La sorpresa ha estallado con la noticia de la llegada de Sergio Rodríguez al CSKA Moscú. El tinerfeño pone fin a su segunda etapa en la NBA tras dos años de altibajos en los Sixers. Su vuelta a Europa tras conocerse que pasaría a ser agente libre era una posibilidad a estudiar pero nadie se esperaba que su regreso fuera a un equipo que no es el Real Madrid.

El madridismo no ha encajado bien la noticia. El Chacho fue uno de sus mayores ídolos durante sus cinco temporadas de blanco. Llegó necesitado de confianza y en la entidad merengue se le dio eso y más. Cuatro Copas del Rey, tres ligas ACB y una Euroliga, además de otros logros, elevaron a Sergio como uno de los mejores jugadores españoles del momento y formó junto a Llull una pareja demoledora.

El Madrid vivía una época dorada y el Chacho decidió seguir con su carrera en la NBA. En América le daban un salario más elevado pero gozaría de menos protagonismo y, sobre todo, no tendría el mismo cariño que el madridismo le dio. El club hizo todo los posible para retenerlo pero se negó y cruzó el Atlántico en avión; un trayecto que, dos veranos después, realiza a la inversa pero pasará de largo por España hasta llegar a la fría Rusia

OTRA VEZ EL DINERO

Otra vez el dinero aparece de por medio. 10,7 millones percibirá por los tres años que vestirá la camiseta del CSKA. El jugador descartó fichar por el Real Madrid para permanecer en la NBA pero, incumpliendo su palabra, volverá a Europa para jugar en uno de los rivales directos de su exequipo continentalmente hablando. Una puñalada del Chacho que, tristemente, ha dado la espalda al madridismo, una vez más.

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