Una nueva carrera ha comenzado, quién llega antes a comercializar pantallas flexibles. El primero en asomarse a esta nueva tecnología fue Samsung y ya prometió tener algo entre manos, lo recordamos como el Proyecto Youm, sobre fechas nunca se han pronunciado con exactitud pero los últimos in formes apuntan a que estaban teniendo problemas y que no sería tan fácil como pensaban.

LG, tras anunciar unos resultados financieros muy buenos este 2013 se ha atrevido a lanzarse y decir que para el cuarto trimeste del año tendrán una pantalla OLED flexible en el mercado lista para comercializar, concretamente bajo un smartphone, algo que esperan muchos consumidores. Está claro que si hay un fabricante con suficiente capacidad de producción para hacer esto son Samsung o LG, la guerra por llegar el primero está servida, pero no sólo es quien llega primero, también hay otras consideraciones a tener en cuenta.

¿Flexible o Curvada?

Hay que aclarar un par de conceptos y dos vías de producción ante las que tienen que enfrentarse estas empresas. NO es lo mismo flexible que curvada, ambas acepciones parten de una misma tecnología, pero se distancian a la hora de mostrarse en los dispositivos. La imposibilidad de tener componentes internos flexibles hace inviable que tengamos un smartphone flexible a no ser que la pantalla esté separada de la circuitería, como la imagen que vemos abajo, sin embargo, si que se puede hacer pantallas curvas como la que vemos en la otra imagen.

Dos opciones ¿Cual tomarán? Y lo más importante, ¿que uso o innovación va acompañando a esta tecnología? Si es curva, ¿qué añade a nuestra experiencia, qué más nos permite hacer, si es flexible y separada del cuerpo del móvil?, ¿tiene durabilidad, que aporta?

A eso es a lo que aspira LG, y no es la única. Samsung también está trabajando en la misma tecnología, pero ambos tienen un problema importante: ¿realmente se puede vender un dispositivo así? El sector de las televisiones se pregunta lo mismo, temeroso de que acabe convirtiéndose en una moda que enseñar en las ferias y poco mas. Tanto LG como Samsung tienen delante un reto importante, convencer a los usuarios de que las pantallas curvas son útiles y no un simple truco para llamar la atención.

Fuente | WSJ