La vida moderna nos ha traído muchas ventajas a los españoles, pero también algunos inconvenientes. La productividad se ha disparado gracias a ciertas herramientas y el poder centrarse se ha vuelto más difícil por culpa... de las mismas herramientas.
Es normal querer estar al tanto de cosas importantes que suceden en nuestra vida, pero es contraproducente estar al tanto de todo lo que sucede. Sobre todo si tenemos decenas de aplicaciones en el móvil lanzado notificaciones cada pocos minutos.
Según un estudio en España miramos el móvil entre 50 y 80 veces al día de media, aunque en ocasiones pueden ser muchas más. Esto implica mirarlo varias veces por hora, lo que hace que no podamos concentrarnos en nada mucho tiempo. Y los estadounidenses triplican esa cifra.
Además de la sensación de tener algo pendiente, provocado por la costumbre de estar recibiendo constantemente notificaciones, los mismos avisos de las apps son los que nos hacen mirar cada poco al teléfono. Y esto tiene actualmente más inconvenientes que ventajas.
Es por eso que es buena idea apagar la inmensa mayoría de notificaciones en el móvil. No obstante, es obvio que no debemos hacerlo con todas las apps, y también hay algunos accesorios que nos ayudarán a gestionar esto mejor.
Sólo apps importantes
Lo primero que hay que tener claro es que las notificaciones pueden ser útiles, pero eso no quiere decir que tengamos que tenerlas activas en todas las aplicaciones. Por ejemplo, en apps con las que se trabaja, en ciertos chats, es importante. En Facebook, raramente será relevante.
Lo mejor es seleccionar las aplicaciones que son importantes para nosotros, como la de Mensajes, para cuando recibimos un SMS o un código de autenticación. Las apps de gestión de cámaras y alarmas, por motivos obvios, la que controla el coche, por lo mismo...
Usando dos apps a la vez
Con todo, aplicaciones como Gmail, sobre todo si recibimos muchos correos al día, o Instagram, no necesitan mostrarnos las notificaciones en la parte superior de la pantalla. Podemos entrar en las apps una o dos veces al día y gestionar los avisos que tenemos.
Controlando los chats
Un tipo de aplicación que suele ser fuente inagotable de notificaciones son las apps de mensajería. Programas como Facebook Messenger, Telegram o WhatsApp suelen lanzarnos cientos de notificaciones en el día. A veces cada hora.
Por eso es importante silenciar todos los grupos (con contadas excepciones), e incluso también a chats de personas que suelan escribirnos por motivos menores y que suelan interrumpirnos. No se trata de no atenderlas, sino de no permitir que marquen ellas el momento.
Siempre en silencio
Algo importante y que puede ayudarnos a no distraernos es que, aunque tengamos activas las notificaciones en el móvil, estas estén silenciadas. Es decir, que no hagan que el móvil vibre o suene cada pocos segundos.
Alert Slider del OnePlus 13R
De esta forma, aparecerán en la parte superior de la pantalla, pero solo sabremos que están ahí cuando cojamos activamente el móvil. Sí, esto retrasará brevemente el tiempo de respuesta, pero salvo en casos muy importantes no será relevante.
Llamadas
La única excepción a esta gestión de avisos deberían ser las llamadas. Por una parte, porque normalmente no se hacen cada pocos minutos, y por otra porque sirven de vía de escape.
Controla el volumen y vibración del tono de llamada con esta app para evitar sustos
Si sabemos que cualquiera puede contactarnos por teléfono en caso de emergencia, es más fácil obviar todas las notificaciones y estar sólo muy pendientes si empieza a sonar el teléfono. Porque hay casos en los que no queremos estar ilocalizables.
Relojes y pulseras
Para ayudarnos con esto, es buena idea usar un smartwatch o una smartband. La vibración nos avisará de que nos están llamando, e incluso en algunos modelos podremos responder directamente desde la muñeca.
Incluso ayuda con las notificaciones, porque podemos leerlas rápidamente y luego decidir si es algo importante o no, para coger el móvil o dejarlo para otro momento. Esto último no es tan fácil como parece.
Por si fuera poco, las aplicaciones de gestión de estos accesorios permiten filtrar las notificaciones de manera diferente al móvil, lo que es muy útil. Podemos tener activas por ejemplo las notificaciones de Gmail en el móvil pero sin sonido y hacer que no nos avise en el reloj.
Reloj inteligente
De esta forma veremos que hay algo que leer cuando cojamos el móvil por otro motivo, pero no estaremos constantemente recibiendo avisos en la muñeca, minimizando las distracciones. Este uso en dos niveles es realmente práctico en el día a día.
La seguridad mejora
Un aspecto que mucha gente no tiene en cuenta es que, en ocasiones, las notificaciones nos avisan de problemas. Por ejemplo, si hemos dejado el coche abierto, si las cámaras han detectado algo o si hay humo en casa.
Si tratamos a todas las notificaciones por igual, y tenemos decenas por ver en el teléfono, realmente es como si no tuviéramos ninguna, porque esa saturación hace que no les prestemos atención a las irrelevantes, pero tampoco a las importantes.
Funciona
Esto, que puede parecer una idea loca sin sentido, funciona. Llevo casi 10 años con esta estrategia y aún hoy voy puliendo cosas, como quién silencio en qué chats, pongo silencios temporalmente a ciertos contactos, etc.
Pese a que trabajo con el móvil (más bien los móviles) encima de la mesa, no siento que me interrumpan. Esto lo he llevado incluso al ordenador, donde hay pocas apps que me distraigan cuando estoy escribiendo, editando o grabando.
