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Es una marca que no todos recuerdan, pero que millones de usuarios en España usan a diario. Se trata de Anker, la firma especializada en accesorios tecnológicos, usualmente pensados para cargar nuestros dispositivos. Estos días he probado su último producto: el Anker Nano.

Una estación de carga USB que pretende erradicar las regletas repletas de cargadores de nuestras casas para ofrecer una opción centralizada, y que se quita de encima muchos de sus problemas. Un dispositivo que en España ahora mismo cuesta 59,99 euros.

La idea es simple; en vez de utilizar varios adaptadores de carga enganchados a sus respectivos cables, esta estación cuenta con nada menos que 6 puertos distintos y una potencia total de 130 W para que podamos tener todos nuestros cargadores en un único espacio.

Elegante y bien construido

El diseño del Anker Nano, como ocurre con muchos otros productos de la empresa, presume de ser minimalista. Es un dispositivo increíblemente compacto, con unas dimensiones de 93 x 98 x 19 milímetros y un peso único de apenas 320 gramos.

El sistema es no solo muy ligero, sino que literalmente cabe en una mano. Anker lo sabe, y por ello ha incluido un ingenioso 'estuche' (o más bien funda) de transporte en el que podremos meter tanto la propia estación de carga como tres cables USB.

Anker Nano. Manuel Fernández Omicrono

No hay que resaltar mucho del diseño ya que la idea es que nos olvidemos de él en nuestra mesa, y esas son buenas noticias. Un único puerto para la corriente, 4 puertos USB-C con ciertas cantidades de potencia repartidas y otros dos USB-A en la parte derecha.

El único punto distintivo del Anker Nano es un pequeño aro LED de luz tenue, que indica que efectivamente está siendo suministrado por energía. Un detalle no menor, ya que de lo contrario, no sabríamos cuándo se está utilizando.

Lo que sí se nota de facto es una construcción soberbia, perfectamente rematada y que da una sensación premium una vez lo sacas de la caja. Parece un producto más caro de lo que parece, con un tacto suave y compacto, que ayudará a su transporte.

¿Realmente es útil?

Al desgranar las capacidades de esta estación de carga nos damos rápidamente cuenta de que integra numerosas tecnologías. El Anker Nano monta la tecnología de nitruro de galio o GaN como material semiconductor, lo que ayuda a tener tamaños más ligeros y una mejor eficiencia energética.

Anker Nano. Manuel Fernández Omicrono

La potencia máxima que ofrece este dispositivo es 100 W en su puerto USB-C más potente, aunque Anker aclara que su potencia total es de 130 W. Y es que mientras que su primer puerto ofrece 100 W de potencia máxima, su USB-C más contenido otorga 20.

Al tener 6 puertos, se pueden usar varios al mismo tiempo para poder ofrecer mayores capacidades de carga. De izquierda a derecha, los puertos USB-C integran 100 W, 65 W y 20 W en los dos últimos. Los USB-A por su lado montan 12 W de potencia.

Anker detalla cómo podemos unir la carga de varios puertos, como el primero y el segundo para tener 65 y 65 W, o unir el primero y el penúltimo para lograr 120 W. Incluso se pueden unir puertos USB-C y puertos USB-A; la versatilidad es total.

Esto da como resultado, según Anker, que con el puerto más potente podamos alimentar un MacBook Pro del 0 al 50% en apenas 27 minutos. El Anker Mini, usando estos dos puertos, puede cargar al mismo tiempo hasta dos MacBook de Apple.

Anker Nano. Manuel Fernández Omicrono

Anker remata este dispositivo con un sistema de protección ante posibles problemas eléctricos, conocido como ActiveShield 2.0. Este hace 3 millones de comprobaciones de temperatura al día controlando que esta no se dispare cuando lo usamos.

Todo ello, insistimos, compactado en un cuerpo muy ligero y portátil, que además usa un cable de corriente para conectarse a la red eléctrica en vez de usar otro cable USB-C. El objetivo, de nuevo, no es otro que cargarlo todo al mismo tiempo con esta estación.

Anker Nano. Manuel Fernández Omicrono

Una de las primeras ventajas con las que me he encontrado es el decir adiós a los cargadores enredados y revueltos por las bolsas. Más de una vez en un viaje o en una visita a casa de un amigo hemos aprovechado el Anker Nano para cargar una buena cantidad de productos.

De hecho, lo hemos puesto a prueba al máximo, cargando portátiles, tabletas, móviles e incluso consolas portátiles ocupando todos y cada uno de los puertos de la estación. No he tenido problema alguno; todo ha ido como debería, con cargas totales sin despeinarse.

A todo esto debemos sumarle que nuestras pruebas han ocurrido en los días más tórridos de las tierras andaluzas de Málaga, con el calor añadido que eso supone. Uno de estos días de máxima temperatura, hemos cargado hasta 6 dispositivos al mismo tiempo.

En una de mis salidas (con el Anker Nano perfectamente recogido en su funda y en mi mochila) acabamos cargando con esta estación un portátil, dos móviles y una Steam Deck, junto a un e-book y unos auriculares. 

Anker Nano. Manuel Fernández Omicrono

Aún con temperaturas de 33 grados fuera y con la fuerza del terral, el Anker Nano pudo completar su tarea sin demora. Esto me ha evitado tener que llevar mis habituales dos e incluso tres cargadores para tener varios dispositivos cargando al mismo tiempo.

Esto es especialmente valioso para los usuarios que se van mucho de viaje, y que necesitan cargar varios dispositivos al mismo tiempo y no quieren andar con varios adaptadores de carga. En este sentido, el Anker Nano es la solución perfecta.

¿Me lo compro?

Los usuarios más tecnológicos solemos cargar con un buen puñado de aparatos electrónicos en nuestros viajes. El USB-C lo ha estandarizado todo, pero no ha hecho magia, lo que nos obliga a ir con una plétora de cables bajo el brazo si lo queremos todo bien cargado.

Anker Nano. Manuel Fernández Omicrono

Y ha sido una gozada no ir tan cargado como de costumbre y tenerlo todo a mano. Tanto para los usuarios que viajan como para los que quieren tener una solución de carga sencilla y fácil de usar en sus escritorios, el Anker Nano es sin duda una opción ingeniosa y recomendable.