Durante muchos años Samsung ha estado lanzando dos versiones de sus Galaxy S. El año pasado hizo una ligera excepción al presentar el Samsung Galaxy S10e, un terminal que entraba dentro de la categoría de gama alta pero que no compartía todas las funciones de sus hermanos mayores.

Pero en 2020 hemos visto ser presentada una tríada de terminales, capitaneadas por el Samsung Galaxy S20 Ultra que ya analizamos y complementada con los Samsung Galaxy S20 Plus y Samsung Galaxy S20. Hoy analizamos este último, el que es posiblemente el móvil Android de gama alta (con todas las letras) más pequeño.

Características Samsung Galaxy S20

  • Pantalla:
    • Tecnología Infinity O Dynamic AMOLED.
    • Resolución QHD+ (3200 x 1440 píxeles).
    • 6.2 pulgadas en ratio 20:9.
  • Rendimiento:
    • Procesador: Exynos 990.
    •  12 GB de memoria RAM.
    • 128 GB de almacenamiento interno.
    • MicroSD de hasta 1 TB en el hueco de la segunda tarjeta SIM.
  • Cámaras:
    • Frontal:
      • Principal de 10 Mpx con f/2.2.
      • Grabación de vídeo 4K.
    • Traseras:
      • Cámara principal de 12 Mpx, autoenfoque y estabilizador óptico con f/1.8.
      • Cámara gran angular de 12 Mpx con f/2.2
      • Cámara telefoto de 64 Mpx con f/2.0 con zoom híbrido 3x y zoom digital hasta 30x.
      • Grabación 8K.
  • Conexiones:
    • Puerto de carga (25 W) y datos (USB 3.1) con conector USB-C.
    • Puerto Jack de 3.5 mm para auriculares.
    • Zona de carga Qi en la parte trasera.
    • Compatibilidad con Ethernet con un adaptador USB-C y WiFi a/b/g/n/ac/ax (Wi-Fi 4/5/6). Wi-Fi Direct. ANT+. NFC. Bluetooth 5.0.
  • Sensores:
    • Giroscopio, sensor de huellas bajo pantalla, acelerómetro, proximidad, luz ambiente RGB, barómetro, brújula y campo magnético.
  • Batería: 4000 mAh
  • Otros: resistencia al agua IP 68.
  • Tamaño:
    • 152 x 68 x 7.9 mm.
    • 164 g.
  • Versión del sistema: Android 10 con One UI 2.

Un tamaño único, para lo bueno y para lo malo

En los días en los que he estado probando este modelo, como siempre, móvil único y exclusivo, he mantenido una conversación en Twitter con muchas personas entre las que estaban Anna Martí de Xataka y Carlos Santaengracia de Topes de Gama.

El motivo de la conversación ha sido el tamaño de los móviles actuales, algo de relativa actualidad sobre todo por la presentación por parte de Apple del iPhone SE 2020. La cuestión es que justo antes de esa presentación yo empecé a probar este Galaxy S20 y se me antojaba en todos los aspectos demasiado pequeño.

Sí, es un terminal que tiene 6,2 pulgadas de diagonal, pero el ratio de 20:9 lo hace más alargado que móviles como el Huawei P40 Pro o el OPPO Find X2 Pro. Es decir, es más estrecho de lo que debería para tener esta diagonal, lo que de facto reduce su tamaño.

El tamaño es posiblemente lo mejor, y lo peor, de este móvil. Si un usuario está buscando un terminal con las mejores prestaciones pero con el menor tamaño posible ya voy avanzando que esta no es solo la mejor opción, sino prácticamente la única.

Por mi parte, he de reconocer que si bien me gusta mucho la idea para poder llevarlo encima de forma cómoda me he dado cuenta de que este no es un terminal para mí: juego demasiado en el móvil como para estar cómodo con una pantalla de este tamaño. Bueno, rectifico, para estar todo lo cómodo que me gusta, porque tampoco ha sido una tortura vivir dos semanas con este móvil.

