La primera tablet Android 100% de Google. Una inspiración para el resto de fabricantes. Hemos estado probando la Google Pixel C, una tablet de diez pulgadas y teclado añadido. Nos la llevamos al MWC para ver si éramos capaces de trabajar como lo haríamos como nuestro portátil.

Ya os adelanto que mi relación con la Google Pixel C ha sido de amor-odio. Ese tipo de dispositivos que por un lado piensas «olé» y por otro un «si al menos..». Vayamos poco a poco, aquí tenéis el análisis y experiencia de uso de la Pixel C, probablemente uno de los mejores dispositivos Android hasta la fecha y que aún así quizás no sea suficiente para conseguir sus propósitos.

Google Pixel C, especificaciones y características

La Pixel C es una tablet Android que en un principio nos recordaba a la Nexus 9 pero nada más lejos de la realidad. En su interior contamos con un procesador mucho más potente, más RAM, batería… y un diseño final a años luz de la tablet ofrecida por HTC.

Google ha realizado un trabajo envidiable con este dispositivo, un salto en especificaciones y calidad necesarios para aspirar a ser miembro de facto de la familia Pixel, cuyo exponente es el Chromebook Pixel, un portátil que a pesar de llevar un sistema operativo muy básico cuesta más de mil euros.

Esta Pixel C incorpora lo último de lo último, especificaciones al alcance de Google y pocos más. A pesar de presentarse a finales de 2015, posiblemente hasta la segunda mitad de 2016 no veamos tablets Android capaces de rivalizar con ella.

  • Pantalla LCD de 10,2″ 2560×1800pixeles
  • SoC Tegra X1
  • GPU con arquitectura Maxwell
  • 3GB de RAM LPDDR4
  • USB type C, adaptador 15W
  • 32/64GB de almacenamiento
  • Cámara trasera de 8MP (IMX219), frontal de 2MP
  • Tablet: 242 x 179 x 7mm, 517g
  • Teclado: 242 x 179 x 5,5mm, 399g, integrado con cierre magnético
  • Batería de 9000mAh (34.2WHr)
  • Barra inferior luminosa, altavoces estéreo, cuatro micrófonos
  • WiFi 802.11 a/b/g/n/ac, MIMO, BT 4.1
  • Android 6.0 Marshmallow

Construcción

El acabado de la Google Pixel C es completamente en aluminio. El tacto y las sensaciones que transmite son excepcionales, ningún rincón nos ofrece dudas. Cuando la colocamos al lado de la Nexus 9 se nota claramente que estamos ante una tablet creada para los más exigentes.

Conector USB Tipo C en la parte izquierda inferior, en el mismo lado los altavoces y el botón de volumen. Cerca, en la parte superior izquierda está el botón de apagado y encendido, algo pequeño para mi gusto quizás. Cuatro pequeños agujeros para los micrófonos. En la parte derecha tenemos el jack de 3,5mm y más altavoces.

En la parte trasera tenemos todo un cuerpo liso, minimalista al extremo únicamente roto por la pequeña cámara trasera arrinconada y esa franja colorida característica de la gama Pixel. Un led alargado que normalmente muestra los colores de Google pero también sirve como indicador de batería.

Comodidad

No es una tablet ligera, pero está pensada para utilizarse junto al teclado y apoyarla en algún lado. Sí es bastante delgada (7mm), aunque de nuevo al sumarse al teclado engorda.

Es muy agradable de utilizar sobre una superficie. Es manejable para apoyarla en nuestras piernas pero sigue siendo una posición demasiado incómoda. Para transportarla hay diversos métodos pero lo más seguro es colocar la pantalla boca abajo para que quede como un portátil cerrado.

En la foto de arriba se puede ver un Macbook Retina de 13″, la Pixel C y su teclado en medio y la Nexus 9 arriba. Tanto la estética como el grosor pueden llevarnos a pensar que estamos ante un ultrabook pero al quitar el teclado se asemeja a una tablet.

