Uber ha tenido una importante oposición en los últimos meses, desde competencia directa como Lyft, y presiones del sector del taxi que han llevado a su prohibición en España. Ahora aparece otra en el horizonte: Google se está preparando para competir con Uber con un servicio propio y su coche autónomo

En agosto de 2013, Google invirtió 258 millones de dólares en Uber, una de las mayores inversiones que ha realizado nunca. De hecho David Drummond, un alto directivo de Google, forma parte de la junta directiva de Uber. Sólo un año y medio después, todo apunta a que ambas compañías se convertirán en enemigas mortales cuando los de Mountain View lancen su propio servicio, muy posiblemente junto a su proyecto de coches autónomos.

De inversor a competidor

Según Bloomberg, el propio Drummond ha informado a Uber de esta posibilidad y los directivos de la aplicación de transporte colaborativo ya habrían visto capturas de pantalla de la aplicación que estarían probando empleados de Google y estarían barajando la posibilidad de pedirle a Drummond que presente su dimisión como directivo de Uber.

Un servicio de estas características encajaría a la perfección con otros proyectos de Google como los el coche autónomo y con la ambición de Larry Page de reinventar el transporte para hacer que las ciudades funcionen de forma más eficiente, con coches autónomos circulando por la ciudad recogiendo y dejando viajeros por un precio muy inferior al que lo haría un taxi convencional.

Un golpe duro para Uber

La entrada de Google en este juego sería un golpe muy duro para Uber, que no sólo vería como uno de los monstruos más grandes de la industria tecnológica se mete en su jardín, sino que además este monstruo era hasta ahora uno de sus principales inversores. Pero no sólo eso, Uber usa Google Maps para organizar sus servicios, lo que le da a su posible competidora valiosísimos datos y deberá plantearse usar una servicio alternativo, como los de Bing, pero estos son, por ahora, muy inferiores a los de Google.

Pero Uber no se ha quedado quieta y ya ha movido ficha para hacer frente al ataque de Google y ha llegado a un acuerdo con la Universidad de Carnegie Mellon para desarrollar su propio coche autónomo y tecnología de mapeado, pero la gran duda es si lograrán hacerlo a tiempo para cuando Google se decida a saltar al ruedo.

El coche fantástico ya está aquí

No cabe duda de que Google ha tenido gran interés en Uber, llegando a integrarlo en su aplicación de Google Maps para Android, y muchos pensaron en algún momento que los de Mountain View acabarían comprando el servicio de car sharing, pero seguramente la mala prensa que Uber se ha granjeado y los problemas legales que han llevado, por ejemplo, a tener que cerrar el servicio en España hayan hecho que Google se replantee la situación y haya preferido lanzar su servicio con su propia marca y tomando nota de los errores que cometió Uber en su expansión internacional.

Lo que queda claro es que estamos a punto de vivir una revolución en el transporte público. Los coches autónomos de Google podrían estar listos en un plazo de dos a cinco años, por lo que cada día estamos más cerca de que al pedir un taxi quien nos pase a recoger sea KITT, y sin necesidad de que lo conduzca David Hasselhoff.

Vía Bloomberg