En cuanto al diseño, Samsung ha sido bastante conservadora, pero al menos ha aportado un toque de color distintivo a los terminales. Este modelo está disponible en gris, rosa y azul celeste, que es el color de la unidad que nos han cedido.

En la parte trasera destaca un módulo de cámara con tres sensores, un micrófono y un flash LED. En el marco superior tenemos la bandeja para dual SIM o SIM y micro SD y un micrófono de cancelación de ruido. En la parte inferior tenemos el micrófono principal, el altavoz principal y el cargador USB C.  El lateral izquierdo está vacío y el derecho aloja el botón de encendido y los dos botones de volumen.

La estética de este terminal, como digo, es bastante conservadora pero hay detalles como lo pequeño de sus marcos y lo cómodo que es manejarlo a una mano que hacen que sea bastante único. Y esto se redondea con un peso de 163 gramos, tan bajo que nos retrotrae a una época en la que los móviles eran otra cosa.

Y se mantienen detalles como la tarjeta microSD o la resistencia al agua por la certificación IP68.

El rendimiento no es el de los mejores, pero es bueno

Como en años anteriores, Samsung ha decidido utilizar sus propios procesadores Exynos para los Galaxy S vendidos en Europa. Esto hace que el modelo que analizamos utilice el Exynos 990, un procesador de gama alta con tecnología 5G y bastante potencia, pero que no es capaz de rivalizar con el Snapdragon 865 cuando lo llevamos al límite.

Esto lo he percibido sobre todo jugando a Honkai Impact Third, el cual he podido disfrutar sin mayores problemas pero no me ha dado la sensación de velocidad que me da en terminales con el procesador de Qualcomm.

No podemos decir lo mismo, por suerte, de la memoria RAM. Tenemos 12 GB, una cifra igual o superior a las de sus principales rivales.  Eso sí, los 128 GB de memoria interna nos parecen algo justos no tanto por la capacidad sino por el precio de este modelo.

Cuando un móvil parte de los 909 euros es de esperar que no tengamos ni la más remota posibilidad de que el almacenamiento interno sea un problema. Creemos que al menos deberían haberse implementado 256 GB. Sí, es cierto que si nos hace falta podemos usar una microSD, pero no debería ser esto una excusa.

Que un móvil que rozan los 1000 euros tenga dos altavoces algo ya obligatorio. Samsung cumple en este apartado, y lo hace con nota, siendo este el móvil con mejor sonido que he podido probar desde hace mucho tiempo, a la altura de su hermano mayor, con el que comparte altavoces.

El resto de especificaciones son similares a las que tenemos en otros móviles del estilo, con Wifi de alta velocidad, NFC para pagos móviles y un sensor de huellas en pantalla que funciona bastante mejor de lo que recordaba en el Samsung Galaxy S10.

El Samsung Galaxy S20 tiene una gran pantalla, en formato… ¿pequeño?

Si hace unos años nos hubieran dicho que una pantalla de 6,2 pulgadas pertenecería a un terminal que consideraríamos pequeño seguramente nos hubiéramos reído. La diagonal de los móviles de gama alta ha ido creciendo en cada generación, y las 6,9 pulgadas del Samsung Galaxy S20 Ultra son el culmen de ello, al menos por el momento.

Si tuviera que resumir este móvil con un adjetivo sería pequeño, y sé que es algo extraño, pero es la sensación que me da después de haber probado más de una decena de móviles en lo que va de año.

Esto también es culpa del radio de pantalla del panel del S20, algo más alargado de lo normal, aunque sin llegar al extremo de la pantalla externa del Samsung Galaxy Fold.

Pero lo mejor es que la empresa no ha recortado en prestaciones de pantalla de este modelo, algo que vemos en otros fabricantes. Seguimos manteniendo un panel OLED con resolución de 3200 x 1440 px y con una tasa de refresco de 120Hz.

Tenemos que sumar un brillo realmente elevado y la compatibilidad con la tecnología HDR 10+, que hace que los videos preparados para ello se vean increíblemente bien. Ya hemos mencionado varias veces que esta tecnología es incluso más relevante que la resolución o la tasa de refresco, aunque el problema es que solo es útil en películas y series pensados para ello.

