El Barcelona sufrió un revés este martes durante la reunión que mantuvo la delegación culé, con Abidal a la cabeza, con Leonardo, director deportivo del PSG, en París. Los azulgranas presentaron su primera oferta formal para fichar a Neymar, pero fue rechazada. Las posturas entre ambos clubes están muy alejadas y no se prevé una solución inminente para que el brasileño regrese al Camp Nou.

El problema es el dinero. El Barcelona ofrece un intercambio de jugadores por Neymar, pero el PSG, que ha tasado la operación en más de 200 millones de euros, pide 100 'kilos' más la inclusión de Coutinho y Semedo. El club presidido por Josep María Bartomeu no tiene ese dinero y plantean otra alternativa sería una cesión con una opción de compra obligatoria para 2020.

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No hay un euro en Can Barça. Ya se tuvieron que hacer malabares para pagar el fichaje de Griezmann al Atlético de Madrid y con Neymar la situación es aún peor. Para la contratación del delantero francés, el Barcelona tuvo que pagar 35 millones de euros a través de un crédito y otros 85 cobrando facturas adelantadas de los bancos. El Atleti, ante el juego sucio culé para firmar a su estrella, se aferró a la cláusula de 120 'kilos' y en un solo pago.

Antoine Griezmann durante su partido de debut con el Barça frente al Chelsea. REUTERS

108 millones de pérdidas

No es el único problema para el Barça, que lleva un verano de grandes gastos. A los 120 millones de Griezmann hay que sumarle la nada despreciable suma del fichaje de Frenkie De Jong. El holandés del Ajax le costó al club catalán otros 75 'kilos', siendo el sexto fichaje más caro de la historia azulgrana. Además, se ha gastado otros 60 entre Neto, Junior Firpo y la recompra de Cucurella. En ventas, el Barça ha podido sacar tajada de André Gomes (25), Alcácer (21) y Denis (16), cedidos el curso pasado, y ha vendido a Malcom y Cillessen, por otros 40 y 35 millones, respectivamente. El balance entre altas y bajas es negativo, con unas pérdidas de 108,6 millones de euros.

Los salarios desorbitados del Barça

Todo ello hay que sumarlo a la cuestión del límite salarial. El vestuario del Barcelona está plagado de sueldos desorbitados y se quiere juntar a cuatro delanteros de primer nivel en el equipo: Messi, Suárez, Griezmann y Neymar. Eso, sin sumar lo que cobran otros como Dembélé, Coutinho o Rakitic. Precisamente, estos dos últimos son dos de los señalados que quiere incluir el Barça en el intercambio por Neymar, mientras que al francés no se le quiere vender este verano ni incluirle en el trato.

El Barça está en apuros económicos. No aparenta tener viabilidad para acometer un fichaje de tal magnitud como el de Neymar, pero Bartomeu quiere ir a por todas. Una acometida para evitar que su exjugador, al que perdió en una de las operaciones más sonadas de la historia, acabe jugando en el eterno rival, el Real Madrid. Una misión casi suicida con los datos en la mano y que deja la gran incógnita de dónde pretenden sacar el dinero en el Camp Nou.

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