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En España, como en el resto de la Unión Europea, la experiencia de comprar un nuevo smartphone ha cambiado radicalmente.

Abrir la caja y no encontrar el familiar adaptador de corriente se ha convertido en la nueva normalidad, una situación impulsada por una legislación comunitaria.

Esta decisión, lejos de ser un mero capricho de los fabricantes para reducir costes, responde a una estrategia medioambiental y de estandarización mucho más profunda, cimentada en la Directiva (UE) 2022/2380.

Esta normativa no solo establece el puerto USB-C como el estándar de carga obligatorio para una amplia gama de dispositivos electrónicos, sino que busca que se puedan comprar dispositivos sin un cargador incluido.

De esta manera, se promueve la reutilización y se minimiza la creciente montaña de basura electrónica que se genera en todo el mundo. Es raro necesitar un cable con otro conector, pero ese sería otro factor a considerar, claro.

Cables USB Tipo C Jacinto Araque El Androide Libre

Y, recientemente, estamos viendo cómo además de no venir con el cargador, muchos móviles empiezan a obviar también el cable de carga, que también hay que comprar aparte.

Así pues, en este nuevo paradigma, la elección del cable de carga deja de ser un acto trivial para convertirse en una decisión crítica que afecta directamente al rendimiento, la seguridad y la vida útil de nuestros dispositivos.

Por eso, hay que tener en cuenta cinco aspectos a la hora de comprar un cable para nuestro móvil, si no viene con el cargador.

  • Potencia (W): Hay que asegurarse de que el cable soporte, como mínimo, la potencia de tu cargador de carga rápida.
  • Velocidad de transferencia de datos: Si transferimos archivos grandes, hemos de buscar cables con estándares USB 3.1 o superiores.
  • Materiales: El nylon trenzado y los conectores reforzados son sinónimo de durabilidad.
  • Longitud: Entre 1 y 2 metros ofrece un buen equilibrio entre comodidad y rendimiento.
  • Certificaciones de seguridad: Hay que buscar sellos como CE, que garantizan el cumplimiento de las normativas europeas.

Potencia

Una de las características más publicitadas en los smartphones modernos es la carga rápida. Potencias de 45, 65, 100 W o incluso más prometen devolver la vida a nuestra batería en cuestión de minutos.

Sin embargo, para que esta tecnología funcione, todos los componentes deben estar alineados: el teléfono, el adaptador de corriente y, por supuesto, el cable.

Cargador Xiaomi HyperCharge 90W Xiaomi El Androide Libre

Un cable no preparado para soportar una alta potencia actuará como un cuello de botella, limitando la velocidad de carga a niveles muy inferiores a los prometidos.

Es fundamental verificar la potencia máxima (en vatios, W) que soporta el cable, asegurándose de que sea igual o superior a la que proporciona el cargador. Un cable de baja calidad no solo cargará el móvil lentamente, sino que puede sobrecalentarse.

Salvo en cargadores con sistemas propietarios, como algunos de marcas chinas, lo normal es buscar cables y cargadores que cumplan con el estándar USB Power Delivery (PD).

Transferencia de datos

Aunque su función principal sea la carga, no debemos olvidar que un cable USB-C es también una forma de mover nuestros datos.

Interior de un cable USB de Tipo-C de Xiaomi El Androide Libre

Si solemos transferir vídeos en alta definición, grandes volúmenes de fotos o archivos pesados entre el móvil y el ordenador, la velocidad de transferencia es un factor determinante.

No todos los cables USB-C son iguales en este aspecto. Los más básicos operan bajo el estándar USB 2.0, con velocidades teóricas de hasta 480 Mbps.

Sin embargo, existen cables USB 3.0, 3.1 o 3.2 que ofrecen velocidades exponencialmente superiores, superando los 10 o 20 Gbps.

  • USB 2.0

    • También conocido como: Hi-Speed USB
    • Tipos de conectores: USB-A, USB-B, USB Micro A, USB Micro B, USB Mini A, USB Mini B, USB-C
    • Ancho de banda teórico: 480 Mbps
  • USB 3.0

    • También conocido como: USB 3.1 Gen 1, SuperSpeed

    • Tipos de conectores: USB-A, USB-B, USB Micro B, USB-C

    • Ancho de banda teórico: 5 Gbps
  • USB 3.1

    • También conocido como: USB 3.1 Gen 2, SuperSpeed+
    • Tipos de conectores: USB-A, USB-B, USB Micro B, USB-C

    • Ancho de banda teórico: 10 Gbps

  • USB 3.2

    • También conocido como: USB 3.2 Gen 2x2, SuperSpeed+ 20Gbps

    • Tipos de conectores: USB-C

    • Ancho de banda teórico: 20 Gbps

Construcción

La vida útil de un cable de carga suele estar marcada por su resistencia al desgaste diario. Doblarlo, enrollarlo, tirones accidentales son agresiones constantes que un cable de mala calidad no soportará mucho tiempo.

Aquí es donde los materiales de construcción marcan la diferencia. Los cables recubiertos de nylon trenzado ofrecen una resistencia a la abrasión y a la torsión muy superior a los clásicos cables de plástico (TPE).

Cables USB El Androide Libre

Del mismo modo, es importante fijarse en el refuerzo de la unión entre el conector y el cable, el punto más propenso a fallar.

Un conector sólido, a menudo de aluminio, y un protector de goma alargado en la base son señales de un producto diseñado para durar.

Longitud

La longitud del cable puede parecer una cuestión de simple preferencia, pero tiene implicaciones técnicas. A mayor longitud, mayor es la resistencia eléctrica.

Esto puede provocar una leve caída en la tensión y, por tanto, una velocidad de carga ligeramente inferior, especialmente en cables de baja calidad.

Cable USB-C Unsplash El Androide Libre

Una longitud estándar de 1 a 2 metros suele ser la opción más equilibrada, ofreciendo suficiente versatilidad para usar el teléfono mientras se carga sin sacrificar apenas rendimiento.

Los cables de 3 metros o más pueden ser convenientes en ciertas situaciones, pero es aún más crítico que sean de alta calidad para mitigar la pérdida de eficiencia.

Seguridad y certificaciones

Un cable no certificado o de una marca desconocida puede no cumplir con los estándares de seguridad eléctrica.

Esto puede derivar en cortocircuitos, sobrecalentamientos o picos de tensión que pueden dañar irreversiblemente la batería o la placa base de un smartphone que cuesta cientos de euros.

En Europa, es fundamental buscar productos que ostenten el marcado CE, que indica que el fabricante declara la conformidad del producto con los requisitos de seguridad, salud y protección del medio ambiente exigidos por la UE.

Invertir unos euros de más en un cable de una marca reconocida y con las debidas certificaciones no es un gasto, es un seguro para nuestro dispositivo.