Sonido

Oh, la, la. ¿Escucháis eso? Lástima que esta sea una review escrita porque suena de maravilla. La Pixel C incorpora dos altavoces estéreo y es uno de los mejores sonidos en un Android que he escuchado jamás. Sí, en digna pugna con el HTC One M8. También tiene cuatro micros, en principio para el «OK, Google» y demás funciones aunque realmente se aprovecha poco.

Muchas veces los fabricantes no dan importancia al sonido (más allá de algunas colaboraciones de renombre), pero el sonido de la Pixel C vuelve a transmitirnos la sensación de portátil más que tablet. Si este dispositivo debe servir de inspiración a otros, este es uno de los puntos que deberían anotar.

Teclado

Sí, el teclado va aparte. Y sí, cuesta 169 eurazos. Pero es que la Pixel C está concebida para ser utilizado junto al teclado, sin él es simplemente una tablet de diez pulgadas Android premium y pesada.

Afortunadamente el teclado también vale la pena. Las tienen muy buen recorrido (1,4mm, similar al Macbook), como única pega es que al estar acostumbrado a un teclado de portátil más grande se me hace difícil escribir en pequeño. Quizás sea una tontería, pero al buscar la teclado de intro, mayusculas o retroceso lo noto. Tampoco tenemos teclas adicionales como el F1-F4, el brillo, cambiar canciones o el volumen.

El teclado incorpora muchísimos comandos y atajos. Al no estar acostumbrados a utilizar teclado en Android nos hemos pasado diversos días intentando memorizar y acostumbrarnos a unos cuantos.

El teclado no tiene enganches ni conectores ni cables. Es un sistema magnético de 5,5m de ancho muy potente (recordad la nevera) que se engancha con la parte inferior de la tablet y permite ajustarlo al ángulo que queramos hasta un máximo de casi 90 grados. Como decimos se ajusta totalmente, no se mueve ni un milímetro. Para despegarlo deberemos deslizar hacia un lado la pantalla. También nos permite colocar la tablet y el teclado totalmente recto e incluso colocar la pantalla mirando hacia abajo.

El sistema reconoce cuando se conecta el teclado y te pide habilitar el bluetooth si no lo has hecho ya. Se habla de problemas de retardo por el Bluetooth, pero en mi caso no los he observado. El teclado nos permite escribir aprovechando la pantalla completa, si queremos hay una tecla para activar el teclado de Android habitual.

Incorpora su propia batería de 0,5Whr que se alimenta a través de la tablet, pesa por si solo 400g (para un total de unos 900g) y un último detalle que se agradece enormemente son cuatro tactos negros que tiene en cada esquina para que no resbale. ¿Sabéis qué eché de menos? Un trackpad.

Pantalla

No es una pantalla SuperAMOLED como las de la Galaxy Tab S. Quizás no tenga unos colores tan vivos como las de Samsung pero oye, no sabemos ponerle ninguna pega. Es un panel con 308ppi (bastante más que la pantalla Retina del Macbook), un brillo excelente de 500 nits donde incluso al mínimo se lee perfectamente, contraste de 1500:1 y ratio de pantalla 1/√2 (benditos irracionales).

La pantalla está fabricada en LTPS, una de las técnicas más avanzadas en paneles LCD. Tenemos un ángulos de visión que dejan atrás al ya buen panel de la Nexus 9, pero al contrario que aquella, nuestra unidad no tiene ninguna fuga de luz. Un trabajo de diez por parte de Google, que de nuevo ha vigilado y ha apostado por los mejores componentes para cada apartado.

Rendimiento

Por fin. En mi análisis de la Nexus 9 ya hablé de los múltiples problemas que tenía con el software (y sigo teniendo). Lags en una tablet con potencia suficiente. Una imagen de Marshmallow en tablets muy desmerecida, para nada a la altura de los Nexus. Esta vez es diferente.

La Pixel C va como un rayo. 92000 puntos en AnTuTu. 4400 en Geekbench 3.0 multicore. Bah, creedme. La Pixel C es como los Android puros de verdad. Como deberían ir todos.

Eso sí, debo comentar un detalle que en las varias semanas de prueba me ha traído de cabeza. De vez en cuando fallaba y le costaba encenderse, tanto es así que un par de veces debí incluso reiniciarla desde el bootloader. Puede que fuera mi unidad o mi poca paciencia, pero ahí queda.

