatro triples-dobles. Se quedó incluso a las puertas del All Star, donde fue de los jugadores más votados. 

Doncic celebra con los Dallas Mavericks Reuters

28 de febrero de 2019, un año después, su vida ha cambiado por completo. Para la historia quedarán los 19 años de Luka Doncic como el año en el que revolucionó el baloncesto mundial. MVP de la ACB, MVP de la Euroliga y la gran revelación de la temporada en la NBA.

¿Cuál será su límite? Solo el tiempo lo dirá, lo único que se puede hacer ante un jugador así es levantarse y aplaudir. 

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