Y no tenemos que olvidar que al igual que pasaba en el Samsung Galaxy S20 Ultra, este Galaxy S20 tiene una pantalla prácticamente plana, con una mínima curvatura en los laterales que la hace cómoda de usar pero que no dificulta la experiencia ni hace que aparezcan toques fantasmas, lo que gustará a muchos usuarios.

Estas son las tres cámaras que esperábamos… o casi

Samsung ha sido durante muchos años uno de los fabricantes de móviles Android que había que tener como OPPO o Huawei han logrado superarla en varios apartados. Para 2020 la empresa tenía como cometido mejorar esta característica, y eso explica en parte el cambio de nomenclatura.

Si bien la cámara más avanzada se ha quedado exclusivamente en el Samsung Galaxy S20 Ultra, los Galaxy S20 y S20 Plus también han visto renovada la tríada de sensores traseros que nos ofrecen.

En esta ocasión contamos con un sensor principal de 12 Mpx, un gran angular con la misma resolución y un telefoto de 64 Mpx que no tiene zoom óptico, siendo este último una de las cosas que más nos llama la atención.

La empresa ha optado en este modelo por no implementar una lente óptica o un zoom periscópico, sino en usar un sensor con mucha resolución y luego recortar la imagen final.  No es eso lo que se entiende por zoom óptico, independientemente de la calidad obtenida.

La calidad fotográfica del sensor principal nos ha gustado mucho por ofrecernos unos colores muy reales y un muy buen control de las sombras, que no llegan a ser demasiado oscuras pero tampoco y realmente claras. En definitiva, una sensación muy positiva.

Pese a no tener ni un sensor macro ni un modo de software que lo imite, no creemos que esto sea un problema ni en móviles de esta categoría, ya que son muy pocos los usuarios que le van a dar uso a esto más allá de la primera semana.  Cuando nos acercamos para hacer algunas fotos de detalle la calidad se mantiene alta.

En el uso del gran angular podemos destacar que el balance de colores muy similar al del sensor principal, así como la calidad final, que tiene algo menos detalle, pero no mucho menos.  En algunas tomas la temperatura de color es ligeramente más fría en el gran angular que el sensor angular, pero hay que ponerlas una al lado de la otra para darte cuenta.

Nos hemos quejado de la ausencia de un zoom óptico en este móvil, pero no podemos decir que el zoom que se ha implementado sea malo. Si nos fijamos mucho nos da la sensación de que las imágenes son algo más planas de lo que hubiéramos esperado de un sensor de ampliación, pero la calidad es bastante buena y parece que el software utilizado por Samsung es capaz de eclipsar la ausencia de un sistema óptico.

Eso sí, cuando ampliamos a 10 aumentos la calidad baja lo suficiente como para no querer utilizar esas imágenes, y si lo hacemos a 30 aumentos directamente ni hacemos la fotografía.

Posiblemente una de las cosas que más nos ha gustado de este modelo es la calidad de su fotografía nocturna en los tres sensores. Es una de las pocas veces que no tengo que decir que la calidad del gran angular no desmerece a la del sensor principal cuando hacemos fotografía con poca luz. Sí, es cierto que el control del rango dinámico no es tan elevado en el gran angular, pero es uno de los sensores de este tipo que más me ha gustado de todos los que he probado.

Lo mismo pasa en la cámara delantera, de 10 Mpx, que nos ofrece unos selfies bastante buenos de día y que es capaz de pulir algunos fallos típicos en este tipo de imágenes cuando hacemos las fotos de noche.

Incluso a contraluz en la fotografía nocturna obtenemos imágenes usable, aunque obviamente no tenga la misma calidad que cuando las hacemos de día. La sensación es la misma que he tenido en el gran angular, que ojalá más móviles se comportará así.

En cuanto al vídeo, tenemos que destacar la gran calidad del mismo pero también el esfuerzo que ha hecho Samsung porque el uso de su aplicación al grabar minimice (sin lograrlo por completo, eso sí) detalles como el salto de los sensores cuando hacemos zoom en una grabación. Además, la estabilización está bastante lograda y los colores son realmente buenos. Sí, podemos grabar en calidad 8K, pero por ahora eso no deja de ser un reclamo de marketing. Por cierto, estamos ante uno de los móviles Android que mejor graba vídeo con poca luz.