Batería

La Pixel C promete más de diez horas de uso medio con sus 9000mAh de batería. Y así es. Alrededor de ocho horas de uso continuado no te lo quita nadie. Con el teclado incorporado un par más. En horas de pantalla se sitúa entorno a las 6-7h. El modo Doze de Marshmallow funciona genial.

El LED de la parte trasera también actúa como indicador de la batería. Con dos toques cambia de color para mostrarnos el nivel, con por ejemplo toques rojos si estamos en las últimas.

Tanto la tablet como el teclado se cargan a la vez con el nuevo USB Tipo C que está situado en una esquina como suele ser habitual en los portátiles y no justo abajo como pasa en la mayoría de androids. No tenemos carga inalámbrica y tampoco carga rápida, un fallo que intentan corregir con un adaptador de 15W.

Software

Android 6.0 Marshmallow con los últimos parches de seguridad. La Pixel C es marca Google al 100% y será de los primeros dispositivos en recibir todas las novedades. Aquí tenemos pocos cambios, Android puro con el Google Now Launcher adaptado a tablets.

Sí se aprovecha el tamaño ya que se han separado los botones: el home y atrás en la izquierda y la multitarea en la esquina derecha. Es una verdadera lástima que ni el sistema ni la mayoría de las aplicaciones estén bien adaptadas al modo horizontal. Sí, hemos tenido que girar la Pixel C incluso con el teclado puesto. Vergonzoso, por mi haciendo el tonto con la tablet y por todo nuestro ecosistema que ya lleva años con el mismo problema. Del soporte para pens mejor ni hablar.

Productividad

¿Es posible trabajar con la Pixel C? La respuesta es no. Es un buen intento, el mejor intento hasta la fecha pero sigue sin ser suficiente.

La Pixel C viene para convencernos de trabajar en la nube con el pack de ofimática de Google. Lo hemos intentado pero nos echa para atrás la falta de multipantalla real o un sistema de ventanas como RemixOS.

¿Será por el teclado? No, porque es excelente. ¿Y si le conectamos un ratón? Nada, se conecta bien por bluetooth pero el propio sistema Android potencia el control táctil. ¿Será por Google? Estuvimos un tiempo con Microsoft Office y algo mejora pero productividad no es solo escribir, es organizar una gran cantidad de información a la vez. Para convertir nuestra tablet en un ordenador lo que necesitamos es un sistema totalmente pensado para ello y aplicaciones que se lo tomen en serio.

Este Pixel C es la demostración que Google quiere apostar por algo así, pero si en todos estos años no ha conseguido que las aplicaciones se adapten a las tablets…¿qué nos hace pensar que de repente se adaptarán a Android para portátiles?

Google Pixel C, luz y oscuridad

La Pixel C es la mejor tablet Android que ha pasado por nuestras manos. Android limpio y veloz, una pantalla impresionante, un diseño pensado para rivalizar con portátiles, sonido de diez, batería muy solvente, un teclado como dios manda.

¿Tiene fallos entonces la Pixel C? No tiene NFC, no tiene microSD (esas de 200GB…), no tiene dos utilidades tan geniales que la Nexus 9 sí tenía como son el doble tap para encender la pantalla y el GPS. No tiene HDMI. ¿Y las cámaras? Totalmente olvidables.

La Google Pixel C cuesta 499 euros. Por ese precio tendréis un dispositivo increíble pero cuya utilidad es muy reducida. Si se le añade los 169 euros del teclado tendremos un duo que puede sustituir a tu portátil para los usos más básicos. Tendrás un combo perfecto para la mochila, tomar apuntes, leer archivos, ver multimedia, jugar… no te fallará hasta que tu trabajo te exija ese plus de velocidad o complejidad que solo un portátil completo soporta.

Durante el MWC fui con la Pixel C y lo que vi fue que todas las tablets y convertibles venían con Windows 10. Pregunté a diversos fabricantes y todos coinciden: «La puerta está abierta, pero hoy en día no está preparado». Miro a la Pixel C, comparo y no tiene nada que envidiar. Es hora que Android dé el estirón.