Sergio Rodríguez puso rumbo a la NBA el pasado verano. En su segunda aventura en la mejor liga de baloncesto del mundo, el Chacho eligió los Philadelphia Sixers para desplegar su magia. Una noticia que llegó muy rápido y fuerte para la afición del Real Madrid, que no se creía que uno de sus buques insignia, y que además fue el MVP de la Euroliga de 2015, abandonará el equipo blanco y dejara un hueco en la plantilla.

La afición, lo que no sabía, es que la propia plantilla se reharía, y no especialmente fichando. Volvió Dontaye Draper, eso sí, en calidad de base suplente, pero los verdaderos reemplazos estaban dentro del club. Sergio Llull tomó el control total de la nave blanca, y vaya si ha funcionado, pues se ha convertido en uno de los mejores bases de toda Europa, si no es ya el mejor, y ha sido reconocido por la Euroliga, nombrándole mejor jugador de noviembre, y por la ACB, señalándolo como mejor jugador de la jornada número 7. 

Si con Sergio Llull en estado de gracia no había suficiente, su fiel escudero, que está maravillando al mundo entero, Luka Doncic, ha vivido un auge bestial en este temporada. Su papel en el equipo es más que influyente y, a pesar de sólo tener 17 años, es capaz de dirigir el equipo con determinación o tirar de él en el apartado anotador. Ha sido reconocido mejor jugador de la Euroliga en las jornadas número 13 y 17, y en ACB en la jornada número 11. 

Lo que sí es cierto es que la NBA empieza a llamar fuerte a la puerta del Real Madrid, y con más insistencia cada vez que estos dos jugones hacen esos partidazos a los que acostumbra a la afición del Real Madrid. El dato significativo es la mejora en las victorias, pues con el Chacho el año pasado se lograron cinco victorias menos de las que lleva esta temporada el conjunto de Pablo Laso

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