La grabación de video con la cámara delantera también nos ha gustado mucho, recordándonos a lo que hace Huawei y a partir del 8, también OnePlus. Muy buen color, una piel que es bastante real y sobre todo una estabilización que nos permite grabar mientras andamos sin ningún tipo de problema. Eso sí, aquí sí que notamos que la calidad baja de forma notoria cuando grabamos de noche.

La autonomía es algo justa, pero dentro de lo normal

Como es lógico, un móvil más contenido en tamaño implica menos espacio para la batería. Pese a eso los 4000 mAh del Samsung Galaxy S20 nos parece una cifra bastante decente para ser el menor de los tres modelos.

La carga rápida es de 25 W y Samsung no ha querido eliminar la carga inalámbrica de su modelo más pequeño, algo que nos parece genial.

En la primera prueba de batería hemos configurado la pantalla con resolución FHD+ y a 60 Hz de tasa de refresco. Hemos estado jugando y usando las aplicaciones normales de comunicación, como WhatsApp, Telegram o Twitter. Hemos alcanzado las 4 horas de pantalla con 24 horas de autonomía.

En la segunda prueba de batería hemos configurado la pantalla con resolución FHD+ y a 120 Hz de tasa de refresco. Hemos estado jugando y usando redes sociales, pero también hemos hecho fotos, escuchado podcasts y realizado un par de videollamadas, una de ellas de más de 45 minutos. Hemos tenido algo menos 4 horas de pantalla con unas 20 horas de autonomía.

En la tercera prueba de batería hemos configurado la pantalla con resolución QHD+, la máxima disponible, y hemos dejado a 60 Hz de tasa de refresco. Hemos jugado, leído bastante e incluso editado vídeos. Hemos superado ligeramente las 4 horas de pantalla con 19 horas de autonomía.

Como podéis ver, la autonomía es uno de los puntos débiles de este modelo, pero no llega a ser algo tan negativo como para descartar este móvil por esta característica. No obstante, la sensación que personalmente he tenido es que, en un uso diario normal, mayormente optaré por no exprimir la calidad de la pantalla, para intentar que llegue al final del día.

No hay muchas novedades en la interfaz

En cuanto a la interfaz no tenemos mucho nuevo que decir ya que desde hace prácticamente un año Samsung utiliza One UI en sus modelos.  Sí, esta es la última versión, pero no vemos grandes cambios en la misma.

Se echa en falta la inclusión del Discover de Google en los escritorios como ha implementado recientemente OnePlus. Al menos nos gustaría poder deshabilitar la sección de Bixby que aparece en la zona izquierda de estos.

Algo parecido pasa con el botón de encendido, que activa el asistente de voz de Samsung si lo dejamos pulsado. Por suerte esto sí que lo podemos cambiar, aunque por defecto venga así.

En la parte positiva tenemos que destacar la fluidez y la gran configuración que nos permite la personalización del dispositivo con iconos, fondos, o temas.

También hay que recordar, para los que valoren trabajar con el móvil, que este modelo es compatible con la nueva versión de Samsung Dex, que no hac necesario un accesorio, sólo un cable HDMI a USB-C.

El Samsung Galaxy S20 es la única opción en la gama alta si te importa el tamaño

Queda claro que este modelo está pensado para aquellos usuarios que queda un terminal lo más pequeño posible, siendo aún así un smartphone de gran pantalla.

Ni la autonomía ni el rendimiento ni las cámaras están quizás en el top 3 del mercado, pero el peso y la ergonomía hacen que este móvil tenga un valor propio.

En cuanto a la recomendación de compra de este modelo, nos parece una opción acertada si valoramos por encima de todo el tamaño y tenemos claro que queremos un gama alta.

Eso sí, entre los 909 € del modelo 4G y los 1009 € del modelo 5G apostamos claramente por el primero, aunque pasemos de 12 GB a 8 GB de RAM.

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